La UE fracasa en su intento de definir el alcance de la reforma
Los jefes de Estado o de Gobierno de la Uni¨®n Europea (UE) fracasaron ayer en su intento de colmar la brecha sobre si la reescritura del Tratado de Maastricht debe ser una gran reforma o bien limitarse a una reformita de circunstancias. Un¨¢nimemente, dijeron que hab¨ªa que dar "gran ambici¨®n" al nuevo Tratado. Pero la locomotora Par¨ªs-Bonn no tira. Francia, militante. Alemania, resignada.
Pese al desaguisado se salvaron los muebles: el retroceso. Se confirm¨® que la Conferencia Intergubernamental (CIG) encargada de la reforma acabar¨¢ el pr¨®ximo junio, en Amsterdam. El presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, reiter¨® -euf¨®rico- que Espa?a estar¨¢ en el grupo de cabeza de la uni¨®n monetaria y propuso a sus colegas crear un ¨²nico espacio judicial europeo.Los m¨¢s militantes a favor de una reforma en toda regla que verse sobre los grandes asuntos pendientes fueron los pa¨ªses peque?os, de siempre m¨¢s integracionistas. El belga Jean-Luc Dehaene se irrit¨®, en nombre del Benelux -cuyos l¨ªderes celebraron una cumbre tripartita previa- con Francia, uno de los dos tradicionales maquinistas de la locomotora comunitaria, ahora partidaria de limitar la reforma casi s¨®lo a un afeite institucional. "Menudean las propuestas de reducir comisarios, pero nadie aclara qu¨¦ es lo que se quiere decidir", protest¨®. "?Que nadie pretenda debilitar la Comisi¨®n!", advirti¨® en defensa de la instituci¨®n que m¨¢s protege a las potencias menores de la UE.
Eran dos torpedos contra las pretensiones d¨¦ que se incrementara el poder institucional de los cinco grandes (todos ellos lo pretenden, incluida Espa?a), de hacer muchos cambios institucionales y pocas pol¨ªticas nuevas, o fiadas al mero expediente intergubernamentalista por la v¨ªa de la "flexibilidad". Tambi¨¦n el presidente de la Comisi¨®n, Jacques Santer, hizo llamamientos a mantener la "ambici¨®n" y extender el voto por mayor¨ªa cualificada, "porque mantener la unanimidad matar¨ªa a la Uni¨®n".
Los Quince confirman el calendario de Maastricht
En el otro polo de las posiciones, tanto el presidente franc¨¦s, Jacques Chirac, como el canciller Kohl, optaron por un perfil discreto. Chirac reclam¨® "un texto cerrado para diciembre", para dar carpetazo a una minireforma, y propugn¨® mezclar agua y aceite, la "flexibilidad dentro de la unanimidad". Y Kohl asegur¨® que "no trata de reducir las ambiciones" de la CIG, aunque augur¨® "discusiones dif¨ªciles". Se quej¨® de las "informaciones absurdas" que hab¨ªa provocado su idea -la de una reforma de la reforma, el Maastricht-3-, planteada con intenci¨®n gen¨¦rica. "Se me han dicho palabras gruesas, espero ver ahora actos grandes", ret¨® a sus cr¨ªticos.Ocurre que no quiso estropear la reuni¨®n, pero a costa de que la herida siga fermentando la infecci¨®n bajo la piel, quiz¨¢ para que reviente en la cumbre de diciembre. Oficialmente, la diplomacia alemana se esforz¨® en p¨²blico en minimizar la bomba lanzada hace pocos d¨ªas por su l¨ªder. Vano intento. Un personaje muy pr¨®ximo al canciller explicaba en privado la verdad de lo que sostiene el padrino de, Europa. "Francia quiere una peque?a reforma y los laboristas ser¨¢n muy parecidos a John Major. Estamos solos. El compromiso con Par¨ªs consiste en aceptar una reforma alicorta, pero as¨ª lanzamos a nuestra opini¨®n la esperanza de una nueva reform¨¢ futura, para que no se revuelva contra una uni¨®n monetaria que no ir¨¢ acompa?ada a¨²n de la uni¨®n pol¨ªtica". As¨ª piensa el m¨¢s influyente del c¨®nclave.
M¨¢s claro, el agua. Todos reafirmaron el calendario oficial: borrador del tratado en diciembre, aprobaci¨®n del texto definitivo el pr¨®ximo junio en Amsterdam, aunque el anfitri¨®n, el holand¨¦s Wim Kok, se mostraba esc¨¦ptico. As¨ª, Aznar pudo decir que "nos hemos levantado del sill¨ªn, para dar un impulso como los ciclistas". Pero la agenda del eje francoalem¨¢n, oculta si se quiere, es tan clara como la anterior.
Ahora, una reforma modesta pero suficiente para dar acogida al Este sin que chirr¨ªen los goznes institucionales. Luego, el empuj¨®n a la uni¨®n monetaria y el inicio de una ampliaci¨®n al Este, limitada seguramente a Polonia, Hungr¨ªa y Rep¨²blica Checa. Y finalmente, la reforma de la reforma que acabe de encajar todas las piezas y suponga un real avance hacia la uni¨®n pol¨ªtica.
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