El granillo de la rabadilla de los p¨¢jaros

Mar¨ªa Antonia L¨®pez, de 55 a?os, ama de casa, mir¨® a los ojos, a su oponente, Carmen Navarro, de 64 a?os, profesora de ingl¨¦s. Entre ellas, un tablero de scrabble, un famoso juego de palabras cruzadas, del que ayer se celebr¨® el primer campeonato nacional. Navarro y L¨®pez eran dos de los m¨¢s de 150 participantes del concurso que se celebr¨® en el C¨ªrculo de Bellas Artes, y que termin¨® ganando Guillermo Izquierdo, de 29 a?os, un funcionario del Ministerio de Hacienda.

L¨®pez, con las siete letras que le hab¨ªan tocado, compuso la palabra inviten. Navarro le respondi¨® con otra m¨¢s larga: quitando. "?Qu¨¦ suerte! Has colocado todas las letras a la primera. Esto se pone feo", se quej¨® L¨®pez.

"Ahora pongo la palabra millo", avanz¨® Carmen Navarro. "Eso no existe ", le espet¨® su oponente. "S¨ª. Millo es lo mismo que mijo", explic¨® la profesora de ingl¨¦s con rotundidad. "Pues yo pongo heleras, que. es algo que est¨¢ en la falda de las monta?as", indic¨® el ama de casa. "Eso son neveros, me parece. Llamemos al juez del campeonato [un fil¨®logo de 29 a?os]", pidi¨® Carmen Navarro. A los pocos segundos, el juez fall¨®: "Helera es una palabra que viene en el diccionario de la Real Academia. Significa granillo de la rabadilla de algunos p¨¢jaros". L¨®pez y Navarro sonrieron ante el curioso veredicto y continuaron su partida y sus discrepancias.

Tras palabras como voy, coche, trigo o maleta, apareci¨® charre. "Dudo de la existencia de esta palabra", coment¨® L¨®pez. "Pues no lo dudes", pidi¨® su contrincante, "porque hace unos d¨ªas la encontr¨¦ en el diccionario. Es la primera persona del subjuntivo del verbo charrar, que es lo mismo que charlar". "Bueno, si t¨² lo dices", acept¨® el ama de casa, que estaba a punto de poner sobre el tablero el vocablo croma.

Antonio Mart¨ªn, de 29 a?os, fil¨®logo, era ayer el juez encargado de resolver las desavencias que pudiesen surgir en el juego. "Hay algunos vocablos muy extra?os que debo consultar en el diccionario. ?Ejemplos? Ox, interjecci¨®n para llamar a las aves; ?o, que significa se?or, o despatatar, que, aunque suena bien, no significa nada. Y es que algunos jugadores, cuando no logran dar sentido a las letras que les han tocado, se inventan las palabras y muchas veces me ponen en aut¨¦nticos aprietos", relataba.

"El truco", comentaba Pedro Garc¨ªa, uno de los participantes, "est¨¢ en que no te toque la letra q, porque si te sale est¨¢s perdido. Necesitar¨ªas tambi¨¦n tener una u para colocarla".

El scrabble, uno de los juegos de palabras cruzadas m¨¢s famoso del mundo, fue inventado en los a?os treinta por Alfred Butts, un arquitecto norteamericano en paro. Se han vendido m¨¢s de 100 millones de ejemplares de este entretenimiento. Se distribuye en 120 pa¨ªses del mundo en 31 lenguas. Curiosamente, su inventor no era un buen jugador.