Serra asegura que los recelos del Ejercito a la supresi¨®n de la mili han desaparecido

Los recelos de los mandos militares hacia la profesionalizaci¨®n de las Fuerzas Armadas y la consiguiente supresi¨®n de la mili, se han disipado por completo. As¨ª lo asegur¨® ayer en el Senado el ministro de Defensa, Eduardo Serra, quien calific¨® dichos recelos de "menores", aunque "no infundados". Exist¨ªa el temor, admiti¨®, a que la profesionalizaci¨®n llenase los cuarteles de mercenarios y marginados.

"Por decirlo coloquialmente, los militares prefieren que los experimentos se hagan con gaseosa", explic¨® Serra. Afortunadamente, el conservadurismo de los militares se compensa con su no menos arraigado sentido de la disciplina.A pesar de que Defensa no incrementar¨¢ en 1997 el ritmo de la profesionalizaci¨®n -convocar¨¢ 3.500 nuevas plazas de soldados y marineros, las mismas que en a?os anteriores-, el ministro mantuvo el 2003 como "fecha probable" para la supresi¨®n de la mili.

Manuel Varela, portavoz del PSOE, ¨²nico partido que apostaba todav¨ªa por mantener la mili, dijo que su grupo no se opondr¨¢ a un ej¨¦rcito totalmente profesional, pero consider¨® "preocupante" que se "haya empezado la casa por el tejado", anunciando a fecha fija el final de la mili sin que se sepa todav¨ªa cu¨¢nto va a costar, "aunque parece claro que bastante m¨¢s que el modelo actual".

Serra, que compareci¨® por vez primera ante la comisi¨®n de Defensa del Senado, explic¨® el proceso de reforma de la OTAN y la pr¨®xima integraci¨®n de Espa?a en su estructura militar. El Ministro indic¨® que, hasta ahora, ha existido una "alt¨ªsima dosis de unanimidad" entre los aliados en el dise?o de las nuevas estructuras, pero vaticin¨® problemas cuando se entra a discutir "la letra peque?a". Si bien cit¨® el acuerdo del comit¨¦ militar para suprimir los mandos de cuarto nivel, entre los que se encuentra el de Gibraltar, tambi¨¦n advirti¨® que, en lo que respecta a la nueva estructura de la OTAN, "nada est¨¢ acordado hasta que todo est¨¢ acordado".

Una de las pocas novedades que aport¨® el ministro fue el coste econ¨®mico de la plena integraci¨®n en la Alianza: la contribuci¨®n espa?ola pasar¨¢ de los actuales 2.000 millones al a?o a 4.000 o 5.000, dependiendo de que se integre tambi¨¦n Francia y sin contar con la participaci¨®n en programas como el de alerta temprana, que disparar¨ªa dicha cifra.