Lecciones de qu¨ªmica
UN BUEN entendimiento al m¨¢ximo nivel entre Madrid y Bonn es elemento indispensable en la pol¨ªtica europea de Espa?a; en los ¨²ltimos a?os la buena relaci¨®n ha favorecido a nuestro pa¨ªs. Esta pol¨ªtica debe reposar sobre intereses compartidos. Pero las relaciones personales tambi¨¦n cuentan. La buena sinton¨ªa entre Kohl y Gonz¨¢lez favoreci¨® las relaciones bilaterales y multilaterales. La visita de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar a Alemania ha sido preparada por el canciller alem¨¢n con el deliberado prop¨®sito de establecer una corriente de relaci¨®n personal que prolongue esa sinton¨ªa, borrando algunos desencuentros m¨¢s o menos burdos. Es de esperar que estas conversaciones entre Kohl y Aznar den sus frutos. Es pronto, sin embargo, para saber el resultado y ver si la "qu¨ªmica" que ambos invocaron ha funcionado o no.A juzgar por su trayectoria pasada, Aznar no era un europe¨ªsta tan entusiasta como su predecesor. Desde su llegada a La Moncloa, sin embargo, las reticencias de Aznar parecen haberse esfumado, tal vez porque el socio catal¨¢n s¨ª es un europeista de larga data. Pujol estuvo recientemente en Alemania y ha preparado el terreno para el encuentro Kohl-Aznar. Este ¨²ltimo se muestra hoy sinceramente convencido de que se juega su futuro pol¨ªtico en la participaci¨®n de Espa?a a partir de 1999 en la moneda ¨²nica. Y parece haber convencido a sus interlocutores europeos de su disposici¨®n a hacer los esfuerzos precisos para alcanzar ese objetivo.El Gobierno, afortunada aunque algo tard¨ªamente, ha decidido diversificar sus anclajes exteriores; quiz¨¢ porque la "qu¨ªmica" s¨ª funcionaba en ese caso y porque Francia se aprestaba a servir de aval de Aznar en Europa, adem¨¢s de otros claros intereses y gestos en materia antiterrorista, el Gabinete de Aznar hab¨ªa comenzado a apoyarse con excesiva exclusividad en Chirac. Es evidente que Francia es un pa¨ªs importante para Espa?a. Pero las relaciones de Espa?a con sus socios europeos no son un juego de suma cero en el que lo que gana uno lo pierde otro. Menos a¨²n en la nueva Europa en la que han quedado atr¨¢s los tiempos en que, como se ha dicho, Francia pretend¨ªa ser la gran violencia europea y Alemania fing¨ªa cre¨¦rselo.
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