Jacques Audiard vulnera el tab¨² del nazismo en el Ej¨¦rcito franc¨¦s con 'Un h¨¦roe muy discreto'
Formidable exhibici¨®n de Dustin Hoffman en 'American buffalo'
Un h¨¦roe muy discreto es una divertida e inteligente incursi¨®n de Jacques Audiard en un avispero hist¨®rico que, despu¨¦s de medio siglo, sigue siendo un asunto tab¨² en Francia: las amistosas relaciones del Ej¨¦rcito franc¨¦s con la Alemania nazi durante la III Guerra Mundial y, de rebote, el alcance de su posible complicidad en los genocidios de la Wehrmacht de Hitler. Quiz¨¢ el comienzo de la contribuci¨®n del cine a iluminar este tenebroso rinc¨®n de la vida europea. Gran pel¨ªcula, como grande es American buffalo, donde el peque?o Dustin Hoffman logra una creaci¨®n de gigante.
La aproximaci¨®n de Jacques Audiard en esta su segunda pel¨ªcula al grav¨ªsimo y pestilente cap¨ªtulo de la historia donde Un h¨¦roe muy discreto mete la nariz es todav¨ªa un tanteo cauteloso, en el sentido de que reduce ese siniestro cap¨ªtulo colectivo a tel¨®n de fondo de una aventura individual: un p¨ªcaro farsante que falsifica su vida e incluso su identidad y se las arregla para, fabric¨¢ndose un dossier heroico, alcanzar las c¨²pulas de la aristocracia militar francesa aliada con el r¨¦gimen de Hitler.La negrura de este tab¨² se percibe en que sigue siendo despu¨¦s del paso de medio siglo un tinglado casi innombrable en la Francia actual. Los recientes virajes pol¨ªticos hacia la derecha y el alarmante crecimiento del ultranacionalismo franc¨¦s presagian todav¨ªa m¨¢s candados en la puerta, que sigue cerrada a cal y canto, de la caverna donde se esconde toda la verdad acerca de ¨¦l. La coartada de las minor¨ªas militares que se enrolaron en la Resistencia hace tiempo que se vino abajo y poco a poco comienzan a abrirse paso las inc¨®gnitas que sobrevuelan sobre el verdadero, y no enteramente explorado, papel de las mayor¨ªas y, sobre todo, de las c¨²pulas del generalato y la oficialidad del Ej¨¦rcito franc¨¦s, en algunas responsabilidades grav¨ªsimas contraidas durante la guerra.
El cine, a trav¨¦s de esta notable pel¨ªcula, entra por fin al trapo de esa llamada y lo hace con finura muy francesa: un enorme tacto que no renuncia a la radicalidad y la ira en la mirada, pero que limita a esta mirada a dejar caer o insinuar el fondo del avispero sin hacer gestos que espanten a las avispas. La sagacidad de Audiard es, en este sentido, insuperable, de modo que borda una excelente comedia picaresca, c¨ªnica y graciosa, flecos de una tragedia presumiblemente atroz y con toda seguridad carente de la m¨¢s m¨ªnima gracia.
La pel¨ªcula se estren¨® en mayo en el Festival de Cannes, donde la cr¨ªtica internacional la apoy¨® sin reservas, mientras la francesa matiz¨® las cosas, devolviendo a Audiard la pelota con su misma astucia: apoy¨® el filme, pero m¨¢s por lo que tiene de evidencia de buen cine que por las oscuridades del fondo hist¨®rico sobre el que esta aventura se trenza y arroja con desparpajo luz y vitriolo.
El abordaje por el cine de este aut¨¦ntico libro negro del Ej¨¦rcito franc¨¦s no ha hecho m¨¢s que comenzar, y ¨¦se es m¨¦rito indiscutible de Un h¨¦roe muy discreto. La puerta ha sido vulnerada y algunos focos han penetrado en el enrarecido ¨¢mbito del tab¨². S¨®lo queda esperar nuevos focos y, tras ellos, nuevas miradas.
Una vez m¨¢s, el cine da lecciones de cirug¨ªa de la historia, y este primer golpe de bistur¨ª dado por Audiard es ya, por eso mismo, tambi¨¦n historia Y no historia de la torva, Francia que colabor¨® con Hitler, sino de la luminosa Francia que le plant¨® cara y que nadie represent¨® tan amarga y di¨¢fanamente como el resistente Albert Camus en sus insobornables Cartas a un amigo alem¨¢n, convertidas ¨²ltimamente en libro de cabecera de los restos que nos quedan de la Europa libre.
Si comprometida es Un h¨¦roe muy discreto, otro tanto le ocurre a la c¨¦lebre obra teatral de David Mamet American buffalo, convertida por ¨¦l mismo en el gui¨®n que ha dado lugar a la magn¨ªfica pel¨ªcula dirigida (correctamente) por Michael Corrente e interpretada (de forma genial) por un Dustin Hoffman cada vez m¨¢s fiel a sus convicciones y m¨¢s due?o de su formidable registro de gran int¨¦rprete, uno de los m¨¢s solventes del cine americano.
Chispas resplandecientes
El largo di¨¢logo de Hoffman con Dennis Franz y Sean Nelson (el muchacho protagonista de la estupenda Fresh) es de una intensidad tan veraz y dolorosa que saca chispas resplandecientes de la esquina de la Am¨¦rica sombr¨ªa que representa: una met¨¢fora tr¨¢gica de dos m¨ªseros chorizos negociantes de Nueva York, que arroja inesperada luz -como el p¨ªcaro soldado de Un h¨¦roe muy discreto sobre su ej¨¦rcito- sobre el siniestro subsuelo que sostiene las c¨²pulas doradas del esp¨ªritu (o la locura) mercantilista americana.Complet¨®, junto al filme dirigido por Audiard, el concurso en la jornada de ayer la irregular pel¨ªcula sueca dirigida por Bo Wiederberg La verdad de las cosas. Tambi¨¦n, como el franc¨¦s, este filme aborda, desde un aspecto colateral, un asunto relativo a la Segunda Guerra Mundial. Pero con la diferencia de que la aventura individual aqu¨ª narrada quiere ser de alto dramatismo: el tri¨¢ngulo, pat¨¦tico e incluso siniestro, formado por una profesora, un joven alumno suyo y el marido de aquella, que comienza como la historia de una liberaci¨®n y poco a poco acaba convirti¨¦ndose en el relato de una servidumbre.
Es precisamente en esta zona de acabamiento donde la pel¨ªcula comienza a perder el fuste inicial y poco a poco se va dispersando por ramas que conducen el relato a ninguna parte. El viejo y proverbial rigor del maestro Wiederberg parece haberse esfumado en una historia muy compleja, a la que no llega a sujetar, dominar y atar todos sus cabos sueltos.
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