Clinton y Dole agotan s¨ªmbolos, promesas y energ¨ªas en sus ¨²ltimas horas de campa?a
El discurso, micr¨®fono en mano, inclu¨ªa el repertorio habitual: cr¨ªticas contra la corrupci¨®n en la Casa Blanca -"en las ¨²ltimas semanas estamos saliendo a esc¨¢ndalo diario; esto tiene que acabar"-, advertencias sobre la desconfianza que merece el presidente y promesas de milagros econ¨®micos si gana las elecciones de pasado ma?ana. La audiencia tambi¨¦n era m¨¢s o menos la habitual, unas 300 personas. Lo ¨²nico extraordinario del mitin de Bob Dole ayer en Hasbrouck Heights (Nueva Jersey) es que ocurri¨® a las 4.40 de la madrugada. "?Estamos ya en Filadelfia?" pregunt¨® el candidato republicano.
Embarcado en un extenuante marat¨®n electoral final en busca de la proeza de contradecir todas las encuestas, Dole, de 73 a?os de edad, tiene ya dificultades incluso para identificar las ciudades que pisa. No duerme m¨¢s que unas cabezadas entre mitin y mitin y apenas interrumpe la campa?a mas que para darse una ducha y cambiarse de camisa.A Filadelfia llegar¨ªa un poco m¨¢s tarde para reunirse con Colin Powell, quien ha estado ausente de la campa?a republicana desde el principio, pero que ha decidido reaparecer brevemente ahora para ayudar a Dole en esta misi¨®n casi Imposible. El h¨¦roe de la guerra del Golfo llam¨® a esta gira ininterrumpida de Dole "la madre de. todos los viajes", y vaticin¨® que "esta carrera es ganable, y la va a ganar".
En el ¨¢rea de Nueva York, mezclado con seguidores de los Yankees, el candidato republicano compar¨® su destino con el de ese equipo, que acab¨® ganando este a?o la serie final del campeonato de b¨¦isbol por 4 juegos a 2, despu¨¦s de haber empezado perdiendo los dos primeros partidos en casa frente a quienes part¨ªan como favoritos, los Bravos de Atlanta.
"Si existe este entusiasmo en Nueva Jersey y Nueva York, puedo imaginarme c¨®mo ser¨¢ en el resto del pa¨ªs. Vamos a ganar estas elecciones", dijo Dole. La verdad es que el entusiasmo era escaso. En parte debido a lo intempestivo de la hora. En parte, tambi¨¦n, porque ninguno de los actos p¨²blicos de la campana republicana, ni en Nueva York ni en Colorado, ha conseguido reunir m¨¢s de unos cuantos cientos de personas.
En el otro extremo del pa¨ªs, Bill Clinton busc¨® ayer el simbolismo de El ?lamo, la vieja misi¨®n de San Antonio en la que los tejanos resistieron el siglo pasado los ataques del Ej¨¦rcito mexicano, para marcar el tono triunfante de su campa?a. La encuesta de ayer de CNN-USA Today le daba 13 puntos de ventaja.
Los m¨ªtines, del presidente s¨ª han conseguido reunir grandes concentraciones, algunas de las mayores que se recuerdan en la historia electoral de este pa¨ªs. -El viernes, por ejemplo, Clinton se dirigi¨® en Las Cruces (Nuevo M¨¦xico) a varios miles de personas -latinos en su mayor¨ªa-, ante las que repiti¨® que "se mueve demasiado dinero en estas campa?as".
Tarde llega ese reconocimiento de culpa por parte de un presidente que se ha destacado en los ¨²ltimos cuatro a?os por su capacidad como recolector de fondos. Es cierto que Dole ha impedido en el pasado la votaci¨®n de leyes para reformar la financiaci¨®n de las campa?as. Pero tambi¨¦n es verdad que la Casa Blanca no ha empujado esas leyes con demasiada energ¨ªa.
En Las Cruces, uno de los responsables de la campa?a de Clinton advirti¨® que el desinter¨¦s del p¨²blico por estas elecciones puede traducirse en una cifra r¨¦cord de abstenci¨®n el pr¨®ximo martes y que eso puede perjudicar al presidente.
Se da casi por seguro que votar¨¢n menos del 54% que lo hizo en 1992, y no se descarta que acudan a las urnas incluso menos de la mitad del cuerpo electoral norteamericano.
Los asesores de Clinton temen que la convicci¨®n generalizada de que el presidente ser¨¢ reelegido desanime a algunos, de sus seguidores a votar. Eso podr¨ªa, quiz¨¢, impedir una victoria abrumadora, pero no modificar decisivamente el resultado de las elecciones.
Bill Clinton concluir¨¢ su ¨²ltima gira -la ¨²ltima tambi¨¦n de su carrera pol¨ªtica- en su ciudad de origen, Little Rock (Arkansas), donde esperar¨¢ el resultado de la votaci¨®n.
Bob Dole quiere acabar simb¨®licamente su marat¨®n en Independence (Missouri), el pueblo natal de Harry Truman, el presidente que gan¨® las elecciones de 1948 en contra de la opini¨®n de todas las encuestas y de todos los pron¨®sticos.
Y el ganador es... Al Gore
El ganador m¨¢s probable de las elecciones del pr¨®ximo martes es... Al Gore. No s¨®lo porque, si Bill Clinton es reelegido, el vicepresidente se colocar¨¢ inmediatamente a las puertas de la candidatura dem¨®crata a, la presidencia de Estados Unidos en el a?o 2000, sino tambi¨¦n porque ha triunfado en esta campa?a en la ¨²nica faceta en la que se le consideraba d¨¦bil: se ha destapado como orador.Al Gore se ha relajado, ha perdido la rigidez que hac¨ªa confundirle con uno de los miembros de su escolta, ha aprendido a contar buenos chistes y, a juzgar por la reacci¨®n de quienes le escuchan, ha empezado a meterse a la gente en el bolsillo.
El jueves pasado, en un mitin celebrado en Tejas, Al Gore se atrevi¨® incluso a bromear sobre su futuro pol¨ªtico. Se?alando hacia el escudo oficial del vicepresidente de Estados Unidos, Gore dijo: "Si miran ese escudo y se tapan el ojo izquierdo leer¨¢n 'presidente de Estados Unidos'. Siento v¨¦rtigo cada vez que lo veo".
Al Gore se ha confirmado en esta campa?a como el mejor colaborador del presidente Bill Clinton y, sin duda, como el dirigente dem¨®crata m¨¢s popular, sin verse perjudicado por los esc¨¢ndalos de la Casa Blanca ni por la mala imagen tradicional de su partido.
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