Dos personalidades sobre un sill¨ªn
Una pareja de peculiares ciclistas cuenta su diferente manera de salvar el tr¨¢fico de la ciudad
Una ojeada a la foto de arriba basta para darse cuenta de las diferencias: a la izquierda, Juan Lluis-Yag¨¹e, profesor de Educaci¨®n F¨ªsica en un instituto, de 42 a?os, fuerte, ecologista, vestido como para ir a un gimnasio a cualquier hora; a la derecha, Jaime Braschi, de 48 a?os, un aut¨¦ntico dandi sobre las dos ruedas, elegante, tranquilo, ejecutivo de una gran empresa situada en la Castellana. Son dos maneras de entender la vida que coinciden en un punto: los dos van todos los d¨ªas al trabajo en bicicleta.Juan utiliza una bici de monta?a, m¨¢s c¨®moda para ir en ciudad debido a que la posici¨®n que adopta el ciclista es m¨¢s erguida y as¨ª puede ver m¨¢s f¨¢cilmente los coches. Su casa est¨¢ en la avenida de Reina Victoria y su instituto, en la avenida de la Albufera. En total, ocho kil¨®metros. No tarda m¨¢s de 25 minutos. Claro que Juan le atiza bien a la bici: de media, suele llegar a los 30 kil¨®metros por hora. ?gil y de r¨¢pidos reflejos, este profesor se mete por cualquier calle, aunque est¨¦ atragantada de coches. Sostiene que las bicicletas tienen el mismo derecho -o incluso m¨¢s- que los coches. Y no est¨¢ dispuesto a dejarse arrebatar su porci¨®n de ciudad: "Yo ocupo menos, contamino menos, hago menos ruido y soy menos peligroso: tengo m¨¢s derecho que cualquier automovilista a circular por las calles", dice. "Hay conductores que me miran con tirria, pero yo s¨¦ que otros me miran con envidia cuando sorteo atascos", a?ade. Juan no tiene dudas con respecto a las bondades de la bicicleta en la ciudad: "Est¨¢ demostrado que la bicicleta es el mejor deporte que existe, despu¨¦s de andar; se consumen grasas y, si no se fuerza la m¨¢quina, no se sufren taquicardias ni se aceleran las pulsaciones". Para Juan, la bicicleta es m¨¢s que un medio de transporte. Es una manera de ejercer la ¨¦tica: %Con qu¨¦ cara me presento a mis alumnos, a los que predico ecologismo y un sentido de la vida contrario al ego¨ªsmo, montado en un coche?".
Braschi, por su parte, elige siempre los itinerarios m¨¢s alejados del tr¨¢fico. Vestido como para asistir a un consejo de administraci¨®n, este ejecutivo de Aravaca consigue todos los d¨ªas llegar a su oficina de la Castellana pedaleando sobre parques, calles solitarias, aceras no muy frecuentadas y paseos s¨®lo para peatones. Va muy despacio, saborea el trayecto y la ma?ana como otros saborean una sonata de Beethoven y por nada del mundo importuna al viandante.-"Por eso voy as¨ª vestido, para que los peatones no me tengan miedo", a?ade.
Braschi eligi¨® hace seis a?os desplazarse al trabajo en bicieleta: "Porque el tr¨¢fico, literalmente, era una mierda, porque me estaba convirtiendo en una foca y porque odiaba el coche", dice. Ahora soy libre y feliz y eso se nota cuando llego al trabajo". Tarda 40 minutos y todav¨ªa recuerda cuando antes empleaba 20 s¨®lo en aparcar. A la hora de la comida, en vez de atropellarse en el restaurante de la esquina, agarra de nuevo su bicicleta y busca por calles peque?as cualquier bar que le convenga m¨¢s.
No es profesor de Educaci¨®n F¨ªsica, ni siquiera un deportista al uso. "Hasta los 40 a?os no hac¨ªa nada de deporte", afirma. Por eso est¨¢ en condiciones de sostener que cualquier persona "puede hacer lo mismo" que ¨¦l. Su bicicleta es un espejo con dos ruedas de su car¨¢cter: distinguido, discreto y con cierto aire se?orial. Un timbre como los que salen en las pel¨ªculas de hace muchos a?os corona un manillar limp¨ªsimo. "Pero con el estruendo que hay en esta ciudad nadie lo oye", cuenta. Carga con una cesta de mimbre y con un malet¨ªn de jefe de ventas de empresa.
Y su veh¨ªculo le ha servido, adem¨¢s, para conocer su ciudad: "Intento buscar itinerarios que no conoc¨ªa, siempre estoy atento a los nuevos paseos para ver si sirven a la bicicleta".
Estas dos distintas personalidades del sill¨ªn est¨¢n de acuerdo en una cosa: "Cuando el alcalde dice que la bici en Madrid no sirve por las cuestas no tiene raz¨®n".
"Con las bicicletas modernas y sus cambios de pi?ones y platos, y buscando un desarrollo c¨®modo, se puede subir cualquier cosa", dice el deportista.
"Con un buen mapa, siempre se encuentra el camino llano", a?ade el dandi con una sonrisa.
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