Los peligros del pacto de estabilidad alem¨¢n
El autor advierte de los riesgos para Espa?a de un plan de estabilidad severo
En principio, no puede haber nadie que est¨¦ en contra de la estabilidad macroecon¨®mica; de ah¨ª que el Pacto de Estabilidad propuesto por el ministro alem¨¢n de Finanzas, Theo Waigel, tenga sentido tanto desde el punto de vista econ¨®mico como pol¨ªtico. Sin embargo, la propuesta alemana es excesivamente dura.Una vez iniciada la tercera fase de la uni¨®n monetaria, el 1 de
enero de 1999, la estabilidad monetaria estar¨¢ asegurada a trav¨¦s del Banco Central Europeo, pero en el caso de la estabilidad fiscal s¨®lo existen las recomendaciones y procedimientos para evitar d¨¦ficit p¨²blicos excesivos establecidos en el art¨ªculo 104 c) del Tratado de Maastricht. El deseo alem¨¢n es que dichas recomendaciones, que, como casi todo lo dispuesto en el tratado en los aspectos fiscales, son algo vagas y sujetas a interpretaciones m¨¢s o menos flexibles, queden claramente interpretadas, e incluso cuantificadas de forma muy restrictiva, para asegurar una fuerte disciplina fiscal, que, por cierto, casi ning¨²n pa¨ªs europeo
ha mantenido en los ¨²ltimos a?os, empezando por la misma Alemania despu¨¦s de su unificaci¨®n. Desde el punto de vista pol¨ªtico, a Alemania le interesa tambi¨¦n dejar claro a sus ciudadanos que el Banco Central Europeo va a ser tan antiinflacionista como el Bundesbank y que los pa¨ªses que inicien la tercera fase van a seguir siendo extremadamente cuidado sos con su pol¨ªtica presupuestaria, con lo que no deben temer pasar del marco al euro, ya que ¨¦ste ser¨¢ tan estable como aqu¨¦l y no perder¨¢n valor con el cambio. La propuesta alemana tiene, por tanto, como objeto "reforzar y simplificar" ¨¦l procedimiento de d¨¦ficit excesivos del tratado. Para ello, en primer lugar, cuantifica, las bandas de fluctuaci¨®n de los
d¨¦ficit p¨²blicos, que no deber¨¢n exceder del 1% del PIB en tiempos normales y del 3% del PIB en situaciones dif¨ªciles.
En segundo lugar, define con claridad el t¨¦rmino "excepcional y temporalmente" a que se refiere el tratado cuando permite que pueda sobrepasarse el 3%. Respecto del primero, la propuesta alemana establece que no siendo un hecho realmente excepcional, como una cat¨¢strofe natural, dicho exceso s¨®lo se podr¨¢ admitir en caso de una severa recesi¨®n, y ¨¦sta se define como cuatro trimestres seguidos con crecimiento negativo o una ca¨ªda del PIB real, en un a?o, del 2%. _Respecto al t¨¦rmino "temporalmente", la propuesta lo limita a seis meses como m¨¢ximo.
En tercer lugar, intenta cuantificar las multas que el tratado establece para los pa¨ªses que no corrigen el d¨¦ficit excesivo en el plazo establecido. Para ello, establece un dep¨®sito, que no devenga intereses, del 0,25% del PIB por cada punto de d¨¦ficit excesivo y la posibilidad de restringir el acceso a los fondos estructurales. Por ¨²ltimo, establece un consejo de estabilidad que supervise el cumplimiento del pacto.
Esta propuesta est¨¢ siendo discutida en las ¨²ltimas reuniones del Ecofin y, l¨®gicamente, no se est¨¢ llegando a ning¨²n acuerdo sobre ella dada su excesiva severidad, a la que tanto la mayor¨ªa de la Comisi¨®n como una mayor¨ªa de pa¨ªses miembros se opone, aun a pesar de estar de acuerdo con la idea.
La oposici¨®n de estos pa¨ªses tiene mucha l¨®gica desde el punto de vista econ¨®mico por una serie de razones de peso. Ya el hecho de establecer unos valores de referencia iguales para todos los pa¨ªses, del 60% de deuda sobre PIB y del 3% de d¨¦ficit p¨²blico sobre el PIB, como hacen los criterios de convergencia del tratado, es una decisi¨®n arbitraria y que tiene poco sentido econ¨®mico.. Los pa¨ªses con mayor deuda deben tener unos d¨¦ficit menores, o incluso super¨¢vit si aqu¨¦lla es muy elevada, mientras que los pa¨ªses con menor deuda pueden llegar a tener d¨¦ficit m¨¢s elevados si las circunstancias econ¨®micas lo aconsejan.
Los niveles apropiados de deuda y d¨¦ficit p¨²blico dependen, en ¨²ltima instancia, de dos magnitudes econ¨®micas fundamentales: la tasa de ahorro privada y el nivel de riqueza financiera privada. Si estas dos ¨²ltimas son m¨¢selevadas en un determinado pa¨ªs que en otros, los niveles de d¨¦ficit y deuda pueden ser mayores en dicho pa¨ªs sin que planteen problemas de solvencia o de sostenibilidad.
Adem¨¢s, el criterio de d¨¦ficit p¨²blico est¨¢ establecido en t¨¦rminos netos mientras que el criterio de deuda est¨¢ establecido. en t¨¦rminos brutos. Este ¨²ltimo no tiene en cuenta muchas obligaciones
contingentes futuras del Estado, como pensiones y otras prestaciones de la Seguridad Social no provisionadas, avales, seguro de riesgos pol¨ªticos de cr¨¦ditos a la exportaci¨®n, etc¨¦tera, y, adem¨¢s, permite e invita a realizar activos financieros para reducir deuda a trav¨¦s di las privatizaciones de empresas estatales m¨¢s, por razones de convergencia que de eficiencia.
Por otra parte, no se hace ninguna distinci¨®n entre si el d¨¦ficit p¨²blico es debido a un exceso de gasto de consumo p¨²blico, a un exceso de inversi¨®n p¨²blica o a un exceso de gastos financieros derivados del servicio de deuda. No es lo mismo un d¨¦ficit debido a inversi¨®n p¨²blica, que va a generar mayores ingresos futuros, a otro que deriva de un aumento del consumo o de un excesivo endeudamiento.
. Pero lo m¨¢s importante es que, a corto plazo, la recuperaci¨®n econ¨®mica puede verse frenada debido a la conjunci¨®n del cumplimiento de dichos requisitos fiscales de convergencia, que va a exigir, a casi todos los pa¨ªses europeos, una fuerte contracci¨®n fiscal, unido al cumplimiento del requisito de inflaci¨®n, que va a exigir una pol¨ªtica monetaria, quiz¨¢ a¨²n no restrictiva, pero que podr¨¢ serlo dentro de un a?o en Algunos pa¨ªses europeos y, especialmente, en el nuestro, si, finalmente, el consumo se recupera con fuerza.
Ef¨¦ctos recesivos
La experiencia nos muestra que el desarrollo paralelo de una pol¨ªtica fiscal y monetaria contractivas tiene efectos recesivos a corto y medio, plazo. sobre la actividad econ¨®mica. Hasta ahora, en Europa, la contracci¨®n fiscal ha
sido solamente moderada y la pol¨ªtica monetaria ha sido m¨¢s bien expansiva, lo que augura una cierta recuperaci¨®n econ¨®mica en 1997. Sin embargo, la contracci¨®n presupuestaria en 1997 y 1998 va a ser mucho m¨¢s dr¨¢stica, y es bastante probable que la pol¨ªtica monetaria pase a ser primero neutral hasta mediados de 1997, y posteriormente m¨¢s contractiva, hasta qu¨¦ se alcance el valor de referencia del criterio de inflaci¨®n en abril de 1998. ,
Si a esta contracci¨®n se le a?ade la derivada de 1 a entrada en vigor del Pacto de Estabilidad propuesto por Alemania para los pa¨ªses que inicien la tercera fase de la Uni¨®n Monetaria, el crecimiento econ¨®mico europeo puede verse seriamente afectado. Por un lado, la mayor¨ªa de los pa¨ªses 'miembros tendr¨¢n que contraer a¨²n m¨¢s sus pol¨ªticas fiscales para acercarse al objetivo de d¨¦ficit del 1% del PIB, considerado como normal. Por otro lado, el flamante Banco Central Europeo tendr¨¢ que llevar a cabo una pol¨ªticamonetaria contractiva para ganarse la credibilidad antiinflacionista y ser percibido como un digno heredero del Bundesbank.
Es decir, que tambi¨¦n los a?os .siguientes a 1999 pueden ser problem¨¢ticos si, finalmente, el Pacto de Estabilidad alem¨¢n va adelante y no se flexibiliza sustancialmente. Una pol¨ªtica fiscal contractiva en toda Europa s¨®lo es, posible durante una determinada fase expansiva del ciclo o siempre que una pol¨ªtica monetaria m¨¢s laxa compense, al menos en parte, dicha contracci¨®n. Con la pol¨ªtica monetaria en manos del Banco Central Europeo, totalmente independiente y con un objetivo antiinflacionista, el ¨²nico instrumento de pol¨ªtica macroecon¨®mica que les queda a los Gobiernos es la pol¨ªtica fiscal para que cumpla su misi¨®n antic¨ªclica y estabifizadora y evitar excesivas fluctuaciones de la actividad econ¨®mica. Si se pone. un tope del 3% como d¨¦ficit m¨¢ximo, se inhibe la posibilidad de que jueguen los estabilizadores autom¨¢ticos que suministra la pol¨ªtica fiscal.
La reacci¨®n de los mercados
Se puede contraargumentar, como yo mismo he hecho contestando recientemente a un art¨ªculo d¨¦ Rudi Dombusch, que, dados los elevados niveles de d¨¦ficit p¨²blico y deuda que se han acumulado en Europa, una fuerte contracci¨®n fiscal puede expandir la demanda agregada de la econom¨ªa europea en lugar de deprimirla, a trav¨¦s de un menor efecto expulsi¨®n de la inversi¨®n privada y una mayor, percepci¨®n de credibilidad y confianza por parte de los mercados financieros que se traduce en una evoluci¨®n m¨¢s favorable de los mercados de renta fija, y renta variable y un abaratamiento de la financiaci¨®n del Estado, las empresas y las familias. Sin embargo, este efecto ser¨¢, sin duda, mucho menor cuanto menores sean los niveles de d¨¦ficit p¨²blico una vez dentro de la tercera fase. Los mercados pueden incluso reaccionar contrariamente a lo esperado si observan que una contracci¨®n fiscal y monetaria demasiado largas pueden poner en peligro el crecimiento econ¨®mico europeo.
Por ¨²ltimo, la soluci¨®n de las sanciones a trav¨¦s de dep¨®sitos del 0,25% o 0,50% del PIB sin remunerar, o incluso la p¨¦rdida de los mismos en caso de reincidencia, es absolutamente contradictoria. Se intenta forzar a que un pa¨ªs reduzca su d¨¦ficit p¨²blico excesivo imponi¨¦ndole un d¨¦ficit p¨²blico a¨²n mayor.
Todos estos argumentos en contra de un pacto de estabilidad tan severo como el que proponen los alemanes son a¨²n m¨¢s pertinentes para Espa?a, que tiene una elevada tasa de desempleo que le hace m¨¢s dif¨ªcil reducir el d¨¦ficit p¨²blico, por tener menos ingresos por contribuciones e impuestos sobre la renta y m¨¢s gastos por prestaciones por desempleo y que, adem¨¢s, le obliga a crecer a mayor ritmo que el resto de Europa para poder reducirla. Un pacto de estabilidad tan duro puede resultar muy peligroso. No hay que olvidar que desde hace casi veinte a?os (1977) no hemos tenido un d¨¦ficit p¨²blico inferior 'al 1% del PIB y, desde hace cerca de cuarenta (1959), no hemos tenido una recesi¨®n con una ca¨ªda del 21% del PIB para poder tener un d¨¦ficit superior temporalmente del 3% del PIB.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.