Madrid 'exporta' su mastodonte a Jap¨®n
El orgullo de la paleontolog¨ªa madrile?a, un f¨®sil de mastodonte de 18 millones de a?os de antig¨¹edad, encontrar¨¢ nueva residencia en el Museo de F¨®siles Mizunami, de Jap¨®n. Por primera vez, el cr¨¢neo y la mand¨ªbula de Gomphoterium angustidens -un antepasado del elefante-, descubiertos en el barrio de Tetu¨¢n en 1959, podr¨¢n ser observados y estudiados en el extranjero. Pero la difusi¨®n internacional de este conjunto f¨®sil se realizar¨¢ sin riesgo ni menoscabo para el patrimonio hist¨®rico madrile?o, pues lo que se enviar¨¢ a los japoneses ser¨¢ una copia notablemente fiel al original, en el marco de lo que constituye el primer env¨ªo de reproducciones de f¨®siles de tal envergadura desde Espa?a.No es para menos: contando los colmillos, el f¨®sil alcanza los dos metros de longitud, una magnitud inusual en r¨¦plicas de esta clase. Ha sido el car¨¢cter ¨²nico de las piezas lo que motiv¨® a las autoridades de la instituci¨®n japonesa a ofrecer al Ayuntamiento de Madrid, su propietario, 12.000 d¨®lares (en tomo al mill¨®n y medio de pesetas) por esta r¨¦plica.
Peque?a proeza t¨¦cnica
Copiar un f¨®sil resulta enormemente complicado habida cuenta del cuidado con que debe tratarse estos antiqu¨ªsimos huesos Por esa raz¨®n, la confecci¨®n del molde y la reproducci¨®n de los f¨®siles del mastodonte ha exigido una peque?a proeza t¨¦cnica y cient¨ªfica a Pool Dickynson, la empresa especializada en conservaci¨®n y restauraci¨®n de bienes culturales contratada para el trabajo.A los especialistas de Pool Dickynson el encargo les plante¨® un desaf¨ªo in¨¦dito. "Nadie hab¨ªa realizado hasta entonces copias de f¨®siles de un tama?o tan considerable", recuerda Carlos Burguete Prieto, uno de los socios de la firma. Abordaron el asunto extremando las precauciones. "Primero hicimos una radiograf¨ªa al f¨®sil para detectar posibles grietas interiores", explica Bianca Hern¨¢ndez Pool, tambi¨¦n de Pool Dickynson. A continuaci¨®n reforzaron los huesos aplic¨¢ndoles una resina acr¨ªlica.
Si se pretende que la copia reproduzca todos los rasgos del original, incluso los m¨¢s ¨ªnfimos, es imprescindible la obtenci¨®n de un molde. En el caso del Gomphoterium, el trabajo se dividi¨® en dos etapas: un molde para la parte superior y otro para la inferior. En el primero no hubo dificultades: se cubrieron los f¨®siles con silicona y al secarse se extrajo un molde, pero la parte inferior fue m¨¢s complicada. La salida ingeniada consisti¨® en recubrir la parte superior del cr¨¢neo y los colmillos con una espuma dura de poliuretano que, al endurecerse, tom¨® la forma de un bloque; con esta estructura de sujeci¨®n, los expertos se atrevieron a dar vuelta al conjunto, poniendo al descubierto su parte inferior por primera vez desde 1959.
Los dos moldes fueron rellenados con un mortero mineral fabricado en Alemania, sumamente maleable y ligero, mezclado con fibra de vidrio y reforzado con pol¨ªmero. De all¨ª se obtuvo el vaciado de la primera copia del f¨®sil, de apenas 40 kilos de peso, frente a los m¨¢s de 100 kilos del original. El molde quedar¨¢ en poder del Instituto Arqueol¨®gico madrile?o.
Millones de a?os atr¨¢s, por el valle del r¨ªo Manzanares pululaba una fauna de grandes dimensiones, en la cual descollaban los mastodontes. El Gomphaterium angustidens era uno de ellos. Hace 18 millones de a?os, un ejemplar de este antepasado del elefante de tres metros de altura ramoneaba en una zona cenagosa de lo que hoy es el barrio de Tetu¨¢n y debi¨® quedar atrapada en las arcillas.
Fue rescatado en el curso de una excavaci¨®n de car¨¢cter comercial en 1959. Supervis¨® la operaci¨®n el arque¨®logo Julio Mart¨ªnez Santa-Olalla. Por tratarse de una especie de la cual existen escasos restos, el cr¨¢neo y la mand¨ªbula del Gomphoterium angustidens se convirtieron en una joya del patrimonio cultural madrile?o, que se podr¨¢n admirar en el futuro Museo Arqueol¨®gico Municipal.
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