A los 20 a?os de su tr¨¢gica muerte, Cecilia revive cantando con amigos
Hoy se da a conocer un disco que recoge sus ¨¦xitos y nuevos duetos
Evangelina Sobredo Galanes (1948-1976), conocida como Cecilia, fue una de las figuras m¨¢s llamativas del pop espa?ol de los primeros a?os setenta: con una formaci¨®n musical folk, captur¨® al p¨²blico con desgarradas confesiones amorosas y acerados retratos costumbristas. El doble Desde que t¨² te has ido contiene rarezas discogr¨¢ficas, interpretaciones originales y duetos realizados en 1996 por Juan Carlos Calder¨®n, fundiendo su voz con las de Ana Bel¨¦n, Merche Corisco, Soledad Jim¨¦nez, Miguel Bos¨¦, Julio Iglesias y Manolo Tena.
En la portada de su primer elep¨¦ (1972), Cecilia aparec¨ªa como una chica de universidad yanqui: vaqueros, melena lacia, pecas y camiseta larga. M¨¢s el detalle de la mano enfundada en un guante de boxeo. Un mensaje subliminal de que Cecilia quer¨ªa pegar fuerte o, m¨¢s probable, un intento de endurecer su imagen. Y es que el disco conten¨ªa muestras de su suave sarcasmo ("Dama, dama, de alta cuna, / de baja cama, se fiora de su se?or, / amante de un vividor") pero abundaban m¨¢s las declaraciones atormentadas, las confesiones casi masoquistas de la necesidad de amor: "Soy un pelda?o subiendo tu escalera, / una gota de agua, / as¨ª de peque?a soy yo, / nada de nada". Manolo Tena, que ha unido su voz a la de ella en una de esas amargas canciones, Fui, en el disco que hoy, lunes 18 de noviembre, se publica, reconoce que las letras de Cecilia tal vez parezcan ahora pol¨ªticamente incorrectas, "pero tienen la verdad del sufrimiento: '?Qu¨¦ soy yo? / Soy igual que las dem¨¢s, / una palabra, una noche fingida/ y una despedida' tiene mucho de recriminaci¨®n y un an¨¢lisis muy certero de cierto tipo de hombre". Manuel Rom¨¢n, en su libro Canciones de nuestra vida, recoge su preocupaci¨®n por la muerte, su tendencia a la depresi¨®n, sus visitas a un psiquiatra y el rumor de alg¨²n intento de suicidio.
Nacho S¨¢enz de Tejada, que fue su guitarrista en Expresi¨®n, el primer grupo que form¨® Cecilia en Espa?a, tras recorrer tres continentes como hija de diplom¨¢tico, recuerda el impacto de escucharla: "Ella estaba marcada por Melanie, aquella cantante hippy, aunque era a¨²n m¨¢s visceral. Ten¨ªa muchos temas en ingl¨¦s y nos deslumbrar
"Parec¨ªa reservada", a?ade S¨¢enz de Tejada, "hasta apocada, pero se part¨ªa el alma cuando cantaba. Grabamos un single que apenas se distribuy¨® pero que nos sirvi¨® para presentarnos en CBS, que entonces era la ¨²nica discogr¨¢fica con actitudes modernas. Claro, ¨¦ramos tan puristas que ni nos plante¨¢bamos cantar en espa?ol, y en CBS se quedaron s¨®lo con ella. Y aunque los arreglos que pusieron a sus canciones nos parec¨ªan entonces demasiado comerciales, la verdad es que lograron hacer masivo un repertorio que sonaba muy agrio en aquellos tiempos. Y ella nunca renunci¨® a proyectos como el de musicar poemas de Valle-Incl¨¢n".
Dando una de cal y otra de arena, Cecilia se mantuvo en un mercado que por entonces estaba dominado por baladistas masculinos sin grandes ambiciones. Ella s¨ª las ten¨ªa, aunque pasase por las horcas caudinas del Festival de la OTI con Amor de medianoche, tambi¨¦n vend¨ªa un cari?oso retrato machadiano de nuestro pa¨ªs en Mi querida Espa?a y esa cr¨®nica de retorcido amor reprimido titulada Un ramito de violetas. Esta ¨²ltima canci¨®n ser¨ªa, a?os despu¨¦s, retomada con acierto por el flamenco Manzanita.
El ej¨¦rcito de admiradores de Cecilia tiene miembros inesperados: el pasado a?o se unieron dos grupos de culto, los madrile?os Fangoria y los donostiarras Le Mans, para realizar una versi¨®n dance de Me quedar¨¦ soltera. Que no funcion¨®: sus versos -"Y si muero de vieja sin tener pareja, / dime qui¨¦n llorar¨¢ a una solterona / llantos de verdad en su funeral"- son demasiado ¨¢speros incluso cuando suenan en las pistas de baile m¨¢s audaces.
Cecilia no muri¨® de vieja. En la madrugada del 2 de agosto de 1976 volv¨ªa de una actuaci¨®n en Vigo, dormida en el coche que conduc¨ªa uno de sus m¨²sicos. Cerca de Benavente, el veh¨ªculo choc¨® contra un carro tirado por bueyes y Cecilia falleci¨® instant¨¢neamente, en unas circunstancias que ahora parecen cruelmente simb¨®licas para alguien que, como ella hizo, palade¨® la hiel de la vieja Espa?a ("Ahora vivo a costa / de un mill¨®n de muertos, / un mill¨®n de tumbas, / un mill¨®n de espectros") pero que asum¨ªa su historia terrible: "No me pertenece el paisaje,/ voy sin equipaje por la noche larga, / quiero ser peregrino por los caminos de Espa?a".
Babelia
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