Silencio c¨®mplice de la comunidad internacional
Armas procedentes de diversos pa¨ªses han seguido abasteciendo los arsenales de todas las partes en conflicto en la regi¨®n de los Grandes Lagos. Amnist¨ªa Internacional (Al) ha advertido del peligro que ello supon¨ªa en varios informes publicados durante los ¨²ltimos dos a?os. La respuesta de la comunidad internacional fue, mayoritariamente, el silencio. Las armas vuelven a hablar ahora.Los datos disponibles (buena parte del comercio es ilegal o est¨¢ amparado por el secretismo oficial que rodea el comercio de armas, como ocurre en Espa?a) indican que en la zona se ha encontrado armamento procedente de diversos pa¨ªses.
El Gobierno de Burundi ha recibido armas, entre otros pa¨ªses, de: Francia, B¨¦lgica, Alemania, Estados Unidos y China, que parece que facilit¨® un gran cargamento de armas ligeras en 1995.
Las antiguas fuerzas gubernamentales ruandesas: de B¨¦lgica, Egipto, Francia, Sur¨¢frica y Estados Unidos.
El actual Ej¨¦rcito Patri¨®tico Ruand¨¦s: de Uganda, con armas sovi¨¦ticas y de otras procedencias, y de comerciantes que suministraron rifles de origen rumano.
El Gobierno zaire?o: de B¨¦lgica, Francia, Alemania, Israel, Reino Unido y Estados Unidos. Tambi¨¦n se han recibido informes de env¨ªos secretos de armas a los grupos armados hutus de oposici¨®n desde Albania, Bulgaria, China, Francia, Israel, las Seychelles, Sur¨¢frica y Zaire.
El Gobierno surafricano aprob¨® un contrato para suministrar al Gobierno de Ruanda equipo militar de varios tipos, por un valor, al parecer, de 85 millones de rands, aunque el Gobierno anunci¨® la, paralizaci¨®n de los env¨ªos a ra¨ªz del inicio de la crisis, y tras una reclamaci¨®n realizadas por Amnist¨ªa Internacional.
?ltimamente tambi¨¦n se han recibido varias denuncias sobre comerciantes con base en Sur¨¢frica que venden ilegalmente armas a la regi¨®n de los Grandes Lagos. Al parecer, estos traficantes utilizan el lago Tanganika como ruta de env¨ªo de armas ligeras a los grupos armados de oposici¨®n de Burundi y Ruanda, y el puerto de Durban para recibir armas procedentes de China, que se env¨ªan il¨ªcitamente por avi¨®n a trav¨¦s de Zaire a la UNITA, grupo armado de oposici¨®n de Angola, y a los grupos armados hutus en el exilio. El Gobierno de Israel ha estudiado recientemente el suministro de armas al Gobierno de Ruanda.
Otras fuentes indicaban tambi¨¦n la posible asistencia militar ofrecida por Estados Unidos al actual Ej¨¦rcito ruand¨¦s. Al no puede confirmar todos estos datos, pero lo que resulta evidente es que Zaire, Burundi y Ruanda han seguido recibiendo armas, a pesar de los graves abusos contra los derechos humanos cometidos por sus fuerzas armadas y las milicias vinculadas a ellas, especialmente en las zonas fronterizas.
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas cre¨® el a?o pasado una comisi¨®n, internacional de investigaci¨®n para indagar sobre las denuncias sobre el rearme de las antiguas fuerzas armadas y milicias ruandesas en el exilio.
Uno de los casos citados en el ¨²ltimo informe de la citada comisi¨®n es el de un avi¨®n con matr¨ªcula de Nigeria B 707, que el 24 de mayo de 1994 sali¨® del aeropuerto de Barajas (Madrid), al parecer con un cargamento de 30 toneladas de armas que habr¨ªan llegado al este del Zaire. Seg¨²n los informes recibidos por Amnist¨ªa Internacional, el cargamento que sali¨® de Barajas era de fusiles de asalto alemanes G-3 de segunda mano, excedentes del Ej¨¦rcito portugu¨¦s, vendidos a principios de 1994.
En ning¨²n momento se ha afirmado que se tratase de armas espa?olas, aunque tampoco puede descartarse que empresas o intermediarios espa?oles hubieran facilitado armas. Al y las otras organizaciones que encabezan la campa?a por la transparencia en el comercio de armas esperan que el Gobierno espa?ol aclare pr¨®ximamente todos los datos relacionados con dicho vuelo (tal como reclama la ONU), as¨ª como sobre todas las transferencias de armas desde Espa?a a la zona en crisis durante los cinco ¨²ltimos a?os.
La responsabilidad de todos los Gobiernos es evidente por la falta de acci¨®n para impedir el comercio de armas a la zona (o por su complicidad en algunos casos). Es evidente que el rearme no es la ¨²nica causa del conflicto actual, pero s¨ª es un factor agravante. Es por ello que, con motivo de crisis como la actual, es necesario reiterar que es mejor prevenir que curar, y que es urgente regular a nivel internacional el comercio de armas ligeras y facilitar los medios que permitan el control eficaz sobre su comercio. Asimismo, que el Parlamento espa?ol tiene pendiente atender la exigencia de modificar la normativa que rige el comercio de armas para garantizar la transparencia, para lo que en estos momentos s¨®lo resta el acuerdo del Partido Popular sobre una plataforma m¨ªnima propuesta por las ONG.
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