Cloacas
Cuando se legitiman las cloacas puede ocurrir que los detritus, no contentos con tan subterr¨¢neo recorrido, asomen de vez en cuando a la superficie. Las repugnantes vejaciones sufridas por un testigo del caso GAL han explicitado la ley de la cloaca y la corresponsabilidad de cuantos actuaron como aprendices de cloaquero. Sin embargo, los aprendices de brujo persisten en su alienaci¨®n de supervivientes, se torture a quien se torture, v¨ªctimas de la psicopatolog¨ªa de la raz¨®n de Estado o del recochineo sibarita de cloaquero con las heces hasta la nariz. Acaba de aparecer En el laberinto, un libro definitivo para entender el comportamiento del Ministerio del Interior regentado por Belloch-Margarita Robles, escrito por Fernando L¨®pez Agud¨ªn, responsable de las relaciones comunicacionales de Interior durante esa etapa. L¨®pez Agud¨ªn ha elaborado una espl¨¦ndida cr¨®nica laudatoria de la operaci¨®n limpieza impulsada, seg¨²n parec¨ªa, por Gonz¨¢lez, Belloch y Robles, y no ha a?adido nada de su cosecha, ni un juicio valorativo, ninguna sanci¨®n que no pueda desprenderse de la conducta, de los implicados.Pues bien, el libro es tan inc¨®modo para los villanos de esta historia como para los h¨¦roes. Les molesta tanto a las ratas de cloaca como a los que trataron de emplear el raticida, asustados estos ¨²ltimos porque la trama pol¨ªtico-policial tan claramente censada y retratada en el libro les pase factura y arruine expectativas de carrerismo pol¨ªtico. El vac¨ªo que rode¨® la presentaci¨®n de En el laberinto puede convertirse en vac¨ªo medi¨¢tico o en interpretaciones manipuladoras como la que sostiene que el libro demuestra las complicidades de Belloch con la ocultaci¨®n de la guerra sucia. Al contrario. El libro es un canto a Belloch y, sobre todo, a Robles porque trataron de erradicar la guerra sucia. L¨®gico el boicoteo de los villanos. Pero ?por qu¨¦ los h¨¦roes temen ahora sus pasadas heroicidades?
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