La locura del hu¨¦sped homicida
El s¨¦xtuple asesino de Burgos hab¨ªa vivido a costa de la hospitalidad de sus v¨ªctimas durante a?os. El 27 de noviembre de 1996 las mat¨® con una escopeta de caza antes de suicidarse de un tiro en el coraz¨®n
Antonia de la Torre y la familia Delgado Juez tuvieron durante a?os a su asesino en casa. Juan Medina Gordillo, El Franc¨¦s, el hombre que se vol¨® el coraz¨®n de un disparo tras matar a seis personas el 27 de noviembre de 1996, disfrut¨® durante a?os de la hospitalidad de sus v¨ªctimas tanto en Burgos como en la peque?a localidad de San Mill¨¢n de Lara, a 25 kil¨®metros de la capital burgalesa.
Cuando Medina volvi¨® de Francia, sin traerse m¨¢s que el apodo, se qued¨® a vivir en San Mill¨¢n durante diez a?os con su suegra, Antonia de la Torre, a pesar de haberse separado de la hija de esta, Inocencia, que se qued¨® en el pa¨ªs vecino con el hijo de ambos. Tras una d¨¦cada viviendo "de la caridad", de sus parientes, seg¨²n relatan en el pueblo, su cu?ado ?ngel le invit¨® hace cuatro a?os a buscarse otro techo tras una fuerte discusi¨®n. El Franc¨¦s se cobij¨® entonces durante dos a?os en casa de Amancio Delgado. Despu¨¦s se compr¨® una casa en el pueblo, que estaba arreglando, as¨ª como una huerta en la que hab¨ªa instalado un peque?o invernadero.
As¨ª que durante doce a?os Medina convivi¨® con sus v¨ªctimas: primero con su suegra, de 90 a?os, y su cu?ada, ?ngela Porres de la Torre, de 60. Despu¨¦s con los Delgado Juez, una familia numerosa a la que ya le faltan cuatro de sus miembros: la madre, Juliana Juez, de 49 a?os; y los tres hijos peque?os, Rosa de 15, Antonio de 19 y Mar¨ªa del Carmen, de 23.
"Desde que vino al pueblo s¨®lo le he visto trabajar dos meses que estuvo de pe¨®n de alba?il en esa casa de ah¨ª enfrente", cuenta un vecino de un pueblo cercano
Esta ¨²ltima era el objeto de la pasi¨®n imposible del Franc¨¦s, un amor no correspondido que acab¨® en tragedia. Medina la mat¨® junto a sus dos hermanos en el piso que ocupaban en la calle de Vitoria, en Burgos, sobre las cuatro de la tarde. Despu¨¦s, condujo hasta San Mill¨¢n, donde asesin¨® a su suegra y a la madre de los tres hermanos Delgado Juez. En aquel pueblo tambi¨¦n mat¨® a su cu?ada, ?ngela Porres, a la que dispar¨® casi en la puerta de su casa y que fue recogida, herida de muerte, por los vecinos, mientras murmuraba: "Mi cu?ado me ha matado". Despu¨¦s, se descerraj¨® el pecho con su escopeta de caza de ca?ones recortados.
Seg¨²n cuentan en el pueblo, Medina era "un se?or muy normal que no pegaba un palo al agua" y al que sol¨ªa verse "muy de seguido" en compa?¨ªa de los hijos de Amancio Delgado. "Ellos ten¨ªan sus tratos", explicaba un vecino, pero nadie en el pueblo dice conocer la denuncia por amenazas de muerte que unos meses antes, el 8 de abril, Mar¨ªa del Carmen interpuso contra Juan Medina. Seg¨²n fuentes jur¨ªdicas, El Franc¨¦s estuvo a disposici¨®n judicial pero fue puesto en libertad por carecer de antecedentes y porque para amenazar de muerte a Mar¨ªa del Carmen y a su novio utiliz¨® una pistola de juguete. Juan ten¨ªa en regla la licencia para la escopeta de caza con la que perpetr¨® los seis cr¨ªmenes.
Si las relaciones entre El Franc¨¦s y los Delgado cambiaron tras la denuncia ello no fue advertido por los vecinos. Todo lo contrario; su amistad parec¨ªa no haberse alterado. Juan llevaba y tra¨ªa a las hijas de Amancio del piso de Burgos y segu¨ªa obsequiando a Mar¨ªa del Carmen con regalos.
En opini¨®n de ?ngel Santillana, p¨¢rroco de San Mill¨¢n de Lara, Juan Medina pretend¨ªa "sacar afecto" de las muchachas con esta actitud. Adem¨¢s, desde hac¨ªa un a?o, los hijos de Amancio hab¨ªan alquilado un piso en la capital cuyo portal no distaba 50 metros del bloque en el que Juan Medina tiene una vivienda de su propiedad.
Nadie sabe de d¨®nde sac¨® Medina el dinero para comprar las dos viviendas y para los arreglos de la casa del pueblo. En los 15 a?os en que ha vivido en San Mill¨¢n de Lara, Juan Medina ha fraguado un amplio consenso sobre su car¨¢cter poco dado al trabajo. "Desde que vino al pueblo s¨®lo le he visto trabajar dos meses que estuvo de pe¨®n de alba?il en esa casa de ah¨ª enfrente", cuenta Lorenzo, el due?o del bar del vecino pueblo de Campolara. Lorenzo conoc¨ªa bien a la familia de Amancio, para la que peri¨®dicamente realizaba trabajos de empacado de hierba. "Siempre andaba por all¨ª", dice refiri¨¦ndose al Franc¨¦s, "hac¨ªa alg¨²n que otro recado pero sin hincarla. Era un Juan Lanas, que decimos por aqu¨ª".
Y es que los vecinos de San Mill¨¢n no son nada suaves a la hora de ponerle adjetivos al escaso amor al trabajo del Franc¨¦s, al que califican como un "chupasangre" de la familia de su mujer y de la familia Delgado Juez.
Quiz¨¢ una de las razones que ayude a explicar la facilidad de Juan Medina para estar con los hijos de Amancio Delgado sea el hecho de que ¨¦ste se pasaba la vida en el monte cuidando un reba?o de unas 300 ovejas. Amancio fue uno de los ¨²ltimos vecinos de San Mill¨¢n de Lara en enterarse de la tragedia que hab¨ªa acabado con la vida de su esposa y de tres de sus cinco hijos.
Sin embargo, la gente de la localidad no consideraba a Medina un hombre ni violento ni peligroso. Bien vestido y aseado, lo describen como un individuo afable y buen conversador. Sus vecinos de bloque en la capital burgalesa tampoco ten¨ªan queja de ¨¦l. Una mujer que vive en el mismo rellano de la vivienda del Franc¨¦s lo defin¨ªa como un hombre "muy amable y que saludaba muy bien".
Los vecinos de San Mill¨¢n cavaron las seis tumbas para las v¨ªctimas de Juan Medina. Se instalar¨¢ en el pueblo la capilla ardiente y se celebrar¨¢n los funerales, una vez que a los cad¨¢veres se les haya practicado la autopsia. Don Abel, el p¨¢rroco del pueblo, explic¨® que no habr¨¢ en San Mill¨¢n funeral por el asesino "para evitar la tensi¨®n". Es muy probable que el cuerpo del Franc¨¦s, que nadie ha reclamado, acabe en una fosa com¨²n.
C¨¢ndida, que regenta el bar de San Mill¨¢n de Lara en el que los vecinos lamentan el s¨¦xtuple crimen, no encuentra explicaciones a la tragedia. Aunque apunta una: "?Que por qu¨¦? Pues porque ten¨ªa una escopeta, por eso".
S¨ªguenos en Twitter y en Flipboard
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.