7.000 millones entre rejas

"Si nosotros gobernamos no se abrir¨¢ la macroc¨¢rcel". El PP est¨¢ cumpliendo a rajatabla la promesa del presidente del Congreso, Federico Trillo, durante la ¨²ltima campa?a electoral. La pol¨¦mica sobre la prisi¨®n, situada en el t¨¦rmino municipal de Zuera, a medio camino entre Zaragoza y Huesca, ya empieza a calificarse en los pasillos de la Presidencia del Gobierno como "el Lem¨®niz del PP", en referencia a la central nuclear vizca¨ªna cerrada por el Gobierno de UCD tras varios atentados de ETA contra las instalaciones y miles de millones empleados en su construcci¨®n.En Zuera se han gastado 7.000 millones de pesetas. La macroc¨¢rcel est¨¢ terminada hace meses, pero sus instalaciones, en las que comienzan a hacer mella las inclemencias del tiempo, permanecen vac¨ªas mientras en las dem¨¢s prisiones de Arag¨®n se hacina un n¨²mero excesivo de presos. La poblaci¨®n reclusa de los penales de Torrero (Zaragoza) y Huesca supera las 400 personas en unas instalaciones antiguas y deterioradas. El centro penitenciario de Teruel est¨¢ igualmente obsoleto, pero el menor volumen de reclusos hace la vida m¨¢s llevadera.

Las penurias de los reclusos de Arag¨®n no s¨®lo son difundidas por los familiares de los internos, los ex reclusos y las orgaNizaciones que colaboran en su reinserci¨®n social. La situaci¨®n ha merecido la denuncia del Defensor del Pueblo, Fernando ?lvarez de Miranda, y de su equivalente auton¨®mico, el Justicia de Arag¨®n Juan Monserrat. Tambi¨¦n el juez de vigilancia penitenciaria -que ha pedido el cierre de las instalaciones caducas- y los funcionarios de prisiones han insistido en las condiciones "inhumanas" en las que viven los presos en Arag¨®n. El propio presidente regional, el popular Santiago Lanzuela aseguraba "compartir plenamente" las opiniones del Defensor.

Pero el presidente aragon¨¦s reconoc¨ªa, nada m¨¢s llegar al cargo, que las pintadas en contra de la c¨¢rcel que a¨²n hoy se ven al viajar entre Huesca y Zaragoza le revuelven el est¨®mago. Lanzuela asegura conocer los extremos de la carta que, el pasado 13 de noviembre le dirig¨ªa ?lvarez de Miranda relat¨¢ndole las p¨¦simas condiciones de los centros de Huesca y Zaragoza, e interes¨¢ndose por los motivos por los que su gobierno no concede las tres licencias que faltan para que el agua, la luz y el gas permitan poner Zuera en marcha. De otorgarlas, "ese mismo d¨ªa se podr¨ªa trasladar a los reclusos", seg¨²n reconocen en fuentes penitenciarias del Ministerio del Interior, que eluden pronunciarse oficialmente en este asunto.

Zuera naci¨® pol¨¦mica. Quienes trataron en un primer momento de sacar partido econ¨®mico de su construcci¨®n se convirtieron en sus mayores detractores cuando la construcci¨®n se instal¨® fuera, aunque en terrenos colindantes, de su t¨¦rmino municipal. A partir de ah¨ª la comarca se dividi¨® y desembarcaron los intereses de los partidos. Mientras el PSOE defend¨ªa la instalaci¨®n del nuevo centro, el PP, Izquierda Unida, el Partido Aragon¨¦s (Par) y la Chunta Aragonesista movilizaban a sus bases en contra.

Se manejaron argumentos como el vertido de las aguas residuales del centro (en cuyos planes est¨¢ prevista una depuradora, de la que carecen numerosas empresas de la comarca); la posibilidad de que "muchos" de los presos estuvieran "enfermos de sida", y advertencias sobre la "peligrosidad" de los familiares que visitar¨ªan a los internos.

Tambi¨¦n -recientemente y por boca de propios dirigentes pol¨ªticos regionales- se asegur¨® que el nuevo centro, que tendr¨¢ capacidad para 2.000 reclusos, servir¨ªa para cobijar a internos altamente conflictivos y a "gran cantidad de etarras".

Tras el verano, empleados de la empresa que construye la c¨¢rcel llegaron a colocar el r¨®tulo con el nombre del centro penitenciario, lo que presagiaba su inminente entrada en funcionamiento. Sin embargo, las presiones de la Presidencia del Gobierno regional provocaron que Interior plegara velas y, al d¨ªa siguiente, otro trabajador retir¨® una a una las letras del cartel. Los consejeros de Lanzuela se han adelantado a la respuesta oficial al Defensor del Pueblo u ya han dicho que no habr¨¢ licencias, pese a que todos los intentos por reconvertir las instalaciones a otro uso han fracasado. Se lleg¨® a plantear transformarlo en residencia militar, de la tercera edad o en una escuela de capacitaci¨®n agraria, pero es que el centro de Zuera s¨®lo est¨¢ hecho para ser una c¨¢rcel.