La seguridad ciudadana prima sobre las libertades en el nuevo Maaschtricht
Un alt¨ªsimo nivel de seguridad ciudadana y una m¨¢s modesta, pero cierta, ampliaci¨®n de las libertades de los ciudadanos. Esos son los dos grandes objetivos comunes a los quince Gobiernos de la Uni¨®n Europea (UE) que alientan en el borrador articulado del nuevo Tratado de Maastricht, presentado ayer p¨²blicamente por a presidencia irlandesa. El texto recoge las reivindicaciones espa?olas de primar la lucha antierrorista y establecer un espacio judicial y policial Europeo.El desequilibrio libertad-seguridad es notorio. Un s¨ªntoma: la ciudadan¨ªa europea. creada en Maastricht -que permite a los nacionales de otros pa¨ªses comunitarios participar en las elecciones municipales y europeas del pa¨ªs de la UE donde residan- no s¨®lo no se ampl¨ªa sino que se acota, al asegurarse que "complementar¨¢ y no sustituir¨¢ la ciudadan¨ªa nacional".
Pero no es un desequilibrio abismal. El borrador irland¨¦s propone varias medidas para ampliar las libertades y derechos de los ciudadanos. Incorpora los derechos humanos al frontispicio del Tratado, de manera que cuando un Estado miembro cometa una "violaci¨®n grave y persistente" de los mismos, el Consejo podr¨¢ suspenderle algunos derechos que le otorga la Uni¨®n. Y establece una cl¨¢usula general que prohibe "toda discriminaci¨®n por motivos de sexo, de origen racial, ¨¦tnico o social, de religi¨®n, de discapacidad, de edad o de orientaci¨®n sexual".
Eso va acompa?ado del reconocimiento de nuevos derechos sociales. Lo principal es la consagraci¨®n de una "estrategia com¨²n" para la creaci¨®n de "un alto nivel de empleo", que queda en los t¨¦rminos adelantados ayer por EL PA?S. Adem¨¢s, se recoge una cl¨¢usula que ampl¨ªa la actual equiparaci¨®n salarial hombre-mujer a su completa igualdad de oportunidades y de trato "en materia de empleo y ocupaci¨®n". Unas cortas pero densas aportaciones para proteger el medio ambiente, consagrar la subsidiariedad y los derechos de los consumidores, completan los progresos de los derechos ciudadanos.
Pensando en el 2000
Hay algo m¨¢s de derechos, pero ambivalente. Un nuevo t¨ªtulo desarrolla la libertad de circulaci¨®n de las personas, que deber¨¢ completarse "progresivamente" de aqu¨ª al a?o 2000, y concreta una lista de medidas que deben acordarse en el plazo de un a?o. Recoge as¨ª el esquema del convenio de Schengen (hoy limitado a una decena de pa¨ªses) sobre cruce de las fronteras interiores y exteriores de la Uni¨®n, pol¨ªtica de asilo, de refugiados y de inmigraci¨®n.A la libre cruce de las fronteras interiores le dedica s¨®lo tres l¨ªneas: se deber¨¢ "garantizar la ausencia de controles de personas en el cruce de las fronteras interiores". A diferencia de Schengen, no se detallan las medidas de liberalizaci¨®n de fronteras a¨¦reas, terrestres y ferroviarias, ni los plazos, ni las modalidades.
Los nuevos redactados para el ¨¢rea de la seguridad de las personas -impulsada sobre todo por Alemania, ante los peligros de la delincuencia procedente del Este- recogen ampliamente como objetivos dos grandes reivindicaciones espa?olas: la lucha contra el terrorismo y la creaci¨®n de un espacio policial y judicial com¨²n. En cuanto a ¨¦ste se propugna la total cooperaci¨®n intergubernamental sobre "la distribuci¨®n de procedimientos y el cumplimiento de sentencias en casos penales", la asistencia mutua en materia penal, la cooperaci¨®n en casos civiles y mercantiles y el establecimiento de mecanismos para prevenir los conflictos de jurisdicci¨®n entre Estados.
Y para mejorar la cooperaci¨®n policial, se consagran en el Tratado todas la actuales funciones de Europol, el llamado FBI de la UE. Pero, sobre todo, se propone ampliar sus competencias, a lo largo de varios a?os, a¨²n indeterminados. En su momento podr¨¢ realizar, con permiso, "investigaciones en casos concretos en curso" y "asistir a los Estados miembros en la investigaci¨®n de casos de delincuencia internacional". ?Cu¨¢les?: terrorismo, tr¨¢fico il¨ªcito de drogas y psic¨®tropos, fraude, corrupci¨®n, trata de seres humanos y delitos contra los ni?os.
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