La cl¨¢usula social enfrenta a pobres y ricos en la primera reuni¨®n de la OMC
La primera conferencia ministerial de la Organizaci¨®n Mundial del Comercio (OMC) se inicia desde ma?ana en Singapur sin que haya sido posible que los 125 pa¨ªses miembros consensuaran en sus reuniones previas en Ginebra, sede de esta instituci¨®n, una declaraci¨®n de compromiso. Un mal augurio para una reuni¨®n en la que adem¨¢s de fijarse una agenda de actuaci¨®n para el futuro, se har¨¢ un balance de los dos a?os de vida de la organizaci¨®n. Una vez m¨¢s, los pa¨ªses en desarrollo se movilizan para evitar que las econom¨ªas industrializadas consigan imponer unos derechos sociales m¨ªnimos en las reglas multilaterales del comercio.
Encargada de vigilar la aplicaci¨®n de los acuerdos de la Ronda Uruguay, ratificados en 1994 por los 124 pa¨ªses miembros del antiguo GATT (Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio), y de resolver los conflictos desatados a ra¨ªz de estos acuerdos, la OMC ha visto c¨®mo se han incumplido los plazos para liberalizar importantes sectores que quedaron fuera de esta ronda, como las telecomunicaciones, los servicios financieros o el transporte mar¨ªtimo, y c¨®mo algunos de sus miembros, en especial Estados Unidos, act¨²an al margen de la organizaci¨®n para resolver sus conflictos comerciales. La joven instituci¨®n tambi¨¦n ha tenido que luchar contra la presi¨®n de integraci¨®n regional que ejercen algunos bloques comerciales y defender las bondades del sistema multilateral de comercio.De otra parte, la escasa intermediaci¨®n de la OMC en el funcionamiento del sistema comercial mundial se puede interpretar como un buen s¨ªntoma. Teniendo en cuenta la multitud de acuerdos incluidos en el Acta Final de la Ronda Uruguay, detallados en 20.000 folios, el Organo de Soluci¨®n de Diferencias de la OMC, responsable de mediar en los conflictos, s¨®lo se ha visto obligada, a intervenir en 64 disputas. De ellas, 10 se disolvieron, 38 est¨¢n bajo consulta, 9 est¨¢n siendo examinadas por paneles de arbitraje y el resto han sido resueltas y se est¨¢n aplicando.
Una de las disputas presentadas recientemente por la Uni¨®n Europea ante la OMC ha sido la referida a la ley Helms-Burton aprobada en Estados Unidos. Esta ley, que sanciona a las empresas extranjeras que comercien o inviertan. en Cuba, es un ejemplo m¨¢s de las dificultades que existen para que Washington se someta a las leyes multilaterales de comercio. La propia OMC present¨® a finales del pasado mes un informe en el que criticaba la tendencia de EE UU a resolver sus conflictos con medidas unilaterales. Esta pol¨ªtica, se?alaba, "sigue siendo un foco de tensi¨®n en el sistema internacional de comercio".
Singapur ser¨¢ el foro para debatir ¨¦sta y otras cuestiones que dividen a las grandes potencias comerciales y al Norte industrializado y el Sur en v¨ªas desarrollo. EE UU y la Uni¨®n Europea est¨¢n decididos, por ejemplo, a impulsar las negociaciones sobre la liberalizaci¨®n de las telecomunicaciones, una iniciativa de la que recelan las econom¨ªas emergentes de Asia. Para allanar el camino los do s bloques presentaron el mes pasado unas ofertas de apertura m¨¢s ambiciosas con las que esperan convencer a sus competidores asi¨¢ticos para concluir las negociaciones en 1997. Por su parte, Washington quiere arrancar de la Uni¨®n Europea alg¨²n tipo de compromiso para liberalizar la industria de la inform¨¢tica (ordenadores personales, microprocesadores, software ... ), antes del a?o 2000. Los Quince, sin embargo, no comparten las prisas estadounidenses por abrir este sector y Asia pide a cambio una mayor apertura de la industria de la electr¨®nica (radios, televisiones ... ). Pero el que se presenta como el foco de tensi¨®n m¨¢s importante, y ya lo fue en Marraquech, es el empe?o de Estados Unidos y otros pa¨ªses europeos como Francia de incluir unos derechos laborales m¨ªnimos (libertad sindical, prohibici¨®n del trabajo forzado y trabajo infantil ... ) en las reglas multilaterales de comercio.,Washington quiere crear un po de trabajo dentro de la OM para estudiar esta propuesta. Pero los pa¨ªses en desarrollo donde la mano de obra es barat y est¨¢ poco protegida, creen que esta iniciativa esconde intereses proteccionistas. De momento estos ¨²ltimos est¨¢n ganan talla. Hace tres d¨ªas, India, Pakistan, Egipto y Malaisia lograron vetar la participaci¨®n del presidente de la Organizaci¨®n Internacional de Trabajo, Michele Hansenne, en la reuni¨®n de Singapur.
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