Garz¨®n, Villarejo, los suizos y Banesto
En un libro que aparecer¨¢ en Madrid la semana pr¨®xima -La Justicia o el caos-, editado en Francia el pasado mes de octubre, el juez Baltasar Garz¨®n y el responsable de la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n, Carlos Jim¨¦nez Villarejo, hablan de los obst¨¢culos erigidos por los poderes en la instrucci¨®n de diversos procedimientos penales.Garz¨®n se?ala que "en casos importantes, como los que implican al banquero Mario Conde y al financiero Javier de la Rosa, las trabas han sido de otra naturaleza. Han aparecido en Espa?a y en otros pa¨ªses, a ra¨ªz de la envergadura financiera de estos sospechosos. La diferencia de legislaci¨®n entre los pa¨ªses favorece las evasiones de capitales y no permite progresar a las investigaciones. Si uno pide ayuda a Suiza, por ejemplo, la respuesta ser¨¢ que la ayuda no puede ser otorgada, porque la legislaci¨®n del pa¨ªs lo impide. Uno ve que la justicia se muestra muy conciliadora justamente con aquellos a quienes ella no deber¨ªa favorecer. Hay una p¨¦rdida de eficacia formidable".
Garz¨®n reconoce, eso s¨ª, que "la actitud de los jueces y fiscales suizos ha cambiado considerablemente en el curso de los ¨²ltimos a?os". Jim¨¦nez Villarejo, por su parte, se?ala que la colaboraci¨®n internacional, entre jueces de diferentes pa¨ªses, "es muy insuficiente" y subraya que "los Estados no tienen los mismos intereses".
Y en relaci¨®n con Suiza, dice: "Las decisiones de los jueces suizos son sistem¨¢ticamente contestadas, lo que hace mucho m¨¢s dif¨ªcil obtener informaciones importantes". Las reflexiones puntuales conducen a preguntarse algo muy elemental: ?qu¨¦ pasa cuando los jueces suizos colaboran y finalmente el material solicitado llega a Espa?a?. Hay algunos casos en los que ese material ha sido utilizado. Pero hay otros en curso en los que no. Es el caso Banesto. Despu¨¦s de la colaboraci¨®n sistem¨¢tica de un juez suizo, la documentaci¨®n enviada a Espa?a, que supera con creces las expectativas de aquellos que la solicitaron, no es objeto de ning¨²n tipo de utilizaci¨®n judicial.
Solicitada por el juez Manuel Garc¨ªa-Castell¨®n a primeros de 1995, dicha comisi¨®n fue bloqueada por Mario Conde, Mariano G¨®mez de Lia?o y Francisco Javier Sitges hasta febrero de 1996, fecha en que pudo materializarse, despu¨¦s que la justicia suiza desechara los recursos de los afectados. Al realizarse, los jueces Jacques Antenen, de Lausana, y Manuel Garc¨ªa-Castell¨®n, de Espa?a, obtuvieron un ¨¦xito con la declaraci¨®n del fiduciario Paolo Gallone, quien identific¨® a Conde, G¨®mez de Lia?o y Sitges como sus clientes. Una sociedad de Conde, Kaneko, envi¨® dinero a Espa?a; las otras dos (Asni Invesments y Jamuna) de G¨®mez de Lia?o y Sitges, participaron en dos operaciones de presunta estafa en el caso Banesto, llev¨¢ndose el dinero a Suiza.
Los cruces y el modo en que Gallone recib¨ªa instrucciones indican que las tres sociedades, m¨¢s all¨¢ de la titularidad formal de cada una de ellas, eran parte de una misma banda. El juez Antenen hizo desde el primer momento todo lo posible para que las autoridades espa?olas pudieran contar con la "trama suiza", que permite profundizar el mecanismo delictivo utilizado por Conde y sus socios en Banesto. El problema es que una vez llegado el material a la Audiencia Nacional, ¨¦ste ha sido enviado a la sala de lo Penal, secci¨®n segunda, que debe resolver los recursos del caso Banesto.
Como no ha habido la m¨¢s m¨ªnima instrucci¨®n, Banesto solicita que se inicien diligencias contra G¨®mez de Lia?o y Sitges en una pieza separada, cuesti¨®n sobre la que algunas partes personadas se han adherido. La Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n, a cargo de Jim¨¦nez Villarejo, debe a¨²n, pronunciarse. Est¨¢ bien, pues, que se pida celeridad y ayuda a los jueces suizos. Pero, tambi¨¦n, es necesario hacer aqu¨ª los deberes cuando, como en el caso Banesto, llega un material probatorio decisivo.
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