Empate, fiasco y silencio
K¨¢rpov no corri¨® riesgos ante Kasp¨¢rov y provoc¨® el sopor general
Verg¨¹enza ajena despu¨¦s de tres a?os de espera. Eso es lo que sentir¨¢n hoy millones de aficionados al ajedrez tras el lamentable desarrollo de la partida entre Anatoli K¨¢rpov y Gari Kasp¨¢rov en el Supertorneo Mundial Gran Canaria, que termin¨® en tablas tras cuatro horas de juego insulso. En el cuarto movimiento, Kasp¨¢rov incit¨® a su rival a una lucha sin cuartel; pero K¨¢rpov opt¨® por renunciar a la ventaja de las piezas blancas y buscar el empate. Terminada la primera vuelta, Kasp¨¢r¨®v, Anand e lvanchuk aventajan a K¨¢rpov en medio punto' en la clasificaci¨®n del torneo.Los proleg¨®menos presagiaban una gran tarde de ajedrez. Cuando Kasp¨¢rov baj¨® de su coche, escoltado por otro con sirena a trav¨¦s de calles cortadas y con un llamativo despliegue de polic¨ªas y guardaespaldas, lo hizo como un cicl¨®n. Casi atropella a una inocente se?ora que pretend¨ªa pedirle un aut¨®grafo. Poco despu¨¦s apareci¨® K¨¢rpov, puntual por una vez en su vida. Cuando Lorenzo Olarte, vicepresidente del Gobierno de Canarias, hizo el saque de honor, Kasp¨¢rov puso mala cara, como si le molestase que alguien diferente al ¨¢rbitro, Juan Vargas, pusiera en marcha el reloj.
K¨¢rpov efectu¨® la primera jugada; Kasp¨¢rov se tap¨® la cara buscando concentraci¨®n ante los disparos de decenas de fot¨®grafos apostados en el escenario, y tard¨® tres minutos en contestar. Empezaron las furibundas miradas entre ambos; en el tablero hab¨ªa tensi¨®n. Todo eran buenos presagios.
Pero el gozo cay¨® en un pozo cuando K¨¢rpov eligi¨® la variante m¨¢s tranquila posible, por razones dif¨ªciles de adivinar. Sobre todo porque ya hab¨ªa tenido tres veces la misma posici¨®n en los ¨²ltimos a?os. En una de ellas (Linares-93 contra el bielorruso Bor¨ªs G¨¦lfand), produjo una partida brillante, de las mejores de aquel a?o, que termin¨® ganando. ?Estaba cansado el ruso tras dos d¨ªas seguidos de descanso? K¨¢rpov hizo el viernes un viaje rel¨¢mpago a Par¨ªs para intervenir en una reuni¨®n de negocios y en un acto ben¨¦fico de Eurodisney.
Una interpretaci¨®n benigna de la actitud de K¨¢rpov en el tablero: fue sorprendido por el planteamiento de Kasp¨¢rov, tuvo miedo de que ¨¦ste hubiera preparado una contundente mejora del juego de G¨¦lf¨¢nd en la ' Partida mencionada, y opt¨® por arriar velas y conformarse con una posici¨®n igualada y sosa. Una interpretaci¨®n radical: K¨¢rpov s¨®lo es muy profesional a la hora de cobrar; le importa un pito lo que piensen los aficionados, organizadores, patrocinadores y periodistas. Ninguno de los dos se dign¨® comparecer ante los informadores, deseosos de saber si K¨¢rpov ten¨ªa una explicaci¨®n razonable de su falta de combatividad. Analizaron amigablemente durante 20 minutos -dio la impresi¨®n de que Kasp¨¢rov omiti¨® un golpe ganador, en la ¨²ltimas jugadas- y se marcharon a cenar. "Eso no est¨¢ en mi contrato", dice Kasp¨¢rov para justificar su ausencia en la sala de prensa desde que empez¨® el torneo. Pero, eso s¨ª, ambos pretenden cobrar m¨¢s de 300 millones de pesetas en un supuesto duelo de reunificaci¨®n, previsto para el oto?o de 1997.
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