Otra de cat¨¢strofes

Nacido en la d¨¦cada de los setenta a la sombra de la denominada crisis del petr¨®leo, el cine de cat¨¢strofes es uno de los nuevos subg¨¦neros impuestos por la industria cinematogr¨¢fica norteamericana con mayor fuerza, hasta casi constituir un g¨¦nero con sus propias y muy marcadas caracter¨ªsticas. El auge alcanzado en los ¨²ltimos a?os por los efectos especiales, la cada vez menor imaginaci¨®n de los productores de Hollywood y la violencia que domina las pel¨ªculas de acci¨®n lo han sacado de su particular nirvana para volver a ponerlo de plena actualidad.Uno de sus m¨¢s recientes y claros exponentes es P¨¢nico en el t¨²nel, al darse en ella todas sus caracter¨ªsticas: est¨¢ rodada con un amplio presupuesto, incluye algunos de los m¨¢s sofisticados efectos especiales y est¨¢ protagonizada por el pl¨²mbeo Sylvester Stallone, una de las estrellas del actual cine de acci¨®n. Sin embargo, el resultado tiene los mismos defectos que siempre han hecho de las pel¨ªculas del subg¨¦nero, o del g¨¦nero si se quiere, productos de segunda fila.

En esta ocasi¨®n, la acci¨®n se sit¨²a un d¨ªa cualquiera en Nueva York y narra c¨®mo en el abarrotado t¨²nel subterr¨¢neo que une la isla de Manhattan con Nueva Jersey se producen unas explosiones que hacen que algunas personas queden atrapadas en su interior, su vida peligre y deban ser rescatadas por el siempre invencible y musculoso Sylvester Stallone.

Tras un arranque entretenido, en el que se presenta a los personajes que van a quedar atrapados poco despu¨¦s en el t¨²nel, y unas espectaculares y trepidantes escenas en las que se produce el terrible accidente, la acci¨®n se detiene para convertirse en una larga situaci¨®n ¨²nica sin el menor desarrollo dram¨¢tico.

Dado que la presentaci¨®n de los personajes y el accidente apenas cubren un tercio de la duraci¨®n, el resto se convierte en una aburrida espera para que sean salvados, para llegar al inevitable final feliz.

Este defecto, caracter¨ªstico de las pel¨ªculas de cat¨¢strofes y casi inherente a su propia naturaleza, en P¨¢nico en el t¨²nel es especialmente evidente, dada la gran diferencia existente entre el comienzo y el resto de la pel¨ªcula. Adem¨¢s, la inverosimilitud de la historia alcanza cotas muy elevadas, el personaje encarnado por Sylvester Stallone permanece en una posici¨®n muy secundaria y tiene una m¨ªnima iniciativa en el salvamento de las v¨ªctimas del accidente. Y, tal como ya es habitual en las pel¨ªculas de acci¨®n, el caracter¨ªstico romance entre el h¨¦roe y la guapa de turno queda reducido a la m¨¢s m¨ªnima expresi¨®n.

El director Rob Cohen, que tiene mucha m¨¢s experiencia en el terreno de la producci¨®n, se ha limitado a realizar su trabajo como si fuese algo a medio camino entre planear y ganar una batalla y dibujar y vender una historieta gr¨¢fica, por lo que sus personajes son de una pieza, carecen del menor atractivo, resulta imposible identificarse con ellos y da igual si consiguen salir con vida del t¨²nel.