La imparable 'mitterrandman¨ªa'
Francia devora los libros sobre el presidente fallecido y sigue cada paso de su familia
El fen¨®meno no amaina. Al contrario. Los franceses mantienen aparentemente intacta su pasi¨®n por Fran?ois Mitterrand, el difunto presidente rey, y en estos momentos la extienden a toda su familia. La veintea?era Mazarine Pingeot, hija extramatrimonial y principal heredera, es la estrella en alza. Danielle, la viuda, mantiene una elevada cotizaci¨®n. Pascale, una nieta de 19 a?os, concede una larga entrevista en el ¨²ltimo n¨²mero de Paris Match, donde a la vez publica algunas fotos de las que es autora. La prensa popular se disputa todo cuanto lleve el apellido Mitterrand, y siguen public¨¢ndose libros sobre los secretos del hombre que ocup¨® el El¨ªseo durante 14 a?os.Se ha perdido ya la cuenta de los libros sobre Mitterrand aparecidos durante los ¨²ltimos a?os. Los de aparici¨®n m¨¢s reciente son el tercer tomo de La d¨¦cada Mitterrand, un estudio pol¨ªtico sobre la gesti¨®n del ex presidente; El ¨²ltimo Mitterrand, sobre las confidencias hechas por ¨¦ste a su bi¨®grafo, Georges-Marc Renamou, y Aboitim II, segunda entrega de las presuntas memorias de Baltique, el perro labrador de Mitterrand, de autor an¨®nimo.
Todos los libros se venden muy bien. Y algunos de sus pasajes alcanzan una repercusi¨®n insospechada. La obra de Benamou describe, por ejemplo, a un ex presidente agonizante, a pocos d¨ªas de morir, devorando ortolanes (deliciosos pajaritos cuya captura est¨¢ prohibida) con la cabeza bajo una servilleta, como quien inhala vahos, para encerrar los aromas. Pues bien, el primer ministro, Alain Jupp¨¦, habla ahora con frecuencia de lo mucho que le gustan los ortolanes, las revistas gastron¨®micas dedican art¨ªculos a este raro manjar y el ex primer secretario socialista Henri Ermmanuelli ha revelado urbi et orbe que era ¨¦l quien suministraba los pajaritos a Mitterrand.
Sigue inagotable la fascinaci¨®n por Mitterrand, y crece vertiginosamente el inter¨¦s por sus dos mujeres, sus innumerables amantes, su variada descendencia y sus l¨ªos familiares. Una prensa que hasta hace muy poco guardaba una discreci¨®n casi absoluta ante la vida privada de los pol¨ªticos se solaza ahora con el menor detalle ¨ªntimo. El dominical Le Journal du Dimanche dedicaba su ¨²ltima portada a una fotograf¨ªa de la viuda oficial, Danielle (abuelita Lolo para sus nietas), y de Mazarine, la hija extramatrimonial. Ambas se miraban con una sonrisa enigm¨¢tica instantes despu¨¦s de que Danielle regalara una rosa a Mazarine.
?De d¨®nde brota la mitterrandman¨ªa? Para un analista como Ignacio Ramonet, director de Le Monde Diplomatique, se trata de un proceso en dos fases. El primer momento clave se produjo hacia 1987, antes de que Mitterrand obtuviera su segundo mandato. "El personaje hiperpol¨ªtico y lejano a la calle se convierte entonces en un personaje popular. La prensa empieza a llamarle Tonton (que lo mismo significa padrino mafioso que t¨ªo de la familia), aparecen los gui?oles en televisi¨®n y el sobrenombre de Dios, y un Mitterrand caricaturizado se integra en la vida cotidiana".
"La segunda fase", sigue Ramonet "gira en torno a las revelaciones sobre la vida privada del presidente: la existencia de Mazarine y la doble familia, los suicidios de sus colaboradores Pierre B¨¦r¨¦govoy y Francois de Grossouvre, el c¨¢ncer de pr¨®stata, los esc¨¢ndalos financieros. Mitterrand crea su propio enigma. Y despierta entre los franceses la fascinaci¨®n destinada a los grandes pillos. Creo que Mitterrand pasar¨¢ a la historia como gran figura de la mitolog¨ªa popular y no como un gran pol¨ªtico".
El historiador Olivier Duhamel, especialista en la V Rep¨²blica Francesa, afirm¨® en un reciente debate televisivo que, al margen de maniobras pol¨ªticas, mentiras y decepciones, el ex presidente hab¨ªa conseguido convertirse en una especie de rey en el subconsciente colectivo de sus s¨²bditos durante 14 a?os. Todos los participantes en ese debate coincidieron en indicar que Mitterrand se sent¨ªa directamente entroncado con la l¨ªnea de los grandes reyes de Francia, y su obsesi¨®n por construir grandes monumentos tuvo mucho que ver con la forma en que se ve¨ªa a s¨ª mismo dentro de la historia.
Siguiendo ese razonamiento,"Ia familia Mitterrand podr¨ªa estar convirti¨¦ndose en una especie de suced¨¢neo de familia real, una primera familia al estilo de los Kennedy, un grupo humano lo bastante variado y activo como para atraer constantemente la atenci¨®n de la prensa.
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