?Ad¨®nde va Telef¨®nica?
LA PRIVATIZACI?N del capital de Telef¨®nica que a¨²n posee el Estado (alrededor de un 20%) obliga a dirigir desde hoy un gran foco de atenci¨®n sobre la primera empresa espa?ola, sobre su situaci¨®n actual y sobre sus estrategias de futuro. La cuesti¨®n es tanto m¨¢s pertinente por cuanto que Juan Villalonga, presidente de la compa?¨ªa por voluntad del presidente del Gobierno y en su condici¨®n de amigo personal -criterio escasamente profesional-, ha dado muestras de indecisiones y no pocas arbitrariedades en la gesti¨®n de la compa?¨ªa durante los meses que lleva al frente de la misma.Villalonga ha modificado sustancialmente el equipo de gesti¨®n anterior -no solamente los cargos inmediatos a la presidencia-, un equipo que en s¨ªntesis hab¨ªa conseguido excelentes resultados a la hora de transformar un monopolio ineficiente en una empresa con proyecci¨®n internacional, sobre todo en Am¨¦rica Latina. El responsable de Telef¨®nica ha modificado ya dos veces el staff directivo: la primera, para nombrar varios directores que pasaron a engrosar la ya larga lista de direcciones generales de la empresa, y la segunda, para reducir esa lista inicial a cinco. Despu¨¦s de estos dos cambios, contin¨²a sin aclararse cu¨¢l es la l¨ªnea maestra de la compa?¨ªa. Ahora se dispone a renovar el consejo de administraci¨®n, al parecer bajo las recomendaciones del informe Cadbury (consejeros independientes, ajenos a los negocios de la compa?¨ªa), y ser¨¢ otra excelente ocasi¨®n para conocer su forma de entender la gesti¨®n y sus criterios de independencia.
Esta ausencia de definici¨®n produce una cierta perplejidad. ?Espera la presidencia actual de Telef¨®nica a que se produzca la privatizaci¨®n para cristalizar un equipo propio? ?Apuesta Villalonga por un reforzamiento accionarial del llamado n¨²cleo duro de la empresa y que, de paso, garantice su propia continuidad personal, antes de desvelar sus estrategias? ?0 est¨¢ jugando con varias posibilidades para elegir la correcta en el momento pol¨ªtico oportuno? Estas incertidumbres son reales y afectan a la sociedad.
Son muy significativos los bandazos de los ¨²ltimos meses en tomo a Telef¨®nica Internacional. Villalonga ,no vacil¨® en cambiar a los responsables de esta joya del grupo en plena fase de crecimiento de su rentabilidad. A la hora de definir su situaci¨®n patrimonial anunci¨® un plan para que Telef¨®nica comprara directamente a Patrimonio del Estado su filial internacional, una propuesta desgraciada en la que la compa?¨ªa era juez y parte al mismo tiempo: fijaba el precio -de compra y de venta- sin tener en cuenta las reglas m¨¢s elementales del mercado. Advertido el escandaloso arbitrismo de la operaci¨®n, el Gobierno ha optado por el sistema de concurso abierto.
Tambi¨¦n han existido clar¨ªsimas vacilaciones en la pol¨ªtica de alianzas internacionales (acerca del papel de Unisource) y se da una parad¨®jica falta de determinaci¨®n en la estrategia industrial: cuando las grandes compa?¨ªas de telecomunicaciones abandonan o segregan sus participaciones industriales, Telef¨®nica retorna al pasado con la ratificaci¨®n de su mayor¨ªa accionarial en Amper, despu¨¦s de los proyectos de reducir su participaci¨®n progresivamente hasta el abandono total. ?C¨®mo entenderlo si despu¨¦s de varios meses el presidente de Telef¨®nica no ha dado una explicaci¨®n coherente y p¨²blica de lo que quiere hacer con la compa?¨ªa, aparte de privatizarla?
No estar¨ªa de m¨¢s que a la clarificaci¨®n interna de la empresa, que es urgente e imprescindible, se a?adiera una explicitaci¨®n p¨²blica no menos necesaria en aspectos tales como los acuerdos para la interconexi¨®n con el segundo operador, el nuevo equilibrio tarifario o la plataforma digital. Cuestiones decisivas para que la opini¨®n p¨²blica y los inversores puedan apreciar el valor real de Telef¨®nica.
Ser¨ªa un error confiar todo el esfuerzo al pulimentado de las cotizaciones en Bolsa y a los excelentes informes de los analistas de los bancos de inversiones; tan importante es no dar palos de ciego en la estrategia de fondo. Por m¨¢s brillantes que aparezcan los logros a corto plazo, la falta de criterios establecidos, posiciones claras y alianzas n¨ªtidas acaba pasando factura en la cuenta de resultados. Esta amenaza es especialmente peligrosa en empresas como Telef¨®nica, en cuyos activos tardan en aflorar los problemas de fondo, pero cuando lo hacen generan efectos catastr¨®ficos.
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