Leer con tacto
Una imprenta en sistema braille surte a los ciegos de publicaciones a la carta
Todo es posible en la imprenta braille de la Organizaci¨®n Nacional de Ciegos Espa?oles (ONCE). Desde una cartilla de preescolar, unmanual de derecho mercantil a un sesudo tratado de matem¨¢tica cu¨¢ntica o textos como El Lazarillo de Tormes. Pero tambi¨¦n cartas de men¨² para algunos restaurantes, los apuntes de la facultad o invitaciones de boda para un amigo ciego. Y adem¨¢s, gratis; el responsable de la imprenta se?ala que todos los trabajos se facilitan gratuitamente, entreg¨¢ndose, con un servicio de mensajer¨ªa.El 80% de los trabajos son servicios personalizados, una labor que prima sobre las tiradas m¨²ltiples de libros como el Quijote. Para que la biblioteca que completa a la imprenta tenga un t¨ªtulo m¨¢s (ahora hay 37.859, aunque cuenta tambi¨¦n con un archivo sonoro de casetes) deben juntarse la tecnolog¨ªa avanzada, la artesan¨ªa antigua y la intuici¨®n de siempre.
Alguien pide un texto que no est¨¢ convertido al braille. El Cobra, un programa inform¨¢tico desarrollado en Espa?a, traduce las letras hechas con tinta al c¨®digo t¨¢ctil. Las rudas imprentas alemanas obedecen y le dan relieve al papel; las palabras ya se pueden tocar y leer. Pero, como dice Julio Alonso, jefe de la divisi¨®n braille, antes hay que hacer de pedagogo ingenioso, un oficio improvisado que s¨®lo forja la experiencia. Consiste, por ejemplo, en no quitar los mapas de los libros para ni?os ciegos que estudian junto a videntes (el 60% de los afiliados a la ONCE en Madrid); hay que es quematizarlos, describirlos en una leyenda y que los invidentes puedan palpar y tambi¨¦n asombrarse. Hay que evitar, a oj¨ªmetro, los cortes de palabra a final de l¨ªnea para no liar a los aprendices; completar los pies de foto con m¨¢s informaci¨®n; hacer muchas pruebas manuales hasta conseguir figuras geom¨¦tricas, para que se pueda imaginar y comprendermejor eso del tri¨¢ngulo escaleno o las curvas de poblaci¨®n. Muchas de estas mejoras las sugieren los ciegos que encargan los libros o sus famillares. Un bot¨®n de muestra: en la revista juvenil que ahora est¨¢n encuadernando incluyen el relieve en pl¨¢stico de una pira?a a la que s¨®lo faltan color y viscosidad. Ayuda tambi¨¦n que todos los trabajadores, incluidos los videntes, conocen el braille a la perfecci¨®n.
Cada libro es un mundo, y no s¨®lo por lo que contiene, porque es necesario estudiar c¨®mo traducirlo para que sea m¨¢s comprensible. De ah¨ª que algunos tripliquen su tama?o cuando pasan al braille (el.papel pesa 140 gramos; el normal, 60) y otros pasen de uno a seis vol¨²menes. El Diccionario de la Real Academia tiene,- en lenguaje digital, 87 tomos de definiciones. Superado este proceso viene la prueba infalible: la correcci¨®n simult¨¢nea de un ciego y un vidente, para limar asperezas y mejorar la edici¨®n. Un ¨²ltimo vistazo, un manoseo final, y se entrega a domicilio un libro hecho al gusto, medida y tacto del lector.
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