Buen vodevil

Can¨ªbales es un vodevil moderno: los equ¨ªvocos no se producen por mal trasiego de puertas, sino dentro de cada personaje y en sus relaciones con otros. Tiene ritmo de relojer¨ªa, la exactitud de construcci¨®n que tanto gusta a los aficionados: no es poco m¨¦rito.Parece que el autor, Nicky Silver, le ha querido tambi¨¦n dotar de doctrina sencilla y antigua: todos somos can¨ªbales, cada uno devora al otro -sobre todo en el amor- y hasta a s¨ª mismo. Tan antigua idea como la de que el hombre es el lobo del hombre, o lo que los darwinistas llamaron "la lucha de todos contra todos" de donde viene el liberalismo exagerado (Espa?a, hoy); y que los anarquistas trataron de corregir con "la ayuda mutua" (fueron exterminados).

Tampoco hay que ir mucho mas all¨¢, ni importa: y si se queda uno con la historieta y sus personajes tiene ocasi¨®n de pasarlo bien. Hay un primer acto que es casi un mon¨®logo; un segundo (sin interrupci¨®n) que es el di¨¢logo de un homosexual abandonado y un antiguo pretendiente; el tercero no lo cuento, porque rompo la sorpresa.

Los actores lo hacen muy bien: todos. Cada uno tiene su momento de gloria y lo desarrolla con habilidad y capacidad. En los aplausos, los mayores fueron a Mar¨ªa Pujalte y a Fernando Albizu; pero no faltaron, ni escasearon, para los dem¨¢s. Yo los a?ado para el adaptador del texto, el director, el escen¨®grafo y el ayudante de vestuario.