La explosi¨®n destroz¨® un edificio cercano y oblig¨® a desalojar a 125 personas
"El horror". Dos palabras le bastaban a un vecino de la urbanizaci¨®n Jard¨ªn de la Reina, a las afueras de Granada, para describir sus sensaciones tras el atentado con el que ETA sacudi¨® el amanecer de la ciudad. "Fue como un terremoto inmenso, como si el mundo se nos viniera encima de repente, con cristales estallando por todas partes", afirmaba otro de los residentes afectados por la explosi¨®n del coche bomba que mat¨® a un trabajador de la base militar de Armilla, hiri¨® a otras ocho personas y provoc¨® el desalojo de 125 vecinos. "Era una inmensa bola de fuego que entraba por las ventanas".
, Granada a¨²n viv¨ªa la resaca de un domingo sangriento en el que tres mujeres hab¨ªan sido asesinadas en extra?as circunstancias cuando la maquinaria mortal de ETA demoli¨® casi por entero la fachada del bloque n¨²mero 9 de la urbanizaci¨®n Jard¨ªn de la Reina, seg¨® una vida y dej¨® ocho heridos. "Ha sido un aut¨¦ntico milagro que no haya habido m¨¢s v¨ªctimas, a la vista de c¨®mo ha quedado el edificio", explicaba un bombero. Un total de 125 vecinos tuvieron que ser desalojados de sus viviendas. Cuatro de las seis plantas del edificio afectado quedaron con los dormitorios al descubierto, al hundirse la fachada. Desde el exterior pod¨ªan verse los armarios destrozados, cunas de ni?os y las camas llenas de cristales. S¨®lo aguantaron en pie los tabiques."Fue una explosi¨®n terror¨ªfica", confesaba Jos¨¦ Moratalla, neurocirujano y diputado socialista residente en el inmueble. "Cre¨ª que era un terremoto o una bombona de butano: cuando me asom¨¦ a la ventana vi una bola de fuego en la calle y despu¨¦s c¨®mo sacaban a los ni?os de debajo de los cristales. Se siente una rabia tremenda".
"Tembl¨® todo", se?alaba otro de los inquilinos, Bernardo G¨¢mez. "Cruj¨ªan todas las cosas y yo me sent¨ª atontado. El techo del cuarto de ba?o se vino abajo. Los bomberos y la polic¨ªa s¨®lo tardaron minutos en llegar, porque cuando me asom¨¦ a la ventana ya sacaban a los heridos del furg¨®n".
"La explosi¨®n ilumin¨® todo el cielo", describ¨ªa Antonio D¨ªaz, cuya casa qued¨® completamente destrozada. "Cre¨ªamos que pod¨ªa ser un terremoto. No pens¨¢bamos que fuera un atentado".
Antonia Fern¨¢ndez Morales cuenta que estallaron todos los cristales de la casa. "Pens¨¦ que se hab¨ªa hundido el garaje". Luego vio a su hijo Jorge Rodr¨ªguez, de 23 a?os, uno de los heridos leves, con la cara ensangrentada. Su otro hijo, Antonio, m¨¦dico, le hizo las primeras curas all¨ª mismo. Despu¨¦s presenciaron c¨®mo en apenas cinco minutos, la zona se llenaba de polic¨ªas y bomberos rodeando el furg¨®n militar y la bola de fuego en que se hab¨ªa convertido el coche bomba.
Pese a la brutalidad de la explosi¨®n, todos los vecinos mantuvieron la calma y salieron como pudieron a la calle. No hubo histeria, pero s¨ª rabia contenida. "Ahora ya sabemos que el objetivo de ETA somos todos, que nadie se salva", dec¨ªa otro vecino.
Refugio a los evacuados
El Ayuntamiento de Granada dispuso ayer un comedor en el Parque de las Ciencias, a un centenar de metros del lugar de la explosi¨®n, para acoger a los vecinos, a los que tambi¨¦n busc¨® refugio en hostales y hoteles. En los pr¨®ximos d¨ªas se har¨¢ una evaluaci¨®n de da?os mientras los t¨¦cnicos analizan la estructura del edificio. Otro vecino se?alaba que; unos 30 minutos despu¨¦s de la explosi¨®n, en el lugar exacto del coche bomba paran todos los autobuses escolares para recoger a los ni?os de la urbanizaci¨®n.
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