La salud, un nuevo frente de batalla
, La salud del canciller Helmut Kohl, incluso la posibilidad de que padezca un c¨¢ncer de pr¨®stata como el que termin¨® con la vida de su amigo Fran?ois Mitterrand, aparece expuesta de forma abierta en la cr¨®nica de portada del semanario Der Spiegel de esta semana. El asesor de prensa del canciller, Andreas Fritzenk ?tter, desminti¨® de forma categ¨®rica que Kohl padezca ese mal. No obstante, el tema flota en el ambiente desde hace tiempo en Bonn, donde una prensa burocr¨¢tica, d¨®cil y domesticada, con escasas excepciones, no toca estos temas, considerados tab¨².
En Alemania, la salud de los gobernantes se trata con un secretismo m¨¢s propio del Kremlin que de una sociedad abierta. En 1981, el portavoz del entonces canciller socialdem¨®crata, Helmut Schmidt, no tuvo reparo en mentir o quedar como un imb¨¦cil.
Ante la prensa dijo que el canciller curaba una pulmon¨ªa en el hospital militar de Coblenza, pero en realidad le implantaban en el coraz¨®n un marcapasos. Con estos antecedentes, nada tiene de extra?o que Der Spiegel especule y sospeche de los tratamientos prost¨¢ticos sufridos por Kohl en varias ocasiones en los ¨²ltimos a?os.
El semanario escribe sobre el aspecto agotado y sin fuerzas de Kohl y recoge rumores entre los diputados sobre su "lamentable estado de salud", pero que de inmediato rechazan tratar el asunto porque "este tema es tab¨²".
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