A la subversi¨®n por el sexo

Inspirada en una de las m¨¢s largas novelas de Jorge Amado, objeto a su vez de una popular adaptaci¨®n televisiva en . forma de culebr¨®n; rica en las mismas sugerencias -sensualidad,- colorismo, vitalidad- que han fundamentado. el ¨¦xito de otras adaptaciones cinemat¨®gr¨¢ficas del novelista bah¨ªa no -como Gabriela o Do?a Flor y sus dos maridos, de Bruno Barreto-, Tieta de Agreste es una luminosa y socarrona peripecia de amor, celos, secretos y sexo, h¨¢bilmente condimentada con unos toques de denuncia social.Es, adem¨¢s, la confirmaci¨®n de que Carlos Cac¨¢ Diegues, uno de los nombres claves del cinema novo brasile?o entre los, sesenta y los setenta, y tambi¨¦n uno de los m¨¢s, ignorados por las carteleras comerciales espa?olas, est¨¢ en pleno apogeo.

Tieta de Agreste narra la historia de una mujer que, expulsada apenas adolescente de su pueblo norestino por las maledicencias de su hermana, regresa tras m¨¢s de 20 a?os de ausencia convertida en madura, espl¨¦ndida mujer.

Hay algunos desfallecimientos en Tieta de Agreste, derivados, de la opci¨®n narrativa de Diegues, cuya c¨¢mara vaga a veces por paisajes muy hermosos, pero m¨¢s propios de un documental tur¨ªstico que de un filme rigurosamente contado, raz¨®n por la cual su metraje excede un tanto lo que debiera. Pero, m¨¢s all¨¢ de eso, la pel¨ªcula se aguanta muy bien por vanas razones. Una, la personalidad de Tieta, un personaje hecho a la medida de una Sonia Braga que parece meterse. con especial acierto en la piel de los personajes creados por Amado: su imperativa presencia dota al filme de un magnetismo extraordinario. Pero no est¨¢ sola: Mar¨ªlia Pera, la corrosiva hermana, la acompa?a con uno de esos trabajos sordos y contundentes que s¨®lo bordan los grandes secundarios.

Otra, la libertad extrema de Diegues a la hora de narrar, nunca amoldado a los c¨¢nones al uso. Su mirada sobre sus personaje es siempre respetuosa, fascinada en el caso de Tieta, zumbona en el de su padre y su hermana. Y otra, en fin, el acabado formal del filme, su empaque visual, una gentileza del, fot¨®grafo Edgar Moura, y su banda sonora, del gran Caetano Veloso, con momentos de inspirada, arrebatadora belleza.