A M¨®ner no le dejan cerrar el 'caso Marey'
Los intereses de la defensa y la acusaci¨®n coinciden en evitar que el magistrado del Tribunal Supremo acabe la instrucci¨®n
El magistrado del Tribunal Supremo Eduardo M¨®ner, instructor de la causa por el secuestro en 1983 de Segundo Marey por los GAL, lleva tres meses sin practicar una sola prueba de las que le piden las partes y ¨¦stas, a cambio, no le dejan cerrar el sumarlo. Los reiterados intentos del juez por concluir el caso y llevarlo a juicio se enfrentan sistem¨¢ticamente con los intereses de las defensas y las acusaciones, coincidentes en mantener abierto el proces¨®. Mientras tanto, la v¨ªctima, Marey, hace tiempo que ni siquiera responde cuando se le ofrece informar sobre la avalancha de diligencias propuestas.Para todo abogado defensor en un asunto muy caliente o poco claro es axiom¨¢tico que la dilaci¨®n beneficia al procesado. Al otro lado del estrado, la acci¨®n popular ha dado sobradas muestras de querer ir mucho m¨¢s all¨¢ de resarcir a Marey, secuestrado por error al ser confundido con un etarra, y asume una postura claramente pol¨ªtica, tendente a repescar a Felipe Gonz¨¢lez como imputado. De ah¨ª, que las solicitudes de unos y otros se sucedan con el fin de mantener al instructor ocupado.La t¨¦cnica es simple. Se propone la pr¨¢ctica de una prueba para que, por disparatada que parezca, d¨¦ origen a un informe del ministerio fiscal, normalmente desestimatorio, y se consuman una o dos semanas entre el ir y el venir. Recibido ese documento, el juez dicta su resoluci¨®n, en la que tiene que explicar detalladamente los motivos por los que rechaza la propuesta planteada. Su decisi¨®n es de inmediato objeto de un recurso de reforma, que debe resolver ¨¦l mismo. As¨ª, ha de explicar por segunda vez los motivos de su negativa. Tras ello opera de forma subsidiaria el recurso de apelaci¨®n ante el pleno de la Sala Segunda del Supremo. En definitiva, en tanto est¨¦ pendiente alg¨²n recurso, el magistrado no puede cerrar el sumario.
Las diligencias de prueba pueden ser de lo m¨¢s variopintas: que declare el vicepresidente primero, Francisco Alvarez Cascos, por haber dicho que los GAL fueron "terrorismo de bodeguilla"; que declare el ministro de Defensa, Eduardo Serra, por haber comentado que los papeles del Cesid se parecen "como dos gotas de agua" a los publicados por los peri¨®dicos; que se incorpore a la causa el libro-testimonio de Fernado L¨®pez Agud¨ªn, ex relaciones p¨² blicas del ex ministro socialista de Justicia e Interior Juan Alberto Belloch... No es que conduzcan a dilucidar el secuestro de Marey, pero la imaginaci¨®n de los letra dos es inagotable.
Mientras en c¨ªrculos judiciales se subraya que el sumario tiene como fin preparar la celebraci¨®n del juicio y que en ¨¦l pueden replantearse las pruebas denegadas, las partes prefieren que sea en el sumario en el que se practiquen. La denegaci¨®n en el juicio tiene mala soluci¨®n, pero en la fase sumarial es diferente.
La petici¨®n de que el instructor reclame del Gobierno la desclasificaci¨®n de los papeles del Cesid ha sido rechazada por M¨®ner cuatro o cinco veces, pues siempre consider¨® innecesario replantear una cuesti¨®n ya formulada por otros tres jueces y sobre la que ha de pronunciarse la Sala Tercera.
Pero para las acusaci¨®n popular a¨²n cabe un ¨²ltimo intento ante la Sala Segunda (de lo Criminal), que se reunir¨¢ el 13 de marzo para dilucidar varias apelaciones. Su pronunciamiento puede incluso preceder al de la Tercera (de lo Contencioso), que lleva una tramitaci¨®n mucho m¨¢s lenta.
La Sala Segunda tambi¨¦n ver¨¢ ese d¨ªa la apelaci¨®n contra las negativas de M¨®ner a citar a Cascos por lo del "terrorismo de bodeguilla" y a que Juli¨¢n Sancrist¨®bal, ex director de Seguridad, ampl¨ªe sus declaraciones sumariales, as¨ª como a que cite a los socialistas Ram¨®n J¨¢uregui y Jos¨¦ Mar¨ªa Benegas. El alto tribunal deber¨¢ volver despu¨¦s sobre tres recursos de las acusaciones para que declare Serra respecto a sus manifestaciones relativas a los papeles del Cesid.Las defensas han solicitado a M¨®ner que declare el ex polic¨ªa Jos¨¦ Amedo sobre el manuscrito en el que acusa al juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garz¨®n de chantajearle con el encarcelamiento de su esposa para obtener su confesi¨®n y para que se a?adan a la causa las cintas grabadas por ¨¦l al diario El Mundo.
Mientras tanto, Marey sigue a la espera de una indemnizaci¨®n por la decena de d¨ªas que permaneci¨® cautivo y las secuelas f¨ªsicas y psicol¨®gicas que padece desde entonces. Antes, sus abogados urg¨ªan a poner t¨¦rmino a las diligencias y que el juicio se celebrase enseguida. Ahora, seg¨²n fuentes del Supremo, ni contestan.
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