Pedagog¨ªa sin 'Cuadernos'
Hace 22 a?os, en enero de 1975, aparec¨ªa Cuadernos de Pedagog¨ªa, una revista mensual de educaci¨®n impresa en el papel cuadriculado de los cuadernos escolares y que se propon¨ªa "hacer p¨²blicas las ambiciones de renovaci¨®n escolar y, por tanto, social... para que se transformen en un hacer colectivo". No era una tarea f¨¢cil en aquellos momentos, en que todav¨ªa nos guiaba la mano del Caudillo y "desear otra escuela era casi un pensamiento clandestino", como recordaba el editorial que hac¨ªa balance de los primeros 10 a?os.Pero era un momento en qu¨¦ se vislumbraban cambios y se sent¨ªa una gran inquietud social. La Ley General de Educaci¨®n hab¨ªa tra¨ªdo contenidos nuevos, libros llenos de fotograf¨ªas y las famosas fichas. Pero, sobre todo, se hab¨ªa escolarizado a casi toda la poblaci¨®n entre 6 y 14 a?os. Sin embargo, faltaba algo, faltaban nuevos m¨¦todos de ense?anza, hablar de temas que acercaran la escuela a la vida exterior y plantearse cu¨¢les eran los fines de la educaci¨®n en una sociedad que ten¨ªa que cambiar. Los "movimientos de renovaci¨®n pedag¨®gica", como v¨ªa alternativa a la Adm¨ªnistraci¨®n, empezaban a reunir cada vez m¨¢s gente en escuelas de verano.
En una sociedad abierta y cambiante, la comunicaci¨®n es esencial y las publicaciones peri¨®dicas no s¨®lo son un instrumento de trabajo, sino un veh¨ªculo de cambio insustituible. Cuadernos de Pedagog¨ªa se hizo portavoz de esas inquietudes y ha proporcionado herramientas a todos los que se relacionan con el mundo educativo. Su ¨¦xito se explica porque se ha mantenido independiente y ha estado abierta a todo tipo de opiniones y experiencias. Por sus p¨¢ginas han pasado los ministros de Educaci¨®n y los educadores m¨¢s ilustres junto con los maestros de las escuelas rurales m¨¢s aisladas y las experiencias m¨¢s modernas.
Pero sabemos que estos proyectos s¨®lo salen adelante porque detr¨¢s est¨¢ el entusiasmo y la tenacidad de alguna persona que cree en una idea. En el primer n¨²mero de la revista aparec¨ªan dos nombres: Fabricio Caivano, como "redactor jefe", y Jaume Carbonell, como "secretario de Redacci¨®n", junto con otros muchos nombres y direcciones. Todos esos nombres han ido cambiando, los miembros del consejo, la sede, el propietario. Todo excepto esos dos nombres. Su ¨¦xito estuvo en que no se limitaron a buscar art¨ªculos para llenar la revista, sino que se los pod¨ªa ver en cada acontecimiento educativo, particilpando en debates y discusio nes o visitando los centros escolares m¨¢s innovadores y las escuelas m¨¢s modestas para dar puntual informaci¨®n sobre todo ello y ofrecer una imagen viva de la educaci¨®n en el mundo. Jaume -alto, pausado, calmoso- y Fabricio -peque?o, inquieto, nervioso, anticip¨¢ndose a lo que se iba a decir- forman una pareja que se complementa perfectamente y que constituyen un equipo de trabajo de eficacia inigualable.
Pero hace pocos d¨ªas, muchos no lo sabr¨¢n todav¨ªa que Fabricio ha sido despedido "por causas disciplinarias", con la excusa de que no permanec¨ªa 30 horas a la semana sentado detr¨¢s de una mesa, sin duda porque ten¨ªa que sacar un nuevo n¨²mero. La mayor parte de los lectores no saben qui¨¦nes han sido los siete propietarios que se han sucedido, ni posiblemente les ha interesado. Ininterrumpidamente, durante 22 a?os, durante 255 n¨²meros, con Franco, con UCD, con el PSOE o con el PP, cada mes Cuadernos ha llegado puntualmente a sus 18.000 suscriptores y a los quioscos y ha recogido en sus editoriales y en sus temas del mes los problemas m¨¢s importantes.
No sabemos cu¨¢les son los planes de los nuevos propietarios, pero lo que s¨ª sabemos todos los que conocemos la revista es que sin Fabricio no ser¨¢ Cuadernos de Pedagog¨ªa.
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