El historiador Theodore Zeldin considera que la soledad es el peor sufrimiento en la sociedad actual
La prensa inglesa asegura que Theodore Zeldin, historiador de 64 a?os, debe parte de su ¨¦xito a que sabe hablar a las mujeres. De hecho las eligi¨® como protagonistas de todos los cap¨ªtulos de Historia ¨ªntima de la humanidad (Alianza Editorial). "Las mujeres est¨¢n en la escena pol¨ªtica y se fijan en el mundo con ojos nuevos, y quiz¨¢ ¨¦sa sea una soluci¨®n para los problemas que tenemos hoy en d¨ªa", asegur¨® ayer a su paso por Madrid para presentar su nueva obra, que ha sido traducida a 11 idiomas y se ha convertido en un ¨¦xito de ventas.No se puede decir que Zeldin sea un historiador al uso. Del pasado, lo ¨²nico que le interesa es c¨®mo viv¨ªa la gente. Por eso decidi¨® dejar de lado las cosas habituales de la historiograf¨ªa tradicional "para estudiar las emociones y los deseos de las personas". Durante siete a?os vivi¨® encerrado en bibliotecas devorando libros, pero luego sali¨® al exterior y empez¨® a hablar con las personas: "Cuando sal¨ª el mundo me pareci¨® sorprendente, quiz¨¢s por eso no tomo a los individuos como algo obvio. Creo que cada generaci¨®n debe escribir una nueva historia. Yo escribo sobre las preocupaciones de nuestra ¨¦poca, que, sin duda, est¨¢n relacionadas con la b¨²squeda de nuevos tipos de relaci¨®n". Para este historiador, la soledad es la peor clase de sufrimiento "en una sociedad que persigue el ¨¦xito y que no sabe c¨®mo gestionar el tiempo libre".
Historia ¨ªntima de la humanidad es una combinaci¨®n de lo estudiado y lo escuchado en entrevistas posteriores. Cada cap¨ªtulo empieza con una historia personal a trav¨¦s de la cual explica asuntos generales como el desamor, la adicci¨®n al trabajo, el miedo o la curiosidad . "Intento hacer accesibles los recuerdos de toda la humanidad y los utilizo para situar los dilemas del presente", dice el autor de La historia de las pasiones francesas.
Cree Zeldin que el amor ha estado en constante cambio a lo largo de los siglos, aunque sigamos cayendo en sus redes como en el principio de la humanidad. Lo que queremos ahora, seg¨²n este investigador, no es que nuestro compa?ero nos diga todos los d¨ªas que est¨¢ loco por nosotros, sino que se interese por nuestra vida y por los cambios que experimentamos d¨ªa a d¨ªa. Zeldin sostiene tambi¨¦n que en el aspecto sexual las personas han estado obsesionadas por el mismo h¨¢bito de conquista y que despu¨¦s de tantos experimentos a lo largo de los siglos la pasi¨®n sigue siendo ef¨ªmera y la soledad extiende su imperio.
A su juicio, mantener relaciones sexuales es una actividad comparable a la cocina puesto que ambas proporcionan sentimientos ¨ªntimos placenteros. Le encanta la cocina, y todav¨ªa da conferencias en Oxford sobre la importancia de la gastronom¨ªa. "Cada nueva receta es un acto de libertad", dice consciente de que tras las relaciones sexuales y la degustaci¨®n de un buen pescado est¨¢ "la base para la creaci¨®n de una amistad".
Zeldin, hijo de padres rusos, fue un ni?o prodigio que a los 17 a?os consigui¨® su primer t¨ªtulo universitario. Fue profesor y rector de Oxford y ahora vive dedicado a la investigaci¨®n. Cuando impart¨ªa clases siempre se neg¨® a poner notas a sus alumnos, aunque "no consegu¨ª nada porque otros lo hicieron por m¨ª".
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