"Las memorias mienten, los versos no"
Jos¨¦ Agust¨ªn Goytisolo est¨¢ exultante por tres motivos: le han fichado como asesor en la Instituci¨® de les Lletres Catalanes, el martes fue la estrella de un acto en Castell¨®n contra la venta de armas y acaba de sacar el volumen 19 de su obra po¨¦tica. En Las horas quemadas (Lumen), el poeta barcelon¨¦s traza un recorrido autobiogr¨¢fico de una descarnada, y a menudo doliente, sinceridad. "Mis poemas son im¨¢genes, porque es lo que retiene la memoria. Por eso no podr¨ªa escribir unas memorias: tendr¨ªa que mentir, y no s¨¦ hacerlo".El libro se divide en cuatro cap¨ªtulos, correspondientes a otras tantas etapas vitales. La infancia y los tiempos de universitario en Madrid -"termin¨¦ all¨ª la carrera de Derecho porque la Universidad de Barcelona me represali¨® por atentar contra el busto de Franco", aclara- son ¨¦pocas de iniciaci¨®n, pero en el tercero, episodios de depresi¨®n y represalias pol¨ªticas trazan un retrato mucho m¨¢s amargo. "A partir de los 30 ca¨ª en un profundo estado depresivo por culpa de la lucha antifranquista, los amigos muertos por el camino, la represi¨®n... Pensaba constantemente en el suicidio, prob¨¦ muchos tratamientos y me atiborraron de pastillas, por lo que termin¨¦ convirti¨¦ndome en un bipolar, es decir, saltaba de la euforia a la pesadumbre continuamente. Beb¨ªa mucho y me gastaba lo que ten¨ªa y lo que no. ?Cu¨¢nto dinero llegu¨¦ a pedirle a Paco Ib¨¢?ez!".
El poema Setenta y dos horas transmite la angustia del detenido ante los interrogadores-torturadores. "Fui a parar varias veces a los calabozos, y se trataba de resistir esos tres d¨ªas sin abrir la boca. Pero es que me met¨ª tanto en la lucha contra el r¨¦gimen que hac¨ªa de todo: en las manifestaciones, en los actos subversivos... siempre iba m¨¢s all¨¢ que nadie. Llev¨¦ mensajes aqu¨ª y all¨¢ de la frontera. Y llegu¨¦ a boicotear, al principio de la televisi¨®n, un repetidor que instalaron en un monte".
Algo debi¨® de suceder en aquellos a?os para que la furia de este izquierdista irredento se calmase. ?Tal vez el fin de la dictadura? "No s¨®lo eso. Tambi¨¦n el litio, un medicamento eficaz que en los setenta iba a buscar a Perpi?¨¢n y al que le he dedicado un poema". Sea como sea, el cuarto cap¨ªtulo, El rostro que conjura, est¨¢ dedicado ¨ªntegramente a su esposa. Goytisolo dice de ¨¦l: "Es un homenaje a la ¨²nica mujer que he amado desde que nos casamos". Pero su militancia progresista no ha deca¨ªdo. Ahora se dedica a recopilar informaci¨®n y a denunciar la venta de armamento espa?ol a pa¨ªses en guerra, "un negocio m¨¢s lucrativo que el tr¨¢fico de coca¨ªna".
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