La polic¨ªa detiene a un etarra poco despu¨¦s de que asesinara al psic¨®logo de la c¨¢rcel de Martutene
ETA asesin¨® ayer al psic¨®logo de la prisi¨®n donostiarra de Martutene Javier G¨®mez El¨¦segui, de 37 a?os, padre de una ni?a de tres a?os, simpatizante nacionalista y sindicalista hist¨®rico de ELA, desde donde impuls¨® la alianza estrat¨¦gica con LAB, la central sindical de Herri Batasuna. Uno de sus presuntos asesinos, Fernando Elejalde Tapia, de 29 a?os, activista legal (no fichado) de ETA, fue detenido instantes despu¨¦s por tres agentes antiterroristas del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa -entre ellos un alumno que a¨²n est¨¢ en pr¨¢cticas- tras una corta persecuci¨®n a tiros por el barrio donostiarra de Gros. ?ste es el s¨¦ptimo atentado mortal de ETA en lo que va de a?o y el d¨¦cimo funcionario de prisiones asesinado en los ¨²ltimos 13 a?os.
El asesinato del psic¨®logo (le la c¨¢rcel de Martutene, decidido partidario de la negociaci¨®n con ETA y del acercamiento de los presos vascos a Euskadi, se produjo a las 07.55 en la confluencia de las calles de Jos¨¦ Mar¨ªa Soroa y Berminghan.G¨®mez El¨®segui, natural de Le¨®n, abandon¨® su domicilio del n¨²mero 17 de la calle de Jos¨¦ Mar¨ªa Soroa, tras despedirse de su esposa, Carmen Merino, y de su hija Irene para ir a su trabajo. Un hombre y una mujer, que le esperaban cerca del portal, le siguieron tras colocarse precipitadamente sendas capuchas.
Pese a situarse a muy corta distancia, uno de los activistas fall¨® el primer disparo, pero no el segundo. G¨®mez El¨®segui cay¨® fulminado por un balazo en la nuca, a unos 15 metros de su portal, mientras los asesinos emprend¨ªan la huida. El disparo fue efectuado con la misma pistola que acab¨® con la vida, tambi¨¦n por un tiro en la cabeza, del empleado de una tienda de bicicletas Eugenio Olaciregui el pasado 30. de enero.
Tres agentes de la Brigada de Informaci¨®n, entre ellos una mujer, que vest¨ªan de paisano y realizaban labores de vigilancia antiterrorista en la zona, oyeron las detonaciones. Al contrario que los vecinos de la zona, no confundieron los disparos de pistola con el estallido de cohetes ni con el revent¨®n de un neum¨¢tico.
Uno de los agentes se dedic¨® a auxiliar al herido, mientras que sus compa?eros salieron a la carrera tras los dos encapuchados dando gritos de "polic¨ªa, polic¨ªa". Los terroristas abrieron fuego contra sus perseguidores origin¨¢ndose un corto tiroteo. Los asesinos cambiaron de rumbo tratando de escapar por las calles adyacentes del barrio de Gros, pero los agentes lograron acorralar a Fernando Elejalde en la calle de Jos¨¦ Arana, ¨¢ unos 350 metros del lugar del atentado.
El activista, que hasta momentos antes hab¨ªa huido en compa?¨ªa de una mujer, hizo un nuevo disparo contra los funcionarios y se parapet¨® entre dos coches aparcados. Seg¨²n fuentes del Ministerio del Interior, Fernando Elejalde, de 29 a?os, natural de San Sebasti¨¢n, se resisti¨® a arrojar el arma, pese a los gritos de "t¨ªrala, t¨ªrala" de los polic¨ªas. Finalmente, los agentes se abalanzaron sobre ¨¦l y le redujeron aprovechando que se le hab¨ªa encasquillado la pistola, de fabricaci¨®n belga. En uno de sus bolsillos, llevaba un cargador de repuesto. "Soy Fernando Elejalde Tapia, miembro de un comando legal de ETA", confes¨® al ser esposado.
Sus compa?eros de comando fueron identificados ayer como Xabier Garc¨ªa Gaztelu, presunto liberado [a sueldo], e Irantzu Gallastegi Sodupe. Esta es supuestamente la mujer que particip¨® en el asesinato, que huy¨® seg¨²n varios testigos hacia la avenida de Navarra. Es probable que Garc¨ªa Gaztelu, presunto responsable del comando Donostia, le estuviera esperando en ese lugar al volante de un coche.
La madre del psic¨®logo asesinado, la viuda Carmen Merino, y un hermano responsable de ELA-Prisiones acudieron a velar el cad¨¢ver al hospital Nuestra Se?ora de Ar¨¢nzazu, mientras un centenar de afiliados de ELA se concentraban en torno a una pancarta con el siguiente mensaje para ETA, HB y LAB: "Horrela, ezin da" (As¨ª no se puede).
La polic¨ªa registr¨® la vivienda de la familia del detenido, situada a varias manzanas del domicilio de la v¨ªctima, y otros locales, as¨ª como un piso de la calle de Lizardi, en Urnieta (Guip¨²zcoa), supuestamente utilizado por el comando. Los investigadores, que buscaban a la novia de Fernando Elejalde, creen que los colaboradores del comando Donostia llegaron antes y retiraron el material comprometido, aunque se incautaron de ordenadores, documentaci¨®n, una nevera, una mochila y varias bolsas.
El secretario general del sindicato nacionalista ELA, Jos¨¦ Elorrieta, manifest¨® que G¨®mez El¨®segui, que ingres¨® en 1982 en el cuerpo de prisiones, era un militante hist¨®rico que "estaba en la vanguardia de la lucha por la distensi¨®n, el di¨¢logo y la negociaci¨®n".
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