Cama deshecha
El coronel Aureliano Buend¨ªa declar¨® innumerables guerras y las perdi¨® todas. Cuando se lee algo parecido en la obra de Garc¨ªa M¨¢rquez seguramente pocos piensan que esa situaci¨®n pueda darse en la realidad. S¨®lo que para los que nos sentimos cercanos al protagonista de Cien a?os de soledad nuestras declaraciones son siempre de paz pero igualmente perdidas.Porque el rasgo m¨¢s ut¨®pico de los defensores de la salud ambiental no es pretender un desarrollo con mayor equidad para todos los humanos y sin da?os al derredor. Mucho m¨¢s inalcanzable resulta su eterna propuesta de di¨¢logo. De una comunicaci¨®n multidireccional que dinamice una participaci¨®n activa de los grupos no gubernamentales en las l¨ªneas y criterios b¨¢sicos de una de las facetas pol¨ªticas m¨¢s delicadas.. Y es que las decisiones en este campo, que a su vez engloba casi todos los campos, se saldan en much¨ªsimas ocasiones con actuaciones irreversibles. Meditar con rigor y profundidad sobre materia ambiental es algo tan complejo y arduo como todavia incipiente. A¨²n as¨ª, con tenacidad y paciencia naturalistas, ecologistas y ambientalistas, junto con expertos de distintas ramas se han sentado a todas las mesas abiertas de todas las administraciones democr¨¢ticas para cosechar cataratas de derrotas. La pen¨²ltima, sin duda, la larga agon¨ªa del CAMA (Consejo Asesor del Medio Ambiente).Lo cierto es que all¨ª el sector m¨¢s activo de la creciente sensibilidad ambiental es invitado a hablar, no ya para al final no tener en cuenta sus recomendaciones, sino para ni siquiera ser escuchado. Los asesores jam¨¢s consiguieron imponer un cambio real en alguna de las decisiones importantes que afectaban al ambiente. Con todo se ha seguido intentando superar el mon¨®logo del poder pol¨ªtico y econ¨®mico. Que de momento cuenta con varias piezas que pasar¨¢n al museo de los horrores ecol¨®gicos. Los anuncios del Gobierno del Partido Popular sobre la Ley del Suelo, los Residuos, la gesti¨®n del Agua o las Costas supondr¨¢n en l¨ªneas generales el desmantelamiento de los t¨ªmidos progresos que en pol¨ªtica ambiental ha cosechado nuestra sociedad. En realidad puede afirmarse que, de llegar a su promulgaci¨®n, perderemos decenios de esfuerzo para aproximarnos a garantizar calidad de vida en el futuro.
Obvio resulta que el pensamiento ¨²nico no necesita conversar con nadie y menos con los m¨¢s d¨¦biles. Aunque de momento mantiene el simulacro. La casi total imposibilidad de arbitrar la participaci¨®n p¨²blica en lo concerniente al ¨¢mbito que m¨¢s lo necesita es dram¨¢tica. Porque adem¨¢s de abrir casi del todo las puertas a la suciedad y a la degradaci¨®n del paisaje, debilita la democracia. Est¨¢ ya m¨¢s que demostrado que a quien le gusta imponer, sin aceptar sugerencias, evidentemente le molesta la horizontalidad que casualmente sugiere y hasta precisa el acr¨®nimo CAMA.
Nunca ha sido f¨¢cil la relaci¨®n entre el poder y quienes pretenden respeto hacia los procesos esenciales para la continuidad de la vida. Pero tampoco nunca el interlocutor se situ¨® tan lejos y tan ajeno a sus propias competencias y obligaciones como la se?ora ministra del nuevo departamento. El Consejo Asesor del Medio Ambiente acaba de abortar su despegue, tras casi un a?o de espera en cabecera de pista. Colma de momento el vaso el que curiosamente se han incumplido por parte de la Administraci¨®n los seis primeros art¨ªculos del real decreto de creaci¨®n de este ¨®rgano de participaci¨®n p¨²blica.. A lo largo del mismo periodo, tres conatos de reuni¨®n y una convocatoria de pleno extraordinario, a la que no acude la presidenta del consejo, es decir, la se?ora Tocino, ha desembocado en el abandono moment¨¢neo de 14 miembros del consejo, entre los que me cuento.
Se trata, esencialmente, de una llamada de atenci¨®n para que los responsables sean m¨ªnimamente consecuentes con sus anunciados prop¨®sitos. Se insta a una rotunda rectificaci¨®n. Porque de lo que no cabe la menor duda es de que, como el coronel Buend¨ªa, ma?ana mismo volveremos a declarar que el di¨¢logo es posible. Estamos disponibles para la pr¨®xima derrota.
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