La conciencia de los economistas
El Premio Internacional Catalunya, que otorga el Instituto Catal¨¢n del Mediterr¨¢neo, nos sorprende de forma agradable desde que se cre¨®, hace nueve a?os. Lo han recibido personalidades de la talla de Popper, Edgar Morin, Havel o Rostrop¨®vich. Este a?o ha sido otorgado al economista de origen indio Amartya Sen, al que califican como "la conciencia de los economistas". De 64 a?os de edad, Sen ha sido profesor en la London School of Economics y actualmente da clases en Harvard.El premio a Sen est¨¢ a contracorriente de las tendencias al uso. Quiz¨¢ por ello se le adjetiv¨® como candidato "un poco duro". Sin embargo, las aportaciones de este economista tienen plena vigencia. Si hubiera que destazar algunas de ellas, ¨¦stas ser¨ªan su preocupaci¨®n por la desigualdad y el subdesarrollo y su pasi¨®n por las libertades, que le lleva a vincular irremediablemente mercado y democracia (no es posible el primero sin la segunda) y eficacia econ¨®mica.
El jurado del premio destaca en su nota que, para Sen, la democracia no es un lujo en relaci¨®n con el crecimiento econ¨®mico, como otros economistas sostienen, sino que mejora la eficiencia econ¨®mica y el bienestar de la poblaci¨®n. El crecimiento econ¨®mico necesita equidad, y ¨¦sta s¨®lo es posible con democracia.
Amartya Sen opina que los pa¨ªses con dictaduras no tienen tanta eficacia como las democracias. Y si fuesen m¨¢s eficientes -es su corolario- no estar¨ªamos dispuestos a valorar la democracia en t¨¦rminos instrumentales y a juzgarla por sus consecuencias sobre el rendimiento de la econom¨ªa. Por ejemplo, los economistas de la Escuela de Chicago fueron los que protagonizaron el experimento de liberalizaci¨®n econ¨®mica en la dictadura chilena, y su jefe de filas el premio Nobel Milton Friedman aval¨® con su presencia en Santiago de Chile al general Pinochet, en un viaje muy equivocado. Sen tiene otra concepci¨®n de la econom¨ªa, lo que impide estimarlo favorito para el Nobel.
El profesor Juan de Dios Jim¨¦nez Aguilera, que ha prologado un libro sobre los premios Nobel de Econom¨ªa, escribe que Friedman ha se?alado la trilog¨ªa del economista premio Nobel: "Hombre, estadounidense y de la Universidad de Chicago. En efecto, la totalidad ole los galardonados con el Nobel en Ciencias Econ¨®micas son hombres -s¨®lo una mujer (Joan Robinson) cumpl¨ªa los requisitos para ser premiada, seg¨²n reconoce el m¨¢ximo exponente del pensamiento monetarista-; al mismo tiempo, un gran porcentaje de los 38 galardonados, concretamente 24, son de nacionalidad norteamericana, en muchos casos vinculados a Chicago. Si Cambridge y Viena fueron el escenario del progreso cient¨ªfico de la econom¨ªa desde finales del siglo XIX hasta 1940, Chicago ha recogido el testigo a partir de los a?os treinta, de la fren¨¦tica actividad en el desarrollo de la ciencia econ¨®mica".
Sen, cuyo libro m¨¢s conocido se titula paradigrn¨¢ticamente Sobre ¨¦tica y econom¨ªa, ha estudiado la relaci¨®n entre los sistemas pol¨ªticos y el subdesarrollo, y m¨¢s concretamente entre las libertades y el hambre. "Donde hay libertad de expresi¨®n no hay hambre", repite. Hace cuatro a?os public¨® un art¨ªculo en la revista Claves (n¨²mero 28, de diciembre de 1992) -?Puede la democracia impedir las hambrunas?-, en el que contest¨® afirmativamente a esa pregunta.
El profesor Andreu Mas-Colell ha destacado el parentesco de Sen con la l¨ªnea, casi imaginaria, del liberalismo anglosaj¨®n, que une a John Stuart Mill con John Rowls. Alguien m¨¢s pol¨ªtico lo ha definido como un economista socialdem¨®crata. En cualquier caso, Amartya Sean representa una corriente econ¨®mica de aire fresco. Aunque no est¨¦ de moda.
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