Ortega y Europa: ayer y hoy
Que Jos¨¦ Ortega y Gasset fue un gran conocedor de Europa tal vez sea innecesario decir, pero decir que es un eminente europeo hoy podr¨¢ parecer a algunos anacronismo infundado. Sin embargo, Ortega est¨¢ presente en Europa hoy porque aparte de haber estudiado a Europa y, sobre todo, haber pensado y habernos hecho pensar a todos en la historia, en la idea y en el ser de Europa, nos ha transmitido un legado de conocimientos grande acerca de lo que Europa fue, de lo que Europa es y, tal vez sobre todo, de lo que Europa puede ser y consecuentemente debe ser. En ese legado orteguiano hay mucho de profec¨ªa. ?sta es diversa y amplia, pero hay dos decires de Ortega que convienen ahora con m¨¢s oportunidad que otros: "Europa ha sido siempre una pluralidad de naciones dirigida por una de ellas. Eso que ha sido Europa lo seguir¨¢ siendo todav¨ªa un largo, muy largo rato, bien que tomando esa plural convivencia alguna forma nueva". ?No dicen esas palabras de 1940, al hablar de Juan Luis Vives y su mundo, mucho de lo que est¨¢ palpitando en Europa ...? Otra opini¨®n ahora, y de la misma conferencia, que, como la anterior, nos dice enigm¨¢tica y prof¨¦ticamente bastante de lo que est¨¢ pasando ahora: "El siglo XV es el m¨¢s complicado de toda la historia europea hasta la fecha ( ... ) porque es el siglo de la crisis hist¨®rica, la ¨²nica propiamente tal -hasta la que estamos viviendo- que hab¨ªan sufrido los pueblos nuevos de Occidente ( ... ) y de que emergi¨®, como nueva afirmaci¨®n, el cristianismo. La complicaci¨®n proviene de que su vida -como toda vida en crisisten¨ªa una ra¨ªz dual: por un lado, es persistencia de la vida medieval -en rigor, supervivencia-; por otro, es generaci¨®n de vida nueva...". Subrayo persistencia y germinaci¨®n de vida nueva porque son cosas m¨¢s o menos claras o difuminadas que est¨¢n aconteciendo desde no hace mucho en la propia Europa.Que Europa es hoy una pluralidad de naciones dirigida por una de ellas es evidencia tangible. Desde hace casi 50 a?os, en que esa pluralidad europea est¨¢ animadamente en trance de hacerse formal, pr¨¢ctica y jur¨ªdicamente una, la direcci¨®n de la pluralidad aqu¨¦lla es alemana. La Alemania reunida ha cobrado un vigor marcado en su influencia decidida en el hacer a Europa "una" superior al que ten¨ªa cuando era solamente Alemania Occidental. La direcci¨®n influyente de Alemania en Europa radica no s¨®lo en su pujanza material, sino en la convicci¨®n del germano europeo de los ¨²ltimos siglos de la entidad de Europa en cuerpo y alma, y en la comprensi¨®n ancestral del destino de Europa, destino que insin¨²a la unidad pol¨ªtica en casi todos los ¨®rdenes de lo que pol¨ªtica aqu¨ª significa para hacer frente a la historia del futuro y resolver los problemas que anuncian ya su orto inmediato en los horizontes del mundo.
Esa "plural convivencia" est¨¢ ahora, como Ortega previ¨®, en trance de tomar "alguna forma nueva". Dir¨ªase que desde el siglo XVI ha pasado Europa por varias "formas", pero el marco en el que Europa quiere formarse est¨¢ siendo, sin duda alguna, el m¨¢s fundamental y trascendente de cuantas formas haya podido haber de pluralidad europea, ya que esa forma es la unidad real y pr¨¢ctica, y el marco en que esa forma se mueve para encajarse con justeza es el del convenio democr¨¢tico y el acuerdo entre las aristocracias de estadistas y las democracias de pueblos para acabar al fin en la unidad, que har¨¢ de Europa algo uno pol¨ªticamente, lo que equivale a decir algo uno en lo hist¨®rico viviente en el momento.
Pero esta "forma nueva" en la que la "pluralidad nacional" europea se est¨¢ moviendo desde hace 50 a?os para hacerse pluralidad una en la pol¨ªtica general, parece estar vi¨¦ndose afectada por aquellos s¨ªntomas de "persistencia" y de "germinaci¨®n de vida nueva" que Ortega preve¨ªa... Yo veo hoy la persistencia, en cuanto a?oranza de alguna naci¨®n europea de un pasado reciente que se esfuma y se pierde para ella en la estela del nav¨ªo de su historia, y percibo la vida nueva en lo que se siente en el fondo de las conciencias de la pluralidad europea s . obre el seguro bien y provechoso resultado que han de derivarse de la unidad que la pluralidad europea pretende para s¨ª... Al mencionar "persistencia" en relaci¨®n con "alguna naci¨®n europea" pulsa en la mente con m¨¢s fuerza el persistir de una de ellas -de Inglaterra- que el de otras -Francia, un tanto, y otras m¨¢s con menor impulso- Ese -"persistir" est¨¢ referido al ayer: al siglo XIX y a la primera mitad del XX. Inglaterra y Francia, con diferencias a veces y a la uni¨®n otras, mandaron en Europa. Despu¨¦s de la II Guerra Mundial se agot¨® en mucho su fuerza pol¨ªtica y econ¨®mica en lo internacional, al tiempo que cobraba vigor inusitado el auge. ascendente del americano vencedor. Francia recel¨® de la preponderante influencia transatl¨¢ntica en Europa y prefiri¨® la pol¨ªtica de entendimiento con Alemania, recuper¨¢ndose ¨¦sta ya. Inglaterra, siempre poco europea en su splendid isolation, encontr¨® partido m¨¢s favorable para ella en su tradicional entendimiento con los Estados Unidos. De ah¨ª su "persistencia" inercial en el pasado mediato o inmediato del arranque de Europa hacia su unidad pol¨ªtica. Porque los Estados Unidos de Am¨¦rica, se diga lo que se diga, son antieuropeos o, al menos, sienten en lo pol¨ªtico inconveniencia en que Europa se fortalezca en cuanto Uni¨®n.
Otras "persistencias" se reflejaron hace unos a?os en Maastricht, al promulgarse el Tratado de Europa y al producirse las primeras reacciones en su contra. Estas reacciones iniciales ven¨ªan a ser en el fondo un no decir que s¨ª por sistema a lo europeo. La verdad es que remitieron pronto y, aunque el tratado est¨¢ pendiente de revisi¨®n para su aprobaci¨®n definitiva, las tendencias no se sienten hoy hacia reacciones de rechazo rotundas... Lo mismo que con lo de la moneda ¨²nica... Los problemas son serios, pero ya est¨¢n previstas soluciones, consistentes en avanzar por pasos, que habr¨¢n de dar con realidades pr¨¢cticas favorables... Eso son las persistencias", acaso.
Y est¨¢ tambi¨¦n ah¨ª lo de la germinaci¨®n de vida nueva. La vida de Europa se ha renovado m¨¢s de una vez en cuanto necesaria y obligada vida en com¨²n. Una fue la se?alada por Ortega; otra es la actual, que est¨¢ cobrando forma clara tras su germinar relativamente acelerado... La Uni¨®n Europea le est¨¢ dando a Europa una "vida nueva", y todo lo nuevo, por traer consigo factores inc¨®gnitos, da que recelar, cuando no amedrenta. Tal vez haya en esos naturales recelos de la vida nueva de Europa algo de lo que Ortega llamaba "dudas de Europa": "La civilizaci¨®n europea duda a fondo de s¨ª misma. ?Enhorabuena que sea as¨ª! Yo no recuerdo que ninguna civilizaci¨®n haya muerto de un ataque de duda" (Meditaci¨®n de Europa). Ante lo nuevo se duda siempre. Europa est¨¢ hoy haci¨¦ndose su futuro entre dudas y vacilaciones que tambi¨¦n Ortega, previ¨® en su d¨ªa: "Es, pues, un estricto error pensar que Europa es una figura ut¨®pica que acaso en el futuro se logre realizar. No; Europa no es s¨®lo ni tanto futuro como algo que est¨¢ ah¨ª ya desde un remoto pasado; m¨¢s a¨²n, que existe con anterioridad a las naciones hoy tan claramente perfiladas. ( ... ) Lo que s¨ª ser¨¢ preciso es dar a esa realidad tan vetusta una nueva forma" (ib¨ªdem). Ese "futuro" que Ortega dec¨ªa de Europa es el hoy de la Uni¨®n Europea ya, con esa "nueva forma" a la que estamos asistiendo los europeos hoy.
Pero hay en ese futuro ya presente esos ecos vistos de "persistencia" nost¨¢lgica que no acaban de remitir: el euroescepticismo, "invento" ingl¨¦s que parece que se contagia a otras naciones menos relevantes. Mas eso no va ya con los tiempos de Europa. Lo malo para lo europeo es que puede ir con "los tiempos" de Estados Unidos, que en el fondo no sienten a Europa, pero quieren dirigirla sin ser naci¨®n europea. El medio que creen haber encontrado es la OTAN, opio con el que parecen estar queriendo "adormecer" a Europa... Europa, de seguro, debe de sentir todo eso, pero, sin estar unida del todo, no est¨¢ en condiciones todav¨ªa de reaccionar debidamente.
Volviendo al arranque: Ortega previ¨® claramente el hoy de Europa. Lo que ¨¦l dijo hace 50 o 70 a?os est¨¢ siendo realidad ya... Lo malo es que los europeos dirigentes no dan la impresi¨®n de recordar a Ortega; eso suponiendo que conocieran o conozcan sus teor¨ªas sobre Europa, que est¨¢n probando ser acertadas "profec¨ªas"... Convendr¨ªa, pues, decirles a esos europeos "eminentes" que se tomen la molestia de leer a Ortega.
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