Tiempos convulsos

La inauguraci¨®n del I Congreso Internacional de la Lengua Espa?ola ser¨¢ el ¨²ltimo acto del viaje de Estado de los Reyes de Espa?a a M¨¦xico. Con ellos estar¨¢ el presidente mexicano, Ernesto Zedillo. Despu¨¦s, don Juan Carlos y do?a Sof¨ªa partir¨¢n rumbo a Estados Unidos.Si nada lo remedia, Octavio Paz no podr¨¢ cumplir su deseo de asistir a la ceremonia. Pero su imagen y sus palabras llegar¨¢n al recinto del antiguo Convento de San Agust¨ªn de Zacatecas por medio de un v¨ªdeo. Una afecci¨®n digestiva que lo ha tenido hospitalizado recientemente se resiste a permitir que el escritor deje la Ciudad de M¨¦xico. Junto a Paz, que acaba de cumplir 83 a?os, otros dos premios Nobel de Literatura, el colombiano Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez y el espa?ol Camilo Jos¨¦ Cela, leer¨¢n los discursos de apertura.

El novelista espa?ol estuvo ayer de acuerdo con el director del Instituto Cervantes, Santiago de Mora y Figueroa, en que, "el espa?ol es una de las lenguas que tienen mayor capacidad de triunfar" frente a la uniformizaci¨®n que impone la comunicaci¨®n. Para Cela las tres lenguas m¨¢s influyentes en un futuro cercano ser¨¢n el ingl¨¦s, el ¨¢rabe y el espa?ol.

El congreso se celebra con tres a?os de retraso sobre la fecha inicialmente prevista. La idea naci¨® en el encuentro que ling¨¹istas, periodistas y acad¨¦micos desarrollaron en Sevilla en 1992, con motivo de la Exposici¨®n Universal. Entonces se decidi¨® que M¨¦xico fuera la primera sede. La fecha se anunci¨® un a?o m¨¢s tarde: ser¨ªa en junio de 1994.

Nadie hab¨ªa entonces imaginado que ese a?o el pa¨ªs m¨¢s estable de Am¨¦rica Latina se ver¨ªa sumido en la m¨¢s profunda crisis pol¨ªtica de su historia reciente. El alzamiento de la guerrilla zapatista en el sure?o Estado de Chiapas en enero, la oleada de secuestros de importantes empresarios y el asesinato, en marzo, del candidato presidencial del gubernamental Partido Revolucionario Institucional (PRI), Luis Donaldo Colosio, marcaron el inicio de un a?o tr¨¢gico y dejaron olvidado en un caj¨®n el proyecto del Congreso de la Lengua. Un segundo intento, en 1996, tampoco fructific¨®, esta vez por cuestiones organizativas. Ahora por fin el intercambio de ideas y palabras se abre paso en estos. tiempos convulsos.