La polic¨ªa desmonta un atentado con minas contra el Papa a su llegada a Sarajevo

ENVIADO ESPECIALLos 5.500 efectivos de la Fuerza de Estabilizaci¨®n de la OTAN (SFOR) desplegados en Bosnia-Herzegovina y los 11.500 polic¨ªas que dependen del Gobierno federal tripartito no habr¨ªan bastado para evitar ayer un atentado contra Juan Pablo II, si un paseante no hubiera sospechado casualmente del comportamiento de otro individuo. A ra¨ªz de su denuncia, la SFOR desmont¨® 23 minas anticarro instaladas, con control remoto, a poco m¨¢s de 100 metros de la carretera por la que el Pont¨ªfice entr¨® en Sarajevo. El riesgo de la visita parece incalculable.

La alarma salt¨® por la ma?ana, cuando, seg¨²n explic¨® Alex Ivanko, portavoz de la misi¨®n de la ONU, "un trabajador vio a una persona sospechosa y advirti¨® a la polic¨ªa", que, acompa?ada de t¨¦cnicos de la SFOR, encontr¨® "23 minas conectadas a un detonador con explosivos adicionales de pl¨¢stico accionables por control remoto".La polic¨ªa bosnia asegura que el puente pr¨®ximo a la carretera que une el aeropuerto con la ciudad, bajo el que estaba instalado el explosivo, hab¨ªa sido inspeccionado la noche anterior, sin resultado. El Ministerio del Interior reconoci¨® m¨¢s tarde en un comunicado, que "algunos datos indican que el ingenio explosivo hab¨ªa sido instalado durante la noche".

La carga hab¨ªa sido colocada expresamente contra el Papa que, hace tres a?os, hubo de suspender su proyecto de viaje a esta ciudad, porque la fuerza internacional no pod¨ªa darle garant¨ªas m¨ªnimas de seguridad durante una visita que hab¨ªa sido expresamente rechazada por el patriarca ortodoxo de Belgrado, Pavel. El explosivo termin¨® de ser desactivado un par de horas antes de que el Papa aterrizara en Sarajevo, sobre las cinco y media de la tarde. Anoche se supo que la polic¨ªa buscaba a dos individuos de origen turco.

Se mantiene, sin embargo, la luz sombr¨ªa que este incidente proyecta sobre el viaje actual, que hoy conocer¨¢ su momento culminante durante la celebraci¨®n de una misa en un campo de f¨²tbol, a la que se espera que asistan unas 50.000 personas, en su mayor¨ªa croatas venidos del pa¨ªs vecino. Las que se movilizaron para recibir ayer al Papa fueron muchas menos, pero la acogida fue positiva y bastante m¨¢s concurrida de lo que se preve¨ªa.

Varios miles de personas -quiz¨¢s 15.000 o 20.000- esperaron, en efecto, el paso del papam¨®vil por las calles de una ciudad de unos 300.000 habitantes, de los que todav¨ªa cerca de 30.000 son cat¨®licos. La cifra no es impresionante, sobre todo si se tiene en cuenta que el Gobierno, que conf¨ªa en lograr una imagen internacional de normalidad con el ¨¦xito de este viaje, transmiti¨® llamamientos en la televisi¨®n para que los ciudadanos salieran a recibir al Papa.

El arzobispo de la ciudad, cardenal Vinko Puljic, concret¨® de este modo las cifras del ¨¦xodo cat¨®lico en Bosnia, durante el discurso de bienvenida que dirigi¨® al Pont¨ªfice en la catedral: la archidi¨®cesis de Sarajevo, dijo, ten¨ªa 528.000 cat¨®licos antes de la guerra que, hoy, son s¨®lo 200.000; la de Banja Luka, al norte, contaba unos 120.000, que han quedado reducidos a 50.000; y la de Mostar, al Sur, donde los cat¨®licos son mayoritarios, no ha crecido, ya que sigue teniendo, como antes de la guerra, unos 170.000 feligreses. La conclusi¨®n es que los cat¨®licos de Bosnia, todos ellos de etnia croata, han emigrado hacia la Croacia de Franjo Tudjman y otros pa¨ªses extranjeros.

"Danos la fuerza para quedarnos aqu¨ª", pidi¨® Puljic. "Os recomiendo que os qued¨¦is, aun al precio de grandes sacrificios", le respondi¨® el Pont¨ªfice.