Patarroyo ensaya en monos su nueva vacuna
Pr¨®ximo inicio de las pruebas de inmunizaci¨®n contra la malaria en humanos
En la misma ribera del ahora crecido Amazonas, en Leticia (Colombia), varios centenares de monos habitan la estaci¨®n experimental de primates, donde tienen lugar las pruebas sobre animales con la segunda vacuna contra la malaria que est¨¢ preparando el cient¨ªfico colombiano Manuel Elkin Patarroyo. Mientras tanto, en las instalaciones centrales del Instituto de inmunolog¨ªa San Juan de Dios, en Bogot¨¢, se trabaja en dos turnos diarios en la producci¨®n de prote¨ªnas para abastecer los incesantes ensayos en los monos, a los que se suministra la vacuna y luego sangre infectada con el par¨¢sito.
Aunque a¨²n no se han hecho p¨²blicos los resultados obtenidos hasta ahora en los peque?os micos, Patarroyo los considera lo suficientemente alentadores como para empezar en un futuro pr¨®ximo los ensayos cl¨ªnicos en humanos, seg¨²n coment¨® recientemente a este peri¨®dico en Colombia. Quiere realizar ensayos en varios pa¨ªses de Latinoam¨¦rica y ?frica. A pesar de que la comunidad cient¨ªfica internacional en malaria le observa actualmente con desconfianza, no exenta de inter¨¦s y tiende oficialmente a ignorarle, Patarroyo se muestra muy optimista sobre la aceptaci¨®n final de su trabajo.En Leticia, el puerto fluvial de Colombia en el Amazonas, pocos de sus habitantes conocen que all¨ª mismo est¨¢ la Estaci¨®n Experimental de Primates del Instituto San Juan de Dios, pero los campesinos y cazadores de muchos kil¨®metros a la redonda, en plena selva, saben que Raul Rodr¨ªguez, el bi¨®logo que desde hace 14 a?os maneja la estaci¨®n, paga por recibir determinados monos y la informaci¨®n correspondiente sobre d¨®nde se han cazado (algo nada f¨¢cil) y las caracter¨ªsticas del grupo familiar. Con todo ello, adem¨¢s de contribuir al desarrollo de vacunas, es probablemente ya el mayor experto del mundo en estos micos nocturnos, denominados en ingl¨¦s owl monkeys. Detr¨¢s de todo ello hay muchos a?os de labor educativa de los ind¨ªgenas de la zona sobre lo que significan los monos para la investigaci¨®n.
Los primates son del g¨¦nero Aotus y la especie nancymai y constituyen el modelo animal aceptado para la malaria, ya que se infectan de forma similar a los humanos. Como hay tres especies muy similares en la zona, muchas veces Rodr¨ªguez recibe ejemplares de las otras dos: la vociferans y la negriceps, y la experiencia acumulada est¨¢ indicando que son igualmente v¨¢lidos como modelo animal para la malaria. Pocos investigadores tienen a su disposici¨®n recursos animales como los que tiene. en Leticia, en su ambiente natural, el instituto que dirige Patarroyo. La estaci¨®n cumple las condiciones de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) para este tipo de ensayos y los animales -han pasado por all¨ª ya m¨¢s de 4.000- reciben los cuidados adecuados hasta que, finalizado el ensayo, tratados y pasada la cuarentena, son soltados en dos islas cercanas a salvo de depredadores.
"Lo m¨¢s. importante es que podemos saber inmediatamente la respuesta inmunol¨®gica al producto ensayado", se?ala Patarroyo, ya que todo el control de la infecci¨®n se hace en Leticia.
En Bogot¨¢, el instituto en el que trabajan 125 personas, muchos de ellos investigadores muy j¨®venes, est¨¢ en efervescencia. Los diversos departamentos no trabajan s¨®lo en malaria, sino tambi¨¦n en tuberculosis y otras enfermedades infecciosas para las que no existen vacunas efectivas. El equipamiento es avanzado y la capacidad de producir p¨¦ptidos que tiene el instituto es de las m¨¢s elevadas del mundo.
Despu¨¦s de los ensayos realizados con la primera vacuna (la Spf66) y de toda la pol¨¦mica que la acompa?¨®, Patarroyo busc¨® una v¨ªa m¨¢s racional para perfeccionar este primer intento y afirma haberla encontrado. Sin embargo, el hecho de que no haya publicado apenas nada sobre el tema en los ¨²ltimos tres a?os ha hecho cundir la desconfianza. ?l afirma que ha preferido retirarse de este mundo hostil, entre otras cosas para no dar pistas, y que esperar¨¢ a tener los resultados finales antes de publicarlo todo junto; sin embargo, le puede resultar dif¨ªcil volver a la corriente cient¨ªfica, reconocen algunos especialistas que conocen su trabajo, a pesar de que tambi¨¦n creen que tiene "algo bueno".
Nueva v¨ªa
La base del enfoque de la nueva vacuna de s¨ªntesis qu¨ªmica es la modificaci¨®n de determinadas partes (p¨¦ptidos) de unas prote¨ªnas naturales del par¨¢sito involucradas en el proceso de invasi¨®n de los gl¨®bulos rojos, o las c¨¦lulas del endotelio o del h¨ªgado. A estos p¨¦ptidos (del tipo de alta uni¨®n y conservados, es decir, que no var¨ªan seg¨²n la cepa) se les cambian amino¨¢cidos (elementos b¨¢sicos de las prote¨ªnas) con determinados criterios para inducir una respuesta inmune al utilizarlos como vacunas. Esto se basa en la conclusi¨®n de que estas secuencias, conservadas b¨¢sicas para la infecci¨®n, no inducen defensas ni de forma natural ni cuando se utilizan como vacuna, pero s¨ª pueden inducirlas cuando son modificadas. Es la teor¨ªa del agujero inmunol¨®gico, seg¨²n la cual el par¨¢sito resulta invisible para el sistema inmune.En la selecci¨®n de secuencias de las prote¨ªnas y en la de los amino¨¢cidos a cambiar estar¨ªa la clave de la protecci¨®n lograda por varios de estos p¨¦ptidos cuando se combinan. El mismo enfoque servir¨ªa para evitar la infecci¨®n por Plasmodium vivax (la otra forma m¨¢s com¨²n de malaria) o incluso por los agentes de la tuberculosis, la lepra o la leishmaniasis, todas ellas de notable incidencia en Colombia.
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