S¨®lo TravoIta tiene alas

Sabido es que el arc¨¢ngel Miguel ha sido siempre un ser celestial de armas tomar. Pero ?y si adem¨¢s de pendenciero y batallador, don Miguel fuese tambi¨¦n un poquito fond¨®n, fumador empedernido, consumidor de toneladas de az¨²car con el desayuno, desaforado donju¨¢n y con una cierta alopecia en las alas, tuviera la mano dura para provocar rayos y tomados y fuese hasta un poquito maleducado? Desde este punto de arranque, y con la base de dos periodistas que escribieron un reportaje sobre los ¨¢ngeles, Nora Ephron, ex esposa de periodista famoso y ella misma escritora y cineasta, en uni¨®n de su hermana Delia, ha perge?ado un artefacto entre el humor desmitificador y el edulcoramiento de la comedia rosa. Un filme no exento de momentos divertidos, todo sea dicho, como los homenajes a su m¨¢ximo astro, John Travolta, quien se marca, como en Pulp fiction, unos inspirados pasitos de baile. Pero en todo caso, una pel¨ªcula llena de situaciones y personajes de esos que hemos visto ya mil y una veces.

Por no faltar, tampoco falta la chica alocada y de buenos sentimientos que colecciona matrimonios abortados y que parece siempre dispuesta a enamorarse, un papel hecho a la medida de una Andie MacDowell que adem¨¢s se marca un par de temillas country, para que se vea que la chica no s¨®lo sabe desfilar en la pasarela.

Gracias a los actores

Si el filme se deja ver sin demasiados problemas no es m¨¢s que porque todos sus responsables parecen cre¨¦rselo. Para empezar, la propia Ephron, que no pasar¨¢ ciertamente a los anales por su gusto por la composici¨®n del encuadre o por la originalidad de su narraci¨®n, pero que no est¨¢ muy lejos de los mejores rutinarios del cine comercial de EE UU de nuestros d¨ªas: a eso le llaman profesionalidad. Pero sobre todo, los actores, todos ajustados a unos papeles que se toman mucho m¨¢s en serio de lo que merecen. Travolta, por ejemplo, a quien os a?os le est¨¢n haciendo mucho bien, y sobre todo William Hurt, uno de los m¨¢s grandes, que ilumina siempre la pantalla con su suave iron¨ªa, su proverbial saber estar; en suma, con su inmenso talento.