Esc¨¢ndalo en la Maestranza
El p¨²blico esper¨® m¨¢s de una hora bajo la intensa lluvia la suspensi¨®n de la corrida
La corrida de ayer en la Maestranza, 14? de abono, se suspendi¨® a causa de la lluvia. Se supendi¨® en medio de un fenomenal esc¨¢ndalo, con el p¨²blico indignad¨ªsimo porque hab¨ªa tenido que aguardar el aviso de suspensi¨®n m¨¢s de una hora bajo la lluvia, y con esc¨¢ndalo tambi¨¦n en la puerta de cuadrillas y en los despachos, donde empresa y matadores presionaban a la autoridad para que se diera el festejo. Hubo hasta gritos e insultos, y un conato de hacerse los toreros al ruedo, lo que evit¨® el presidente ordenando a la polic¨ªa nacional que impidiera franquear la puerta de acceso.
Estaban anunciados El Tato y Pep¨ªn Liria con toros de S¨¢nchez Ibarg¨¹en y hab¨ªa gran expectaci¨®n, hasta el punto de que se hab¨ªa colocado el cartel de "no hay billetes". Era, sin duda la corrida m¨¢s rentable de la feria, y ¨¦ste pudo ser el motivo principal de que el empresario Diodoro Canorea presionara continuamente a la autoridad para que accediera a la celebraci¨®n del festejo.Durante m¨¢s de hora y media, las tensiones fueron constantes. El Tato insist¨ªa en que quer¨ªa torear a toda costa. Pep¨ªn Liria opinaba de la misma manera, aunque hac¨ªa la salvedad de que deb¨ªa tomarse en consideraci¨®n el mal estado del ruedo.
El presidente, Francisco Teja, decidi¨® retrasar media hora el comienzo del festejo y, cumplida, otra media hora m¨¢s; durante ese tiempo, las discusiones, las palabras fuertes, incluso los gritos y algunos insultos, menudearon all¨ª donde se apelotonaban matadores y subalternos, apoderados, empresa y autoridad. Canorea subi¨® al palco donde se encontraba Manuel Chaves, presidente de la Junta de Andaluc¨ªa, pero no hay constancia de que llegaran a hablar.
A las siete y diez de la tarde, los toreros salieron al redondel, supuestamente para comprobar su estado, pero no comprobaron nada. Se limitaron a conversar all¨ª y, de s¨²bito, dedicieron torear. Volvieron al patio de cuadrillas, los mozos de espadas dispusieron los capotes sobre la barrera, montaron los picadores, los toreros liaron el capote de paseo. Todo evidenciaba el comienzo de la corrida, pero el presidente no apareci¨® en el palco, pues, al parecer, ¨¦l no hab¨ªa autorizado nada. A las ocho menos veinte hubo indicios de que las cuadrillas iban a inciar el pase¨ªllo y entonces el presidente orden¨® a la polic¨ªa nacional que mantuvieran cerrada la puerta de acceso al ruedo. Minutos m¨¢s tarde, el toque de clar¨ªn anunciaba la suspensi¨®n de la corida.
Mientras tanto el p¨²blico hab¨ªa soportado la lluvia en el tendido sin que nadie le informara de nada. A las seis de la tarde la plaza ya estaba ocupada casi en sus tres cuartas partes, llena a las seis y media, arreciaba la lluvia y el cielo, totalmente encapotado, hac¨ªa presagiar un empeoramiento del tiempo. El p¨²blico aguant¨® pacientemente pero, a partir de las siete, la protesta era generalizada, fue en aumento a medida que crec¨ªa la incertidumbre sobre la celebraci¨®n de la corrida y estall¨® al sonar el toque de suspensi¨®n. Gritos de ?fuera! y de ?sinverg¨¹enzas! estuvo coreando el p¨²blico todo ese tiempo y al final lanz¨® por miles las almohadilla
s al ruedo. La indignaci¨®n era enorme en la Maestranza y, al abandonarla, el p¨²blico comentaba el atropello que hab¨ªa supuesto aquella injustificada espera.Suspendida la corrida, Canorea y los apoderados de los diestros se reunieron para concertar la nueva fecha de celebraci¨®n del festejo y no llegaron a un acuerdo. El empresario sugiri¨® a?adirlo a la Feria de San Miguel, mas no se estableci¨® compromiso, informa Al salir de la reuni¨®n, el empresario se limit¨® a decir: "La corrida debi¨® celebrarse". Diego Robles, apoderado de El Tato, coment¨® que fuera de feria hab¨ªa perdido inter¨¦s, y a?adi¨®: "Para nosotros, esta corrida ha muerto".
Babelia
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