Cort¨¦s piensa que el mejor compositor espa?ol es Jos¨¦ Mar¨ªa Cano"
Tras dimitir el pasado 3 de febrero como director art¨ªstico del Teatro Real de Madrid, el franc¨¦s St¨¦phane Lissner pasa revista a los responsables del Ministerio de Cultura y juzga err¨®nea, antieuropea y localista su postura.
Pr¨®ximo a abandonar Madrid con su mujer y sus cinco hijos, St¨¦phane Lissner, de 44 a?os, actual responsable del Festival L¨ªrico de Aix-en-Provence, reflexiona sobre algunas de las motivaciones que provocaron su dimisi¨®n como director art¨ªstico del Teatro Real de Madrid, tras una frustrante etapa de un a?o en la que se enfrent¨® a todo tipo de zancadillas.Pregunta: ?C¨®mo resumir¨ªa su estancia aqu¨ª?
Respuesta: Con la palabra decepci¨®n, al constatar la actual imposibilidad de abrir en Madrid un teatro de ¨®pera con proyecci¨®n internacional que enriqueciera la cultura espa?ola.
P. ?A qui¨¦n responsabiliza de ello?
R. El principal responsable ha sido el Ministerio de Educaci¨®n y Cultura, que ha carecido de un proyecto definido y cuyas ideas han sido contrarias a ese planteamiento art¨ªsticamente ambicioso e internacional. Dos ejemplos: el que la mayor¨ªa de la plantilla del teatro sea temporal y no fija, por una supuesta pol¨ªtica ultraliberal, impide crear un equipo estable dotado de un verdadero esp¨ªritu de pertenencia a un teatro. El otro ejemplo es el de la orquesta. A partir de la Sinf¨®nica de Madrid, se pod¨ªa haber creado una excelente orquesta, siempre que se hubieran realizado los cambios que yo hab¨ªa pactado. Al contratarla en su situaci¨®n actual, como parece que ahora se ha hecho, se renuncia a esa aspiraci¨®n. No habr¨¢ directores importantes que quieran trabajar con la Sinf¨®nica de Madrid. El futuro de la orquesta ser¨¢ m¨¢s precario. Y no olvidemos que la orquesta debe ser la pieza principal de un teatro de ¨®pera.
P. Esa pol¨ªtica ultraliberal, quien la defiende en el ministerio es la titular,Esperanza Aguirre.
R. La ministra est¨¢ abierta a la reflexi¨®n sobre el funcionamiento del teatro, y con ella he mantenido una buena relaci¨®n. Tienen mucha m¨¢s responsabilidad en lo que est¨¢ pasando el secretario de Estado de Cultura, Miguel ?ngel Cort¨¦s, y el director general del Instituto de las Artes Esc¨¦nicas y de la M¨²sica (INAEM), Tom¨¢s Marco. El primero por anteponer sus razones pol¨ªticas y el segundo por hacer prevalecer sus intereses personales. Ambos han paralizado la marcha del teatro poniendo en grave riesgo su apertura. Es sorprendente que el director del INAEM sea un compositor, con el riesgo de supeditar la pol¨ªtica musical a sus intereses personales.
P. ?Qu¨¦ ejemplos tiene usted de esa utilizaci¨®n personal del cargo por parte de Marco?
R. Es un hecho que Marco ha retenido decisiones importantes durante meses. Peor a¨²n, mantuvo en secreto sus negociaciones con la Orquesta Nacional y con el director Fr¨¹hbeck de Burgos. ?C¨®mo se pod¨ªa convencer a la Orquesta Sinf¨®nica de Madrid para que aceptara una profunda reestructuraci¨®n en esas condiciones? Poco a poco, para sacar el proyecto adelante, fui aceptando un compromiso tras otro, apart¨¢ndome de los planteamientos art¨ªsticos iniciales. Cuando me di cuenta de que la batalla de la calidad estaba perdida, y de que no se pod¨ªa hacer una ¨®pera internacional, decid¨ª dimitir. Me parece rid¨ªculo que se pretenda consagrar principalmente el Teatro Real a la ¨®pera nacional y a los artistas espa?oles, idea incre¨ªble que defienden Cort¨¦s y Marco. Ser¨ªa el ¨²nico pa¨ªs de Europa que ose plantear algo as¨ª a finales de este siglo.
P. Respecto a la ministra, ?no estar¨¢ pecando de ingenuo? ?Por qu¨¦ ella no par¨® esta lucha?
R. Las posiciones de la ministra y el secretario de Estado no son siempre coincidentes, ni siempre prevalece el criterio de la primera. Pero, sobre todo, la relaci¨®n entre el ministerio y el presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, es notoriamente mala. Ambas instituciones ponen el dinero para el Real, y hay una guerra pol¨ªtica en el interior del Partido Popular. Esta compleja situaci¨®n interna es una dificultad a?adida a la gesti¨®n del Teatro Real. Me parece, por ello, un error evidente que los pol¨ªticos no hayan respetado el ¨¢mbito de autonom¨ªa que debi¨® conservar la Fundaci¨®n Teatro L¨ªrico.
P. ?A qui¨¦n elige usted, a Cort¨¦s, a Ruiz-Gallard¨®n o a ninguno de los dos?
R. Yo creo que Cort¨¦s carece de visi¨®n cultural. Es nula. Su ¨²nico proyecto es pol¨ªtico, y la apertura de un teatro de ¨®pera no puede ser un objetivo pol¨ªtico. El teatro sin independencia no sobrevive, y las interferencias pol¨ªticas que ha sufrido el Real han sido un desastre No puede ser que una de las partes est¨¦ denunciando a la otra ante el Tribunal Constitucional, como ocurre ahora con la iniciativa de Ruiz-Gallard¨®n.
P. ?Qu¨¦ opina de ¨¦l?
R. Ruiz-Gallard¨®n posiblemente s¨ª posee conocimientos musicales, pero tiene la responsabilidad de haber permitido, en contradicci¨®n con sus planteamientos iniciales, que la pol¨ªtica invadiera el Real. Por otra parte, est¨¢ muy mal rodeado. Deontol¨®gicamente, opino que no se puede designar a un periodista que trabaja en el Abc [Gonzalo Alonsol como miembro del patronato del Teatro Real. Es el ¨²nico ejemplo en toda Europa. ?Se imagina esto en el Covent Garden? Es ¨¦ticamente reprobable. En los ¨²ltimos a?os, un espa?ol, Llu¨ªs Pasqual, ha dirigido el teatro m¨¢s importante de Francia, y jam¨¢s ning¨²n periodista se habr¨ªa atrevido a publicar ni en el peri¨®dico m¨¢s espantoso de Francia lo que Gonzalo Alonso ha escrito en el Abc, bajo el seud¨®nimo de Beckmesser, sobre el Teatro Real: indiscreciones, falsedades... Por eso digo que Ru¨ªz-Gallard¨®n est¨¢ mal rodeado.
P. ?Por qu¨¦ se produjo un enfrentamiento tan duro entre usted y Tom¨¢s Marco?
R. Sin conocerme, Marco escribi¨® un art¨ªculo virulento contra m¨ª en el momento de mi nombramiento. Un art¨ªculo xen¨®fobo y casi soez. Resulta evidente que nunca super¨® su prejuicio. Es un hombre incapaz de tomar decisiones y asumir responsabilidades, que jam¨¢s dice s¨ª o no, y eso porque sus intereses personales se lo impiden. Si se enfrenta a tal orquesta o director, ?c¨®mo van luego a tocar y programar sus composiciones? El director general del INAEM debe ser independiente -pienso, por ejemplo, en Jos¨¦ Antonio Campos, que hizo un trabajo importante en el Teatro de la Zarzuela-, no un compositor en activo. Se habla de Fr¨¹hbeck de Burgos como director del Teatro Real, y ¨¦ste dirige en Berl¨ªn m¨²sica de Tom¨¢s Marco; as¨ª no se crea una ¨®pera nacional. Yo no tengo nada contra Marco, salvo que pienso que se trata de un mal compositor (he escuchado su ¨®pera Selene). Si fuera un gran compositor, no necesitar¨ªa el puesto de director general; pero, como no lo es, precisa del poder para manejar sus asuntos.
P. Es lo que en el mundo musical se conoce como marcotr¨¢fico.
R. No s¨¦ si es el marcotr¨¢fico o no, pero estoy seguro de, que ni la pol¨ªtica ni los intereses personales deben dirigir un teatro.
P. En el ministerio se ha utilizado contra usted el hecho de que es franc¨¦s. ?Qu¨¦ piensa de este argumento xen¨®fobo?
R. Me parece incre¨ªble. Jam¨¢s en Francia se llamar¨ªa despectivamente a Llu¨ªs Pasqual el espa?ol; eso va contra el esp¨ªritu de la cultura.
P. ?Se ha encontrado usted con una derecha atrasada en comparaci¨®n con la francesa?
R. Creo que la derecha espa?ola no se ha hecho a¨²n al h¨¢bito de la alternancia, y que le falta serenidad en su forma
de mirar y relacionarse con la sociedad. Algo parecido sucedi¨® en Francia en los a?os setenta, aunque luego la cohabitaci¨®n gener¨® una cultura de convivencia pol¨ªtica mucho m¨¢s tolerante.P. ?Cu¨¢l ha sido el ambiente en las reuniones del patronato?
R. Todo ha estado muy viciado por la pol¨ªtica y por unas expectativas que no dejaban respiran Todos quer¨ªan decidir y ponerse en el lugar del director. En una de las sesiones, cuando hab¨ªa que adoptar decisiones urgentes sobre la orquesta, el coro, el personal t¨¦cnico, la maquinaria..., un patrono [Joaqu¨ªn Alvarez-Montes] coloc¨® un perfume sobre la mesa y empez¨® una larga reflexi¨®n sobre cu¨¢l deb¨ªa ser el perfume del Teatro Real. Esta escena surrealista me parece una buena imagen de la situaci¨®n que he conocido.
P. ?Ha utilizado usted su proximidad a Chirac para mantenerse en el puesto en Espa?a?
R. No. Jam¨¢s har¨ªa algo as¨ª.
P. ?C¨®mo fue la actitud de Chirac cuando usted dirig¨ªa el teatro Municipal del Ch¨¢telet?
R. Jam¨¢s Jacques Chirac, alcalde de Par¨ªs, se sirvi¨® pol¨ªticamente del Th¨¦¨¢tre du Ch¨¢telet, un teatro reconocido internacionalmente. ?l s¨®lo quer¨ªa que el teatro funcionara. Durante 15 a?os he trabajado en el Ch¨¢telet con total independencia, creando 50 producciones propias y con un presupuesto muy definido. Lo dej¨¦ con sacrificio, pero muy ilusionado con venir a trabajar a este admirable pa¨ªs que es Espa?a. Aunque, desafortunadamente, el presupuesto que ten¨ªa el Real era bajo -similar al de la ¨®pera de Cardiff-, si lo art¨ªstico hubiera prevalecido sobre la pol¨ªtica, estoy seguro de que habr¨ªamos consegu¨ªdo realizar un gran proyecto. En lo econ¨®mico, en cuatro meses el presupuesto pas¨® de 4.500 millones de pesetas a 3.000 y, finalmente, a 4.000. No se puede trabajar as¨ª, y menos con la guerra entre la Comunidad y el Ministerio.
P. ?Cu¨¢l ha sido su relaci¨®n con los artistas espa?oles?
R. Me he encontrado con personajes formidables: V¨ªctor Pablo P¨¦rez, Jos¨¦ Luis G¨®mez, Ros Marb¨¢, Josep Pons, Gerardo Vera... Y, naturalmente, con algunas de las mejores voces del mundo: Teresa Berganza, Pl¨¢cido Domingo, Kraus. Pero no s¨®lo les contrataba por ser espa?oles, sino, y fundamentalmente, por ser excelentes artistas y directores. Y si no contaba con Luis Antonio Garc¨ªa Navarro es porque, sinceramente, pienso que es un mal director de orquesta al que no deb¨ªa invitar, como tampoco a Miguel ?ngel G¨®mez Mart¨ªnez, que me parece un director mediocre. Todo lo contrario que V¨ªctor Pablo P¨¦rez o Ros Marb¨¢, que son muy buenos m¨²sicos.
P. Elena Salgado, que le contrat¨® a usted en la etapa socialista, dec¨ªa que la derecha va a hacer un Teatro Real de tercera regional. ?Cree que ocurrir¨¢ eso con Juan Cambreleng y el nuevo equipo?
R. No tengo nada que decir sobre Cambreleng. Nunca ha dirigido un teatro de ¨®pera, y, por tanto, no se le puede juzgar. Pienso que o se decide situar el Teatro Real en los circuitos de producci¨®n europeos, o se quedar¨¢ anclado en un contexto que interesar¨¢ como mucho a 12 kil¨®metros de los alrededores de Madrid. ?ste es un error pol¨ªtico flagrante del que es responsable d¨ªa a d¨ªa Miguel ?ngel Cort¨¦s. No se puede conseguir un teatro de ¨®pera internacional frente a Cort¨¦s, que piensa que el mejor compositor espa?ol es Jos¨¦ Mar¨ªa Cano [ex componente del grupo Mecano].
P. ?Es cierto que tuvo que verse con Jos¨¦ Mar¨ªa Cano a petici¨®n de Cort¨¦s?
R. S¨ª, claro, escuch¨¦ una obra suya inspirada en el estilo de las comedias musicales de Broadway, que Cort¨¦s quer¨ªa imponerme en la programaci¨®n para atraer a los j¨®venes. No se trata de una obra para un teatro de ¨®pera serio. Si Cort¨¦s exige a Cambreleng que programe la ¨®pera del se?or Cano en el Teatro Real, ¨¦ste ser¨¢ simplemente un acto de un sin sentido y comicidad extraordinarios.
P. ?Piensa que ha sido v¨ªctima de una pol¨ªtica sectaria?
R. Hay una personalidad espa?ola importante que, me dijo: "Tiene usted dos problemas graves: ha sido nombrado por los socialistas y es usted franc¨¦s, y no puede cambiar lo uno ni lo otro, lo que har¨¢ muy dif¨ªcil, si no imposible, su trabajo". Pienso que, ahora mismo, los que deciden en la cultura espa?ola prefieren hacer las cosas entre ellos mismos, sin extranjeros, sin una ventana abierta a Europa. Prefieren una opci¨®n ce?ida a la villa de Madrid, y lo lamento profundamente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.