Multitudinario entierro bajo la lluvia del cabo Ferrer en su pueblo natal
Buenache de la Sierra (Cuenca) Samuel Ferrer Caja, el cabo de reemplazo que muri¨® el viernes por la noche en Candanch¨² (Huesca) de un disparo en el pecho efectuado por un sargento, se hab¨ªa examinado cuatro d¨ªas antes para convertirse en militar profesional. As¨ª lo asegur¨® ayer el teniente Ruiz Alonso, jefe accidental de la compa?¨ªa de esquiadores y escaladores en la que estaba destinado Samuel, quien se desplaz¨® con otros cinco compa?eros a la localidad conquense de Buenache de la Sierra para asistir al entierro del joven. M¨¢s de 600 personas despidieron al joven sin honores militares, con el ata¨²d envuelto en un pl¨¢stico para protegerlo de la intensa lluvia y bajo un espeso silencio.
"Baj¨® el lunes a Huesca para examinarse y a la vuelta me dijo que le hab¨ªa ido muy bien", explic¨® ayer el teniente. "Qu¨¦ dir¨ªa Samuel si hubiera sabido que lo iba a matar un sargento. A ¨¦l, que estaba enamorado del Ej¨¦rcito", coment¨® por su parte con amargura uno de los miembros de la asociaci¨®n de senderismo a la que pertenec¨ªa la v¨ªctima.La poblaci¨®n habitual de Buenache (dos decenas de personas, la mitad pensionistas y el resto pastores) se multiplic¨® ayer por 30. Una muchedumbre invadi¨® las calles de esta aldea de monta?a a 18 kil¨®metros de Cuenca y desbord¨® la capacidad de su peque?a iglesia para despedir al hijo menor del alcalde, fallecido con s¨®lo 19 a?os. La violenta e inesperada muerte cay¨® como un mazazo entre los vecinos y familiares.
"Si lo hubiera le¨ªdo como noticia referida a otra persona, me parecer¨ªa horrible. Trat¨¢ndose de mi hermano, me resulta irreal", afirmaba a duras penas sereno Jos¨¦ Mar¨ªa, de 23 a?os, estudiante de Matem¨¢ticas y cuarto de los cinco hijos de Emilio Ferrer. Jos¨¦ Mar¨ªa lleg¨® a la casa familiar de Cuenca sobre las dos de la madrugada del s¨¢bado, poco despu¨¦s de que sus padres recibiesen una llamada anunci¨¢ndoles que su, hijo hab¨ªa sufrido un accidente con un arma y se encontraba hospitalizado muy grave. Se trataba de una mentira piadosa. Para entonces Samuel ya estaba muerto.
Destino elegido
Ayer tarde, junto a otros cientos de personas, Jos¨¦ Mar¨ªa esperaba en Buenache la llegada de la furgoneta del Ej¨¦rcito que trasladaba los restos de su hermano. Samuel se hab¨ªa incorporado al servicio militar el pasado mes de noviembre en el destino que, ¨¦l mismo eligi¨®: la Escuela Militar de Alta Monta?a de Jaca. Mejor deportista que estudiante, Samuel estaba ilusionado con la posibilidad de practicar monta?ismo y esqu¨ª y la pasada Semana Santa, cuando volvi¨® por ¨²ltima vez de permiso, comunic¨® a su familia la decisi¨®n de reengancharse como profesional. Tambi¨¦n se lo dijo a Carlos P¨¦rez-Mellado, electricista de 36 a?os y socio como ¨¦l del Club Ol¨ªmpico de Pelota de Cuenca.
El martes 1 de abril jug¨® su ¨²ltimo partido, no tan bien como acostumbraba debido a la falta de entrenamiento, e invit¨® a unas sidras a sus compa?eros de equipo. "Era un chaval de puta madre", afirma Carlos sali¨¦ndole del alma. Samuel le hab¨ªa comentado que no pensaba volver a la cervecer¨ªa donde hab¨ªa trabajado como camarero porque iba a quedarse tres a?os en el Ej¨¦rcito.
Alberto, casado con Marisol, la ¨²nica hermana de Samuel, prefer¨ªa ayer no opinar sobre su cu?ado. "Mejor que te lo diga alguien menos allegado, porque todo lo que oigas es poco". Para Alberto, tampoco era el momento de pedir responsabilidades, pero no pod¨ªa evitar preguntarse "c¨®mo es posible que a un t¨ªo que est¨¦ achispao le dejen una pistola y una compa?¨ªa a su cargo. Nadie hace algo as¨ª de la noche a la ma?ana".
El teniente Ruiz Alonso sostiene, por el contrario, que en el a?o que lleva en la compa?¨ªa no ha o¨ªdo ninguna queja del sargento Juan Carlos Miravete Duque, autor del mortal disparo. Este sargento era el m¨¢s alto mando que hab¨ªa en el cuartel cuando se produjo el drama, y, seg¨²n han declarado los soldados presentes, se pas¨® toda la tarde bebiendo antes de que los convocara para amenazarles. Sin embargo, seg¨²n el teniente, en la taberna de la unidad no se sirve alcohol de alta graduaci¨®n y el sargento, al encontrarse de servicio, no pod¨ªa abandonar el acuartelamiento.
A pesar de la vocaci¨®n militar de Samuel, su funeral no cont¨® con honores militares. El f¨¦retro no iba cubierto por la bandera de Espa?a sino por un pl¨¢stico que lo proteg¨ªa de la lluvia incesante que empap¨® a la comitiva en el trayecto que separa el pueblo del cementerio, en la cima de una loma. El padre, desencajado, caminaba casi en volandas del brazo de su esposa Ana, aparentemente m¨¢s entera, y de otro familiar. Ya delante del nicho, se abraz¨® a su hijo Juli¨¢n, deficiente mental, quien a juzgar por su mirada s¨®lo en ese momento comprendi¨® la magnitud de la tragedia.
"Muerte absurda"
El p¨¢rroco, Antonio Chac¨®n, tuvo que reconocer que, a pesar de su prop¨®sito de confortar a los parientes del joven, le resultaba dif¨ªcil hallar sentido cristiano a "una muerte tan absurda". En una situaci¨®n como esta, afirm¨® en su homil¨ªa, "sobran las palabras o por lo menos yo no encuentro las m¨¢s apropiadas". No hubo gritos ni protestas, s¨®lo sollozos entrecortados y un pesado silencio.
La representaci¨®n del Ministerio de Defensa en el funeral fue de muy bajo nivel, el comandante Sierra, delegado accidental en la provincia, y el Gobierno tampoco mostr¨® mayor sensibilidad ante un hecho que ha conmocionado a la opini¨®n p¨²blica. Acudi¨® el gobernador civil, Luis Casero, que se remiti¨® para cualquier explicaci¨®n al comunicado oficial.
Emiliano Caja, de 65 a?os, t¨ªo de Samuel, atendi¨® a los numerosos periodistas. "Era muy bueno y no lo digo porque fuera mi sobrino. Pregunte a cualquiera del pueblo y no le dir¨¢n nada malo de ¨¦l".
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