La corrupci¨®n, ese gran aliado
La connivencia entre pol¨ªtica y mafia paraliza al Estado turco ante el avance de los islamistas
La pr¨¢ctica de la tortura en las comisar¨ªas de Turqu¨ªa es sistem¨¢tica y generalizada y la democracia turca no ha tenido nunca capacidad o voluntad para poner coto a esta lacra que tanto perjudica a la imagen exterior y la credibilidad de este Estado. Lo han denunciado organismos internacionales y organizaciones no gubernamentales turcas y lo han reconocido miembros del propio Gobierno turco, aun que siempre con matices. Los ¨²ltimos gobiernos turcos no han podido despachar ya estas denuncias como propaganda antiturca. Y ha habido ministros, especialmente en el Gobierno anterior al actual de mayor¨ªa islamista, que han re conocido que si algo perjudica a Turqu¨ªa en sus aspiraciones de integraci¨®n en Europa no es la denuncia de las torturas sino su existencia.Sin embargo, s¨ª parece claro que el Gobierno y por extensi¨®n la clase pol¨ªtica turca se divide entre quienes tienen voluntad de impedir la tortura pero carecen de poder para hacerlo y quienes podr¨ªan ejercer alg¨²n poder efectivo para hacer frente a esta violaci¨®n cotidiana de las leyes turcas en comisar¨ªas pero temen enfrentarse a una polic¨ªa a la que muchos de ellos est¨¢n unidos por un tupido entramado de intereses. Es as¨ª como las denuncias contra la tortura, que con el caso G?tkepe tienen por primera vez un amplio eco en la sociedad turca, desembocan en un debate mucho m¨¢s amplio -y peligroso para ciertos sectores de la clase pol¨ªtica- sobre la existencia de una inmensa trama mafiosa en el Estado turco.
En ella est¨¢n implicadas las direcciones de los partidos tradicionales, la polic¨ªa, las mafias del narcotr¨¢fico, del juego, el lavado de dinero y de la industria del secuestro, y la ultraderecha, cuyo principal brazo armado, los lobos grises, hacen de elemento integrador entre las partes. Utilizando en gran parte la estructura civil de defensa, Gladio, creada durante la guerra fr¨ªa -cuya existencia desat¨® un grave esc¨¢ndalo pol¨ªtico en Italia hace unos a?os-, este estado mafioso en el seno del Estado turco se ha convertido en una inmensa y floreciente industria. Pero sus miembros y miles de beneficiarios saben muy bien que su prosperidad depende de su cohesi¨®n interna y que abandonar hoy a la polic¨ªa en su lucha por el derecho a seguir torturando impunemente puede suponer que ma?ana jefes de polic¨ªa declaren lo que saben sobre los m¨¦todos con los que se han creado impresionantes fortunas en los ¨²ltimos a?os, entre ellas la de la ex primera ministra Tansu ?iller, hoy ministra de Asuntos Exteriores y dirigente del partido minoritario en la coalici¨®n con los islamistas de Erbakan.
Los negocios de ?iller y su marido son, para muchos pol¨ªticos y observadores consultados en Estambul y Ankara, la clave para entender por qu¨¦ ?iller ha hecho posible este Gobierno que est¨¢ claramente en conflicto con las alianzas internacionales y los intereses generales de Turqu¨ªa en su integraci¨®n en Occidente. La mayor¨ªa parlamentaria de islamistas y del partido de ?iller ha puesto fin sin mayores problemas a las comisiones de investigaci¨®n sobre la corrupci¨®n de la ministra y su marido.
?iller ha reconocido en varias ocasiones la existencia generalizada de tortura y ha llegado a pedir a la polic¨ªa que se deshaga de su instrumental de tortura, existente en todas las comisar¨ªas. Nadie cree sin embargo que ?iller, ni antes en la jefatura del Gobierno ni hoy como viceprimera ministra, vaya a ir m¨¢s all¨¢, ya que es ella la que m¨¢s tiene que temer que se rompa la referida solidaridad o ley del silencio en el seno del Estado.
La polic¨ªa turca fundamenta su posici¨®n de fuerza en la sociedad ante todo en el miedo al terrorismo. En el seno del Estado se ha convertido ya en una fuerza aut¨®noma gracias a su protagonismo en esta red formada por las fuerzas especiales antiterroristas, el narcotr¨¢fico, la corrupci¨®n pol¨ªtica y la extrema derecha.
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