Desolaci¨®n
A mis 47,a?os todav¨ªa recuerdo con cari?o mi periodo de servicio militar, durante el cual fui tratado con la mayor consideraci¨®n incluso por generales y altos mandos del Ej¨¦rcito de Tierra, con algunos de los cuales, a pesar del tiempo transcurrido, todav¨ªa mantengo el contacto, al igual que con varios compa?eros de mili. Por eso, al enterarme de la noticia de Candanch¨² no he podido por menos que sentirme absolutamente desolado y perplejo al ver que a las puertas del siglo XXI (?ya casi tocamos el a?o 2000) puedan darse hechos tan terribles como la irreparable y absurda muerte de Samuel (que en paz descanse).Por el bien de todos, incluyendo la buena reputaci¨®n del Ej¨¦rcito, espero que la justicia act¨²e r¨¢pida y ejemplarmente ante la gravedad extrema de los hechos, pero tambi¨¦n quisiera creer que, paralelamente, se abrir¨¢ una exhaustiva investigaci¨®n para depurar la responsabilidad de los superiores del homicida material en este luctuoso hecho, pues no se entiende que se haya permitido una situaci¨®n que, seg¨²n los datos, ven¨ªa de lejos debido a la afici¨®n por el alcohol del homicida, habiendo desembocado tal permisividad oficial en un mal irreparable.
Como padre, quiero enviar a la familia del bueno de Samuel todo mi ¨¢nimo y afecto ante suceso tan terrible y, por otra parte, quisiera creer que el d¨ªa que les toque a mis hijos hacer la mil? estos hechos sean totalmente impensables, pues los soldados que est¨¢n cumpliendo su servicio militar merecen toda la consideraci¨®n y el m¨¢ximo respeto por parte de la sociedad en general y de todos sus mandos en particular, trato que yo tuve la suerte de recibir en mi periodo de servicio activo (1971-72).
Descanse en paz Samuel, para el que pido desde aqu¨ª la m¨¢xima condecoraci¨®n militar, pues prefiri¨® dejarse matar antes que disparar contra un superior ebrio. Y ¨¦chanos una mano desde all¨¢ arriba, Samuel, pues, como has podido desgraciadamente comprobar, lo necesitarnos.-
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