Un gesto que tard¨® 60 a?os
Lunes, 26 de abril de 1937. D¨ªa de mercado. Hacia las cuatro y media de la tarde cuatro bombarderos Heinkel 111, tres escuadrillas de Junker 52 y dos unidades de cazas Messerschmidt, en total 43 aviones, encuadrados en la Legi¨®n C¨®ndor, enviada por Hitler en auxilio de Franco, arrojaron sobre Gernika no menos de 10.000 kilos de bombas explosivas, las poderosas bombas minas SC 250 y otros 30.000 kilos de bombas incendiarias, que lo arrasaron todo.Los cazas, volando a baja altura, ametrallaban a los vecinos que hu¨ªan aterrados por la vega del r¨ªo o en direcci¨®n a los montes cercanos.
El ataque se inici¨® con la aparici¨®n de un solitario bombardero Heinkel 111 que lanz¨® su cargamento de bombas sobre la estaci¨®n del pueblo. Una vez pasado este ataque, los habitantes salieron de los refugios antia¨¦reos, momento en el que hicieron su aparici¨®n el resto de los aviones de la Legi¨®n C¨®ndor.
Los objetivos hab¨ªan sido seleccionados previa y ordenamente. La operaci¨®n se inici¨® por el este de la Casa de Juntas, donde s¨®lo qued¨® indemne el hist¨®rico ¨¢rbol s¨ªmbolo de las libertades de Euskadi. Durante tres horas, y cada 20 minutos, llegaban escuadrillas de aviones nazis.
Era la primera vez que se bombardeaba una ciudad abierta, sin especial significaci¨®n militar. El espanto de la acci¨®n, conocido en el mundo gracias sobre todo al relato del corresponsal de The Times George L. Steer, convirti¨® a la villa foral, s¨ªmbolo de las libertades de los vascos, en s¨ªmbolo tambi¨¦n de la barbarie humana. Hubo 2.000 muertos y un millar de heridos.
Reconciliaci¨®n
Ayer, sesenta a?os despu¨¦s, lleg¨® el mensaje de reconciliaci¨®n enviado por el presidente federal alem¨¢n, Roman Herzog, y le¨ªdo por el embajador Henning Wegener en Gernika. Durante los ¨²ltimos diez a?os, los diputados democristianos y liberales -que forman la actual coalici¨®n de gobierno- bloquearon sistem¨¢ticamente toda iniciativa parlamentaria en ese sentido y se hab¨ªan conformado con ofrecer ayudas econ¨®micas a la ciudad.
La semana pasada, los Verdes y los socialdem¨®cratas presentaron un proyecto de resoluci¨®n para que el Parlamento se disculpara en nombre del pueblo alem¨¢n por el bombardeo. Sin embargo, los diputados de la coalici¨®n de gobierno se negaron incluso a rebatir la resoluci¨®n.
En vista de la negativa de su propio partido -los democristianos y su socio de coalici¨®n- a formular un mensaje de reconciliaci¨®n, el presidente Herzog decidi¨® hacerlo ¨¦l mismo, lo cual fue saludado por diputados de la oposici¨®n como un gesto que libraba a Alemania de una nueva "verg¨¹enza hist¨®rica".
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