The Prodigy: "El "tecno" no nos interesa, lo nuestro son las catedrales electr¨®nicas
La banda brit¨¢nica cerro un Festimad en el que no hubo incidentes de menci¨®n
The Prodigy encarna el cambio de paradigmas en las fronteras de la m¨²sica popular: la bater¨ªa, el bajo y hasta la guitarra el¨¦ctrica pueden estar ausentes del escenario, reemplazados por teclados, ordenadores, samplers y dem¨¢s tecnolog¨ªa puntera. Sin embargo, el grupo brit¨¢nico apuesta por la espectacularidad y la visceral¨ªdad del rock de toda la vida: "No tenemos nada que ver con los Chemical Brothers, lo nuestro son las supers¨®nicas catedrales electr¨®nicas", dijeron ayer, poco antes de mostrar su feroz f¨®rmula en el cierre del Festimad de M¨®stoles. El festival acab¨® sin incidentes de importancia.
MTV, Rolling Stone y dem¨¢s creadores de opini¨®n se han apresurado a vocear su diagn¨®stico: el tecno es el sonido del final de milenio. Y The Prodigy, con su poderosa imagen y apabullante sonido, son candidatos a liderar el previsible asalto a las listas de ventas. Por ello, aparecen en todo tipo de medios hablando de su tercer disco grande, Fat of the land. No se edita hasta finales de junio pero la industria musical lo espera como agua de mayo por aquello de confirmar ese radical cambio est¨¦tico en los gustos mayoritarios.Esa expectaci¨®n se advierte, por ejemplo, en que su discogr¨¢fica ha desplazado a un regimiento de periodistas alemanes para que cubran su concierto espa?ol. El representante de Stern no ve claro el hecho de que The Prodigy sea cabecera de un cartel repleto de rock convencional pero el grupo desecha esos prejuicios: "Un festival ofrece una variedad de sonidos y nadie te obliga a o¨ªrlo todo. Nos precede Ocean Colour Scene y no nos sentimos superiores porque ellos tengan una formaci¨®n est¨¢ndar. Adem¨¢s, nos apetece el reto: nos dimos a conocer tocando en eventos al aire libre y saber que, eres el ¨²ltimo en salir te obliga a rendir m¨¢s para convencer a los espectadores de que realmente no est¨¢n tan cansados como creen. Somos un grupo que comienza al m¨¢ximo de energ¨ªa y sigue subiendo. Nada de intercalar baladas para que saquen los mecheros".
Conscientes de que el mercado de la dance music es caprichoso, The Prodigy quiere dejar de ser el grupo que vende muchos maxis -25.000 copias de Breathe en Espa?a, donde los maxis tienen escasa salida- para despachar discos grandes en cantidades similares: "Salen demasiados discos de baile que no tienen sentido, demasiadas remezclas que no aportan nada; el rock tiene un sistema de control de calidad m¨¢s efectivo. Esos tipos que sacan 20 o 30 maxis al a?o bajo diferentes seud¨®nimos se deben creer genios... Y est¨¢n enga?¨¢ndose o enga?ando al p¨²blico".
The Prodigy no tiene bandera pol¨ªtica y alguno de ellos presume de no haber votado en las pasadas elecciones generales, "por el gusto de sentirme irresponsable". Liam Howlett, creador del grupo, s¨ª lo hizo y tiene algunas esperanzas de que el cambio sea positivo, "aunque est¨¢ por ver que Tony Blair elimine esas leyes que reprimen la cultura juvenil, los raves nocturnos y las actividades de los travellers. Parece mentira pero ahora la polic¨ªa brit¨¢nica puede cerrar un club alegando que sospechan que all¨ª se usan drogas, sin necesidad de aportar pruebas".
Con id¨¦ntica indignaci¨®n, Howlett se rebela contra la tendencia a encuadrar su grupo en el ej¨¦rcito del tecno. "Hicirnos un disco en esa onda, Music for the jilted generation, pero la etiqueta ya no nos sirve. Lo que estamos grabando no se parece a lo de Chemical Brothers, ni siquiera cuando se juntan con el tipo de Oasis. Lo nuestro son... ?Supers¨®nicas catedrales. electr¨®nicas! No es t¨ªpica m¨²sica de baile, hecha con retazos y melod¨ªas ajenas. Es algo m¨¢s org¨¢nico, que se alimenta con la energ¨ªa de los conciertos. Al fin y al cabo, nuestra inspiraci¨®n viene del punk rock y el hip hop de la vieja escuela, m¨²sicas que ten¨ªan sentido en directo".
En el vest¨ªbulo de su hotel, The Prodigy se cruza con los invitados de una boda tradicional, abun dancia de mantillas y peinetas Keith Flint, el del peinado diab¨®lico, bromea: "Deber¨ªamos invitar les concierto. ??sa s¨ª que ser¨ªa una noche que no olvidar¨ªan!".
Babelia
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