M¨¢gico Rafael de Paula
Cuando rueda por la arena la emoci¨®n y la belleza, la afici¨®n jerezana a?ade un trofeo sonoro: palmas por buler¨ªas que son una borrachera sin vino. ?Acaso el toreo. como el cante no es una mezcla de alegr¨ªa y sentimiento? Si en el primero Paula tuvo la otra cara de la moneda ante un toro parado, al que tore¨® con probaturas y desconfiado, se guardaba para el segundo sus sentimientos de inspiraci¨®n. En ese segundo toro a Paula lo besaron los esp¨ªritus de la tierra (los duendes). Paula es eso: un poeta gitano vestido de luces. Tuvo su bestia negra en la espada, pero no fue ¨®bice para que el p¨²blico lo elevara al aire del triunfo. Inolvidable. Paula era el yunque y el toro el fuelle que anima el fuego. Lo nexplicable. "As¨ªn no se puede torear". La frase no es nueva. Eso mismo dijeron del toreo de Juan Belmonte, el hombre que cre¨ªa que para torear bien hab¨ªa que olvidarse de que se ten¨ªa cuerpo. Y Paula, animado por sus duendes, se olvid¨® del cuerpo. Con la capa y con la muleta dej¨® instants de eternidad, como una estatua de bronce para la memoria, sin un antes y sin un depu¨¦s. Torear es eso: ir al son, al comp¨¢s del toro. Y Paula, con el p¨²blico por buler¨ªas, se dej¨® arrastrar por la impronta de un arte imperecedero, de ¨¦sos que alborotan el nimo y siembran la pasi¨®n en os tendidos. Jesul¨ªn lance¨® como siempre al hilo de las tablas. Con el acobardado quinto estuvo en su l¨ªnea. Lo mejor, la estocada en todo lo alto. Sus dos faenas estuvieron plenas de t¨¦cnica, dominio y ligaz¨®n. Supliendo las justas embestidas de su lote con una est¨¦tica aderezada de emoci¨®n, sin concesiones gratuitas, serio, sin asomo de desenfado, lo puso todo ¨¦l y el p¨²blico lo premi¨®.
Camacho / Paula, Jesul¨ªn y Rivera
Cinco toros de Maria del Carmen Camacho, bien presentados,manejables, justos de fuerza, 4? bueno, 5? manso. 1? de Ben¨ªtez Cubero, justo presentaci¨®n y aplomado. Rafael de Paula: seis pinchazos -aviso- y descabello (pitos), ocho pinchazos -dos avisos- y 14 descabellos (vuelta). Jesul¨ªn de Ubrique: estocada y descabello (oreja); estocada (oreja). Rivera Ord¨®?ez: estocada (dos orejas); estocada (oreja). Plaza de Jerez, 10 de mayo. 3 a corrida de feria. Casi lleno.
Rivera, con empaque
Rivera Ord¨®?ez tiene cuerda y velocidad. Con mando sereno, limpieza y empaque, acarici¨® su toreo, y lo mismo solt¨® las manos que se la jug¨® de veras con su proverbial serenidad en dos largas cambiadas al sexto. Tuvo m¨¢s tono con la muleta cuando se la ech¨® a la izquierda. Estuvo soberbio en sus dos toros.
Entre dos luces se llevaron en volandas a Jesul¨ªn de Ubrique y a Rivera Ord¨®?ez al aire de la calle, pero en el semblante de la afici¨®n cund¨ªa el entusiasmo por la locura del m¨¢gico torero gitano.
Babelia
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