La en¨¦sima pol¨¦mica
Parece constituir un sino inevitable en el cuadro m¨¢s importante del siglo XX: no se libra del debate ni siquiera 60 a?os despu¨¦s de pintado. Pero eso resulta inevitable porque se dan las condiciones ¨®ptimas para que as¨ª sea. En principio los cuadros deben moverse muy poco y menos a¨²n los que son tan emblem¨¢ticos -y tan grandes- como el Guernica. Quienes tienen que decidir acerca de un posible traslado del cuadro de Picasso deben ser siempre los t¨¦cnicos especializados en su conservaci¨®n. Si ellos se muestran contrarios a que abandone el Reina Sof¨ªa, hay que pensar que lo hacen de forma justificada y con argumentos poderosos.Y sin embargo... La verdad es que el Estado espa?ol, por su propio incumplimiento de los compromisos morales que adquiri¨® en 1981, hubiera podido aceptar un traslado temporal durante un per¨ªodo reducido. En tal fecha, quienes negociamos la vuelta del Guernica nos comprometimos a que quedara "instalado permanentemente en el Museo del Prado en Madrid como propiedad del Estado espa?ol". Sin contar para nada con la opini¨®n del Patronato del Museo del Prado, el cuadro fue trasladado al Reina Sof¨ªa. La decisi¨®n fue pol¨ªtica y, sin entrar en el fondo de la cuesti¨®n, sin duda hubiera podido ser llevada a la pr¨¢ctica de otro modo teniendo, por ejemplo, mucho m¨¢s en cuenta a quienes nos ayudaron a que el cuadro volviera a nuestras manos: el MOMA. De cualquier modo, esos antecedentes, si no justifican en ning¨²n caso prestar el Guernica en condiciones normales, hubieran permitido una exhibici¨®n temporal del cuadro, en Bilbao en una ocasi¨®n tan singular como el 60? aniversario del bombardeo de la ciudad y la inauguraci¨®n del Guggenheim.
En cuanto a la conservaci¨®n del cuadro queda abierto alg¨²n interrogante. Antes de partir hacia Espa?a quienes negociamos el retomo del cuadro encargamos un informe pericial acerca de su estado de conservaci¨®n. En ¨¦l se indicaba que el cuadro estuvo "en muy malas condiciones" a su regreso de una exhibici¨®n por el mundo en 1957, pero que, tras los debidos tratamientos, su estado en 1981 era "correcto", lo que permit¨ªa "sin ning¨²n riesgo su traslado al Museo del Prado de Madrid y su posterior exhibici¨®n sin necesidad de proceder a ning¨²n tratamiento previo". ?Hay que pensar, en consecuencia, que el deterioro que ahora se detecta se ha producido durante su exhibici¨®n o su ¨²nico traslado en Madrid? De cualquier modo parece evidente que, en un momento en que la gesti¨®n de m¨¢s de un gran museo nacional bordea el puro y simple amateurismo, hubiera sido bueno requerir un peritaje contradictorio e independiente.
El Guernica siempre ser¨¢ pol¨¦mico, pero resultar¨ªa ¨®ptimo que de esta ocasi¨®n se extrajera un criterio perdurable. Cualquier petici¨®n de pr¨¦stamo debe ser rechazada de entrada. Pero tambi¨¦n debiera quedar abierta alguna posibilidad, en especial¨ªsimas citcunstancias, de un traslado temporal al. Guggenheim, de Bilbao. Porque. se trata de una obra de arte que tiene una dimensi¨®n hist¨®rica y pol¨ªtica, como la tuvo en 1937 y tambi¨¦n en 1981.
Babelia
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