La plaza, la feria y la categor¨ªa de Las Ventas, obra de la familia Jard¨®n
La filosof¨ªa se baso en precios baratos, toros muy serios y todas las figuras
Firmaron contratos desde Belmonte a Manzanares pasando por Marcial, los Bienvenida, los V¨¢zquez, los Domingu¨ªn, Manolete, Ord¨®?ez y El Cordob¨¦s. Gestionaron las p¨¢ginas m¨¢s gloriosas del toreo durante casi 60 a?os viendo pasar ante ellos a cinco reg¨ªmenes pol¨ªticos sin ser salpicados por ninguno de ellos. La familia Jard¨®n, en definitiva, fue art¨ªfice del coso de Las Ventas y de su categor¨ªa de primera plaza del mundo. S¨®lo los taurinos doblegaron a estos hispano-argentinos, quienes destacaron en la carrera diplom¨¢tica, pero arruin¨¢ndose en el envite.Los Jard¨®n conquistaron taurinamente la capital desde la vieja plaza que hubo en Goya, aunque fue en Las Ventas donde se hicieron fuertes. Aqu¨ª llegaron en 1920 junto a quien dise?¨® la plaza so?ada por Jos¨¦ Ortega Gallito -Joselito-, el arquitecto Jos¨¦ Espeli¨², y con otras ocho personas que formaron una sociedad cuyo capital social fue de 7,5 millones de pesetas. Sin embargo, no tomaron posesi¨®n hasta octubre de 1934, cuando Belmonte, durante la inauguraci¨®n del coso, se entretuvo en cortarle un rabo a un toro de Murube. Meses m¨¢s tarde programan la primera temporada completa, organizando 47 festejos desde marzo a noviembre, y contando con apenas 5.000 abonados que les siguieron desde el viejo coso, una ilusi¨®n contagiosa, y una filosof¨ªa empresarial basada en precios baratos, toros muy serio y todas y cada una de las figuras consagradas o en proyecci¨®n. Sin embargo, la alegr¨ªa dura poco y con el 36 se difumina el proyecto.
Tras la guerra se levanta el huerto que se plant¨® en el albero vente?o, se lava la cara de la plaza, y se vuelve a poner en marcha el mismo esquema empresarial, pero la suerte vuelve a darles la espalda. Llegan a?os de penuria econ¨®mica que burlan con una ampliaci¨®n de capital, la consiguiente emisi¨®n de obligaciones y un muy cuantioso cr¨¦dito que les concede el Banco Mercantil e Industrial, que no saldan hasta mediados los cincuenta; se reorganiza la empresa. Se sit¨²a al frente, a?o 1943, Jos¨¦ Mar¨ªa, Jard¨®n, siendo sus lugartenientes Marcial Fern¨¢ndez Montes, Juan Jos¨¦ Escanciano y como gerente Livinio Stuyck, a quien m¨¢s tarde ayudar¨ªa Juan Mart¨ªnez. A partir de ese momento la maquinaria empieza a funcionar a pleno rendimiento y los ¨¦xitos van sucedi¨¦ndose de forma encadenada
Festejos y carteles
Se acuerda que la media de festejos rondar¨¢ la cincuentena y que las entradas no tendr¨¢n un precio fijo, de tal modo que en los meses de marzo y abril lo m¨¢s caro ser¨ªa el sol, al igual que en septiembre y octubre, y que durante la feria depender¨ªa de los carteles, llegando a hacerse billetes de hasta tres precios diferentes. La compra de toros se organiza desde las principales zonas ganaderas contando con un representante en cada una de ellas: Miguel Zeballos en Salamanca, Miguel Criado Barrag¨¢n, El Potra, en. Andaluc¨ªa, y el subgerente Juan Mart¨ªnez en la zona centro. En diciembre estaba visto y apalabrado el ganado a lidiar en Las Ventas y en enero comenzaba el traslado a las fincas de Fuentevallejo, en la sierra madrile?a. En cuanto a los toreros, el ¨²ltimo y m¨¢s complicado cap¨ªtulo, se fija la norma de que la contrataci¨®n para la feria no se cerrase hasta que terminaban Sevilla y las principales ferias americanas, criterio que se mantuvo hasta el final.
S¨®lo hubo problemas con Manolete pero no por ¨¦l, sino por su apoderado, Jos¨¦ Flores Camdr¨¢, que fue uno de los tres que mandaron de verdad junto a Belmonte y El Cordob¨¦s, de quien Fernando Jard¨®n recuerda que "en su primer a?o fuerte, 1965, lleg¨® a pedir ocho millones de pesetas por matar tres corridas, lo que era una locura que pocos hubieran aceptado". "Mi padre, sin embargo", explica Jard¨®n, "no lo dud¨® porque r¨¢pidamente se dio cuenta de que El Cordob¨¦s abonar¨ªa toda la plaza con lo que poco importaba perder, dinero con ¨¦l. As¨ª pas¨® y el abono se fue al 90% -m¨¢ximo permitido por ley- mientras el aforo normal subi¨® hasta el 95%, cuando la media no superaba el 75%".
As¨ª era la filosof¨ªa de la empresa Nueva Plaza de Toros de Madrid, fundada por empresarios ajenos al mundo de los toros y que lleg¨® a dar 66 festejos y a pagar a las arcas pol¨ªticas madrile?as 70 millones de pesetas en el a?o de su adi¨®s, 1978.
Babelia
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