No se bajan del balc¨®n
HACE DOS d¨ªas, durante su encuentro en La Moncloa, el presidente del Gobierno y el l¨ªder de la oposici¨®n con vinieron en sostener una nueva entrevista para abordar las causas de la crispaci¨®n pol¨ªtica. Fuentes del Gobierno se encargaron de se?alar que Aznar incluso pidi¨® a Gonz¨¢lez que bajase el tono de sus cr¨ªticas, versi¨®n desmentida por los socialistas. Pero al Gobierno no parece bastarle con que la oposici¨®n se modere, pretende que no haya oposici¨®n. Lo plante¨® ayer mediante un chantaje: si el PSOE no retira su propuesta de crear una comisi¨®n de investigaci¨®n sobre los abusos de poder cometidos por el Gobierno contra empresas privadas de comunicaci¨®n, el PP propondr¨¢ otra comisi¨®n paralela que investigue el periodo 1982-1996.Desde que la derecha lleg¨® al poder es el ejemplo m¨¢s clamoroso -ha habido otros- de la desnaturalizaci¨®n a que est¨¢ sometiendo al Parlamento, que, aparte de legislar, tiene como misi¨®n fundamental controlar al Gobierno. Se trata de un grado m¨¢s en una preocupante deriva autoritaria que augura lo peor. No cabe olvidar que todo esto es la respuesta irritada de un Gobierno que ha sido cogido en mentira a cuenta de las amenazas del secretario de Estado de Comunicaci¨®n a un empresario. Estas mentiras tienen que ver, a su vez, con evidencias sobre las ileg¨ªtimas actuaciones del Gobierno para crear desde el poder un grupo de comunicaci¨®n favorable a sus intereses a costa de da?ar gravemente a otros grupos que no se someten a sus dictados.
Esta vez ha recurrido al chantaje: el portavoz popular, Luis de Grandes, dej¨® claro que se trata de una r¨¦plica a la iniciativa de los socialistas y que actuar¨¢n en consonancia con la actitud de ¨¦stos. Si se hubiera tratado de averiguar algo, y no s¨®lo de tapar la boca al PSOE, el PP tuvo 13 a?os en la oposici¨®n para hacerlo. Si hubo abusos, su misi¨®n era denunciarlos. No supo hacerlo entonces y lo pretende ahora, cuando la funci¨®n encomendada por los electores es la de gobernar.
Durante a?os, Aznar y los suyos negaron a los socialistas legitimidad para dirigir la naci¨®n. Ahora se la niegan para hacer oposici¨®n. S¨®lo los Gobiernos autoritarios aspiran a gobernar sin control parlamentario. No hace mucho o¨ªmos a Aznar asegurar que los del PSOE no ten¨ªan "autoridad moral" para controlar, al Gobierno. y ahora sube un escal¨®n m¨¢s con esta propuesta de investigar a su antecesor. Los partidarios de pasar p¨¢gina pretenden silenciar -con el argumento de que tiene mucho que callar- a un partido que obtuvo en 1996 casi los mismos votos que ellos. La borrachera de poder que ciega a Aznar y a sus escuderos no deber¨ªa hacerle olvidar esa realidad. De hecho, una de las causas de la crispaci¨®n actual es la voluntad de ese sector de sustituir la inalcanzada mayor¨ªa por medidas intervencionistas para neutralizar a esos 9,5 millones de votantes.
Al ser entronizado (por Fraga) como presidente del PP, Aznar se comprometi¨® a construir un partido "moderado, centrado e independiente". Ha tirado por la borda las tres cosas, pero, sobre todo, la tercera: es el pol¨ªtico m¨¢s obediente de Espa?a: a lo que le dictan quienes desde los medios respaldaron su campa?a de deslegitimaci¨®n sumaria de los socialistas. El escrito con que el PP justifica la comisi¨®n parece un resumen de las banalidades reiteradas desde hace a?os por el sector m¨¢s rabioso del periodismo de campamento. La investigaci¨®n ser¨¢ sobre las "injerencias, presiones, tratos de favor y actuaciones abusivas en relaci¨®n a los medios ( ... ) entre noviembre de 1982 y mayo de 1996", y su incidencia en "el pluralismo, la libertad de expresi¨®n y el derecho a la informaci¨®n". Como ejemplo de lo denunciado, el escrito incluye, como si se tratase de pruebas irrebatibles, la retah¨ªla habitual de intoxicaciones de esos medios: El Mundo, la COPE y Abc.
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