?Usted conoce al se?or Oneto?
Sucedi¨® en el programa Hoy por hoy, que dirige I?aki Gabilondo en la Cadena SER. Se hablaba de las amenazas denunciadas por el presidente de Antena 3 TV y del Grupo Zeta, Antonio Asensio, en la Comisi¨®n Constitucional del Congreso de los Diputados. Las afirmaciones de Asensio aparec¨ªan avaladas en cartas firmadas por tres profesionales de la talla de Jos¨¦ Oneto, Jes¨²s Hermida y Manuel Campo Vidal. Entonces se dio paso a un di¨¢logo con el secretario de Estado para la Comunicaci¨®n, Miguel ?ngel Rodr¨ªguez, a quien se imputaba la formulaci¨®n de las amenazas de c¨¢rcel y exterminio para el empresario mencionado a menos que rompiera su acuerdo del 24 de diciembre con Jes¨²s Polanco sobre los derechos televisivos del f¨²tbol.Las preguntas de I?aki Gabilondo eran directas. Buscaban la confirmaci¨®n o el desmentido de las acusaciones presentadas en el Parlamento. Las respuestas se andaban por las ramas del circunloquio y el difumino. Elud¨ªan el s¨ª o no como Cristo nos ense?a. Todo eran referencias a un supuesto contexto exculpador. As¨ª sobrevino el regreso a la cuesti¨®n que se dilucidaba cuando el director del programa inquiri¨® al secretario de Estado: "Pero d¨ªgame si usted amenaz¨® al se?or Oneto. D¨ªgame que no". Pues ni por ¨¦sas. Siguieron unos instantes de zozobra hasta que el interrogado recuper¨® el aplomo en la voz. Enseguida Rodr¨ªguez se transform¨® en interrogador, invirti¨® los papeles del di¨¢logo y encaden¨® una serie de preguntas a Gabilando como aqu¨¦lla de: "Pero ?usted conoce al se?or Oneto? ?Usted sabe que con ¨¦l no existe el protocolo, el rito de la conversaci¨®n?
As¨ª que los oyentes, at¨®nitos, fueron puestos al corriente de unas pretendidas intimidades establecidas de antiguuo entre Rodr¨ªguez y Oneto como consecuencia de muchos a?os de trabajar juntos, aunque todav¨ªa se ignore en qu¨¦ redacci¨®n coincidieron o cu¨¢les fueron los afanes period¨ªsticos que compartieron. La invocaci¨®n de toda esa trayectoria com¨²n para nada impidi¨®, sin embargo, que se emitiera una nota oficial de la Secretar¨ªa de Estado saliendo al paso de las cartas firmadas por Oneto, Campo Vidal y Hermida y reduciendo a cero su valor, habida cuenta de que los tres periodistas citados estaban contratados en Firme por el empresario que hab¨ªa formulado la denuncia de amenazas. Es lo que un colega y buen amigo ha llamado en La Vanguardia la doctrina Rodr¨ªguez, seg¨²n la cual cualquier persona bajo contrato, por esa mera situaci¨®n, quedar¨ªa inhabilitada para testificar sobre cuanto pudiera afectar a su empleador.
Con un criterio tan primario como el anterior, s¨®lo quedar¨ªan fuera de la sospecha de parcialidad y tendr¨ªan la condici¨®n de Fiables los parados del INEM. Pero sucede primero que la doctrina Rodriguez invalida a quien le da nombre, porque tambi¨¦n tiene una n¨®mina y, por lo que se sabe, para nada trabaja como aut¨®nomo y, segundo, que del conjunto de fiables as¨ª obtenido habr¨ªa que excluir a los afiliados a m¨²ltiples rencores o contaminados por otros intereses ajenos a la esfera pecuniaria que derivan en minusval¨ªas y terminan desliz¨¢ndose por un plano inclinado hacia la venganza y el ajuste de cuentas en lugar de contenerse en la noble y desinteresada. tarea que pretende el esclarecimiento de los hechos.
En todo caso, quienes conocen al se?or Oneto desde su militancia en el Felipe cuando colegial universitario en el San Juan y desde sus primeras armas period¨ªsticas en la agencia France Presse, en el semanario Signo, en el diario Madrid, en la agencia Colpisa o en Cambio 16 saben de ¨¦l que es un fino gaditano para nada paniaguado y que abomina del conflicto. Tambi¨¦n los a?os de profesi¨®n p¨²blica de los colegas Campo Vidal y Hermida -que bien pudo haber sido el primer director general de la RTVE de Aznar- certifican que est¨¢n tan lejos del camorrismo como de la sumisi¨®n a directrices o disciplinas contrarias a sus convicciones y que han probado cuando las circunstancias se lo han exigido el respeto que el p¨²blico y la verdad les merecen. En todo caso, Rodr¨ªguez ha sido ayer ocasi¨®n para solidaridades rotundas del PP y para cerradas ovaciones. Moncloa quer¨ªa que ¨¦ste fuera el primer dato.
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